Beneficios de practicar deporte al aire libre

Beneficios de practicar deporte al aire libre

Cuando hablamos de deporte pensamos muy frecuentemente en salud relacionada con un buen estado de forma física, pero lo cierto es que el deporte no solo nos ayuda a nuestro cuerpo, sino que también es una gran ayuda a nivel psicológico. Y estos beneficios se notan aún más cuando hablamos de deporte al aire.

Y lo más curioso es que posiblemente nuestro cuerpo lo sabe, incluso aunque sea de forma inconsciente, porque no es casualidad que la práctica de deporte al aire libre haya incrementado en un 80% respecto a años anteriores a la pandemia.

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Estar confinados nos cambió a todos. Los que ya teníamos hábitos deportivos antes del COVID-19 quizá hayamos seguido en la misma línea, pero se han sumado muchos más.

La gente estaba deseando salir de sus casas y, cuando pudimos empezar a salir, los ratos que teníamos los dedicábamos a correr, ir en bici o simplemente a pasear, generalmente durante todo el rato del que disponíamos que, si no recordamos mal, era en una franja de unas 2 horas.

Aquello caló hondo en nuestras mentes y han sido muchos los que han mantenido el ejercicio en sus rutinas, especialmente en cuanto a actividades al aire libre como el senderismo, caminar, ir en bici o correr.

Pero posiblemente el hábito o la costumbre no hayan sido los únicos motivos por los que ha aumentado tanto el porcentaje de gente que hace algún tipo de ejercicio, sino que las mejoras que habrán notado en sus cuerpos y mentes seguramente también tendrá mucho que ver.

Beneficios que nos aporta el deporte al aire libre

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Uno de los principales problemas de la falta de vitamina D es que es un mal invisible y lo más habitual es no notar ningún síntoma.

Sin embargo, a largo plazo puede hacer un gran daño pues esta vitamina nos ayuda a absorber el calcio por lo que, si no lo detectamos, podría acabar provocando problemas óseos como osteoporosis y fracturas. Pero no solo eso pues también se está estudiando la relación entre la falta de vitamina D y otras afecciones como diabetes, presión arterial alta, alteraciones cardiovasculares…

La vitamina D ayuda a nuestro sistema inmunológico y nos hace sentir más felices pues también incentiva la producción de endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina (conocidas como “hormonas de la felicidad”).

Dado que se sintetiza sobre todo a través de la piel, la exposición a la luz del sol mientras hacemos deporte será de gran ayuda para mantener unos niveles correctos de vitamina D.

Por un lado, por la producción de hormonas de la felicidad que comentábamos, pero también porque hacer deporte al aire libre libera nuestros cuerpos, alejándolos de los cubículos cerrados que son las oficinas y nuestros hogares, permite descargar tensión y energía negativa acumulada y nos da vitalidad.

Cuando logras extraer de tu mente los pensamientos negativos, ganas confianza, autoestima… ¡ganas salud mental! Pero también física pues todo ello también hará que sea menos probable la generación de radicales libres.

Además, toda esta liberación de estrés también nos ayudará a dormir mejor por las noches.

Quizá muchos ya lo hayáis olvidado, pero otros es posible que estéis pasando por eso o lo hayáis sufrido hace poco.

Entrenar en un gimnasio, con material y máquinas que desconocemos, puede llegar a ser estresante e incluso causarnos vergüenza, lo que provoca que mucha gente fracase en su intento de seguir asistiendo. Además, sentir las miradas de otros usuarios no ayuda para nada a sentirse más cómodo.

Hacer deporte al aire libre, sin tener que usar material específico y lejos de la atención y miradas inquisidoras de los demás, nos libera de ese estrés y, por lo tanto, hace que sea mucho más fácil mantener el hábito -adherencia a un deporte-. A esto último ayuda mucho el hecho de que los entrenos al aire libre suelen hacernos disfrutar más.

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Aunque no seamos conscientes, haciendo deporte al aire libre no solo mejoramos nuestra resistencia y físico, también hacemos trabajar la mente.

Cuando estamos en el gimnasio, en casa o en cualquier otro lugar cerrado, apenas tenemos que concentrarnos en el ejercicio que estemos realizando y siempre estamos rodeados de los mismos estímulos.

Al aire libre el entorno cambia constantemente y nunca es exactamente igual. A esto hay que sumar que entran en juego otros actores y obstáculos que van cambiando constantemente. Esto obliga a nuestro cerebro a trabajar y estar alerta a la vez que hacemos ejercicio.

Hay estudios que apuntan que la polución puede ser, en lugares cerrados, hasta dos veces superior al exterior.

La concentración de gente en un lugar reducido, la falta de ventilación, los aires acondicionados… Todo ello contribuye a crear un ambiente viciado y con polución.

En un entorno natural que esté alejado de las zonas de más tráfico, incluso en los alrededores de una ciudad, respiraremos aire más limpio. Aunque eso no quita que mejor será cuanto más alejados estemos de un núcleo urbano, especialmente si es una gran ciudad.

Si el deporte al aire ya hemos visto que tiene un montón de beneficios, será aún mejor si nos unimos a alguna clase o lo compartimos con amigos pues las relaciones sociales son un gran aluciente para seguir.

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Aunque no haya una relación causa-efecto directa, para sacar la creatividad es imprescindible tener la mente activa y despejada y algo que ayuda mucho a ello es la práctica de ejercicio, como veíamos en los beneficios 2 y 4, más especialmente con actividad al aire libre.

En mayor o menor medida, en función del deporte que practiquemos, éste siempre nos ayudará a mejorar nuestra resistencia cardiovascular y a fortalecer músculos y huesos pues el ejercicio físico también ayuda a mantener la densidad ósea.

También ganaremos flexibilidad, pues nuestros músculos irán ganando capacidad de adaptación a los diferentes movimientos, y coordinación.

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