Mientras seguimos esperando a que algún responsable haga de eso -de responsable- y decida de una vez por todas qué pasa con el sector de la nieve del que tantos valles dependen, nos ha pillado el puente por en medio. Y dentro del despropósito que ha supuesto este puente, en el que no se podía salir de viernes a domingo pero después sí, hemos aprovechado para subir a esquiar el primer día de la temporada y, de paso, recoger los forfaits de temporada de Masella y La Molina.
Apelando a la responsabilidad que se nos pide, hemos intentado ir a hacer deporte sin añadir ninguna clase de componente social, es decir, nada de lo que puede suponer un problema en el esquí. Pero claro, las montañas están cargadas de nieve, pero con las estaciones paradas, la única opción de esquiar es subir con esquís de travesía o andando.
La noche anterior había nevado y el aspecto era fantástico. No íbamos a encontrar un paquetón, pero todo ayuda. El punto de partida, la base de Masella. Y de allí subir al menos hasta Cap del Bosc. A ver si nos daba tiempo, ya que había que volver pronto a casa.
Con mis flamantes Blaze 94 y las Duke PT, una fijación revolucionaria. Skimo sí, pero freerider.
Hacía frío pero ya se sabe que a la que empiezas a subir, aparecen los calores y sobra casi todo lo que llevas encima. Los cañones en marcha no ayudan a acalorarse demasiado. Y no estamos solos. Son bastantes esquiadores los que han pensado que si hoy nos dejan salir del municipio, es una buena idea ir a hacer deporte al aire libre. Y sin duda, llevan razón.
Se me hace muy raro estar aquí, en pleno diciembre, con tanta nieve y frío y la estación cerrada. Mientras subimos, voy pensando en las estaciones, que están a tope de nieve y que están haciendo las cosas bien para que se pueda abrir y esquiar con seguridad. Veo esos cañones funcionando y siento como pena, ya que se está invirtiendo y poniendo todas las ganas con la incertidumbre de lo que podrá pasar. Y en las gentes de esta zona y de otras tantas que dependen del maná blanco y que ven cómo van pasando los días y que estos no van a volver. En fin, son tiempos malos para casi todo el mundo, pero algo me dice que aquí igual un poco más, por la estacionalidad. Como los negocios de playa. Pero en verano nos dejaron salir...
Al final se nos hizo tarde y nos quedamos en Cap del Bosc. Casi 500 m de desnivel positivo. Esto de la travesía por pista... Hoy porque no van los remontes, pero sino, no me verán subiendo por aquí. Es una cuestión de respeto y de estrés, cuando la travesía precisamente lo que busca es esa comunión con la montaña, que desde luego, no consigues subiendo por una estación de esquí abarrotada. Pero eso es tema para otro día.
Mucho ambiente subiendo, pero como pasa con este deporte, todo el mundo muy separado
Para la bajada... es el primer día de la temporada y hay que vestirse de esquiador. Y como pasa siempre, los primeros giros te ves algo extraño, pero a medida que vas bajando, cada vez mejor. Se agradece llevar esquís y botas de verdad, de las que van bien para bajar. Lástima que al llegar abajo no tengas una silla para repetir :-)
Ya tenemos la temporada estrenada. Un primer día de la temporada en Masella (podría haber sido en cualquier parte) muy atípico, como todo en este 2020. Pero, como en los últimos años, un primer día con mucha nieve y con esa sonrisa que te queda cuando sabes que ya has empezado. Si antes tenía ganas, ahora muchas más. En fin, estamos a punto y seguiremos deshojando la margarita para ver cuándo nos podemos subir a un remonte.
Y en cuanto al dichoso coronavirus, volví con una sensación de mucha mayor tranquilidad que el día que salí a pasear. Espero que en breve tengamos al menos un poco de luz. Porque no hay nada peor que la falta de información y los mensajes contradictorios. Ninguno de los que vive de esto lo merece. Al llegar, leí un artículo de Javier Ricou en La Vanguardia que hablaba de una posible apertura de cara a la semana que viene. A ver...
https://solonieve.es/blogs/its-a-powder-day/ayer-estuve-paseando/