Incluso aunque por aquí seamos más de montaña, deportes al aire libre y esquí, será extraño encontrar a alguien que no conozca perfectamente la marca AGV, aunque solo sea por relacionarla con Valentino Rossi, el mejor embajador que cualquier empresa pudiese tener.
Pensar en esta marca es pensar en motor, sobre todo motociclismo, pero también en velocidad. Y es en este punto concreto en el que AGV, de alguna forma, unió esquí y motociclismo en los años 70.
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¿Cómo lo hizo? Desarrollando el que en 1978 se convirtió en el “casco no motorizado” más rápido del mundo, el casco con el que Steve McKinney superó por primera vez en la historia del speed ski (esquí de velocidad) la barrera de los 200 km/h.
¿Quién era Steve McKinney, el «no-piloto» de AGV?
Steve McKinney era un aventurero insaciable adicto a los deportes extremos. Esquiador de alpino, fue pionero en esquí extremo y una leyenda del esquí de velocidad de su época, pues entre 1974 y 1987 batió 7 récords del mundo.
Pero posiblemente el más importante fue el que logró en 1978 durante la carrera disputada en Portillo (Chile). Aquel día McKinney alcanzó una velocidad de 200,222 km/h, siendo el primero en superar la barrera de los 200.
En los 80 se convirtió en un alpinista y escalador consumado y en 1986 volvió a hacer historia, en esta ocasión durante una expedición al Everest pues se convirtió en la primera persona en volar un ala delta desde la montaña más alta del mundo.
