Aymar Navarro: “Este año decidí disfrutar, sin ir a buscar resultados”

Aymar Navarro: “Este año decidí disfrutar, sin ir a buscar resultados”

Aymar Navarro nos ha colmado de emociones positivas esta temporada, con algún susto también incluido, llegando al summum de la alegría hace unas semanas en la Xtreme Verbier 2021, cuando se convirtió en el primer freerider español en hacer podio en el Freeride World Tour.

Como esquiador de Atomic, la firma no tardó en ponerse en contacto con su deportista para proporcionarnos una más que interesante entrevista en la que Aymar analiza las claves del éxito de este FWT 2021.

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¿Esperaba tener una temporada tan buena? ¿A qué cree que se debe esta mejora? ¿Se exige más a sí mismo? ¡Vamos a averiguarlo!

Aymar, ¿esperabas tener una temporada tan buena?

Siempre estás con ganas de hacerlo bien y lograr resultados, pero a estos niveles cuesta. Cuesta lograr resultados de tan alto nivel, llegar a las finales eran un objetivo que tenía porque sé lo difícil que es llegar ahí.

Pero después de las dos primeras pruebas vi que podía ser una aspiración real. En Fieberbrunn (Austria) intenté ir un poco más allá y buscar algo potente, porque estaba bien y me encontraba cómodo esquiando, y estuvimos a punto de liarla bien.

Salió una bajada muy buena, aunque en el último salto tuve un descontrol y me caí, pero los jueces me dijeron que si hubiera llegado bien hubiera sido 1º. Pese a tener la caída me clasifiqué para las finales por los buenos resultados de Andorra. Sabía que podía estar ahí.

En Austria lo demostré y fui capaz de creérmelo, haciendo una bajada de estilo, desconectando, saliendo a competir sin mirar a los otros. Busqué una línea muy directa, buscando saltos grandes, aunque la nieve estaba costra y no era fácil de esquiar, pero arriesgué y me salió bien.

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¿A qué atribuyes este salto de calidad?

Pues no lo sé. Mira, los jueces me dijeron que a este nivel llevaba unos cuatro o seis años en el Freeride World Tour y que yo era el rider que más les había sorprendido.

No sé si es porque este año le he quitado importancia a la competición y me lo he tomado como algo más, no como una competición en la que ir a buscar los resultados, sino en plan de ir a disfrutar y hacer lo que me apetece en la montaña.

Recuerdo en Verbier decirme ante de salir, tranquilo, solo es esquiar. Ha sido cuestión de quitarme la presión y de hacer lo que sé, tampoco voy a tirarle a una línea que sé que no voy a planchar.

Si te exiges más en tus bajadas necesitas un mejor material también.

Sin duda. Al final en este tipo de bajadas le exiges mucho al material, en cuanto a la rigidez o lo blando que sean los esquís y al flex de las botas. Depende de la nieve buscas un esquí más duro o más blando, y hay que acertar bien con la elección.

Por ejemplo, este año, a diferencia del pasado, he cambiado la Atomic Redster 130 y he optado por la Hawx Ultra 130. Ha sido el único cambio que he hecho, en esquís he ido optando por unos Backland 117 más blandos o más duros.

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Y por qué el cambio de bota, qué buscabas.

Siempre me he encontrado mucho más cómodo esquiando con la Redster. Pero este año, después de esquiar y caminar tanto con la Hawx Ultra 130, cada vez que me ponía las Redster no me encontraba tan cómodo.

Tras una temporada tan redonda, ¿el año que viene la presión será mayor?

Pasa cada año. Cada año hay más nivel y los chicos que suben del júnior vienen con una base muy buena, con mucha base de freestyle. La lucha es cada vez más y más potente y cuesta estar entre los diez primeros. ¡Se vende muy caro!

Pero ahí está la clave, en saber leer el terreno, en conocerte a ti mismo y saber dónde están tus puntos fuertes para intentar estar arriba y buscar una línea que sea potente.

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Igual todavía hay alguien que no sabe que empezaste con el esquí alpino...

Competí en esquí alpino hasta los 17 años. Luego me tomé un año de transición y empecé con el freeride, hice alguna competición nacional y ya fui al World Tour en 2015.

Pero en casa no tenías mucha tradición de esquí

Más o menos. Mis padres sí que han esquiado y me llevaron a esquiar, pero tampoco somos una familia de aquellas de 100% esquí y que mis padres fueran profesores de esquí.

Mis padres tienen pescaderías en el Valle de Arán y siempre me han ayudado en todo lo que han podido y gracias a ellos he podido llegar más lejos. Y vivir en el Valle te lo facilita todo. El esquí es un deporte que siempre me llamó la atención desde pequeño, que he disfrutado y que me lo ha dado todo.

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¿Lograste buenos resultados en alpino?

En mi último año, en el Campeonato Nacional, hice 2º en el gigante, 3º en el súper gigante y en la combinada.

¿Qué pasó? ¿Te cansaste?

En mi último año no encontraba la motivación necesaria, no me despertaba con ganas de ir a esquiar. Todo consistía en ir a entrenar, se me hacía pesado y perdí la motivación. Decidí dejar el alpino porque no quería perder el amor por la montaña y aburrir el esquí.

El paso al freeride, ¿fue inmediato?

Al año siguiente de dejar de competir en alpino ya me junté con gente que hacía freeride en el Valle y me enseñaron un poco las bajadas que solían hacer.

Recuerdo que los primeros días iba con mis esquís de gigante y no entendía cómo podían disfrutar con lo que estaban haciendo. Yo me hundía en cada giro que daba, hasta que me alquilé unos esquís.

Se hizo una competición en el Valle de Arán a final de temporada y me fue muy bien, lo mismo que el circuito nacional que se hacía en el Pirineo, y gané la general. Empecé ya con el Qualifier del Freeride World Tour y en seis años ya estaba en el FWT.

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Compartes el esquí con tu trabajo de bombero en Pompiers Emergencies y en el grupo de rescate de montaña, GRM Val d’Aran, otra de tus pasiones de cuando eras niño

De pequeño sólo veía esquís y camiones de bombero. Todos los juguetes que tengo de pequeño son camiones de bombero. Mis padres me llevaban a un parque de bomberos y era el niño más feliz del mundo. Es un trabajo y una pasión. Me lo paso genial cada vez que voy a trabajar y me gusta. No voy resoplando como si tuviera que ir a trabajar en una oficina.

Un trabajo que además te permite compaginar tu otra pasión, el esquí.

Tengo flexibilidad. Este año de nuevo los compañeros del trabajo se han portado muy bien a la hora de hacer los cambios y de ponerme facilidades. Tener compañeros así se agradece.

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