Candide Thovex. A solas con el mito

Candide nos abre las puertas de su chalet, de su vida, con bastantes más palabras de las que acostumbra. Estamos en La Clusaz, muy cerca del telecabina de Balme, en casa de Candide Thovex. El mito del mundo del freeski.

Candide Thovex. A solas con el mito

Se abre la puerta del garaje. A contraluz aparece la sombra de un chaval, pequeño, alrededor de 1,70 m, de complexión tirando a delgado. Lleva puesta una capucha que no se quitará en toda la velada. Estamos en La Clusaz, muy cerca del telecabina de Balme, en casa de Candide Thovex. El mito del mundo del freeski. El niño que todo lo que toca lo convierte en éxito, en medallas, en galardones, en reconocimiento y, sobre todo, en admiración de compañeros, esquiadores, aficionados y ahora también del gran público.

Candide nos abre las puertas de su chalet, de su vida, con bastantes más palabras de las que acostumbra. El garaje de un esquiador es siempre una buena manera de empezar, y el de Candide es reflejo de su estilo de vida, de su naturaleza. Junto a una moto de cross que asegura no usar apenas por estar siempre liado con trabajo y viajes, hay varios sacos de esquís a la espera de embarcar para la siguiente aventura. En el suelo, otros cinco pares de esquís Faction -prototipos que aún no han llegado al mercado- y unas botas bastante usadas. Fuera, un imponente pick-up vigila la entrada cubierto por 60 centímetros de nieve de la última nevada.

Candide está cansado, física y también emocionalmente. Ha llegado a la recta final de la promoción de su último proyecto, la película Few Words, en la que ha trabajado durante casi dos años. Ayer fue día de paquetón en La Clusaz, su montaña, y además muchos de sus amigos estaban en la estación porque se celebraba una de las pruebas de clasificación del Freeride World Tour, El Radikal de La Clusaz. “La noche fue movida”, nos confiesa con un suspiro seguido de una pequeña sonrisa pícara.

En un salón ordenado, con una máquina de rehabilitación de columna vertebral y diversos aparatos de preparación física, sentado en una bicicleta estática, pedaleando para relajar y a la vez preparar sus piernas, empezamos a charlar.

Pero antes quizás sea necesario presentar al personaje, probablemente el esquiador que más está impregnando a su generación, el que lo ha ganado todo, el que ha marcado tendencia, el que ha hecho soñar e inspirado a decenas de miles de jóvenes esquiadores y el que reparte de manera contagiosa su pasión por el esquí. Pero también el más modesto, el más tímido de los riders de los mundos del freestyle o freeride (es lo mismo para él, es esquí), el “perfil más bajo”, como dirían los anglosajones. La humildad hecha persona, que bajo una capucha y una mecha rebelde sobre unos ojos que transmiten serenidad esconde un auténtico felino, un gato ágil, creativo, genial, potente y poco temeroso. Triple campeón de los X-Games en todas sus categorías, campeón del mundo de freeride en el único año en el que se presentó al circuito y recientísimo ganador de los prestigiosos Powder Awards de la biblia norteamericana del freeski -la revista Powder- por Few Words, el vídeo del año. Una carrera deportiva que, con 30 años recién cumplidos, ni por asomo parece haber llegado a la cúspide…

Sigue leyendo...

Eres un mito del freeski… gracias por acogernos en tu casa.

(Sonrisa y risa casi molesta) Es sólo un deporte… es sólo esquí. Y además es un deporte muy joven, no puedo ser un mito de algo tan joven. Atacamos el nuevo freestyle en 1998, casi ayer, aunque cuando miro cómo ha evolucionado es bastante alucinante. Para mí siempre fue un sueño, desde que soy niño, poder hacer algo en el mundo del esquí. Cuando me fijaba en Edgar Grospiron (N. del R.: Campeón del mundo y olímpico de baches), lo veía como el máximo reto: ser como él. Ahora que veo que hay mucha gente que me sigue y que aprecia lo que hago, me llena de emoción. Pese a que cuando esquío, cuando grabo una secuencia para una película, en realidad no pienso en lo que transmito a la gente; tampoco en lo que puedan pensar, tan sólo lo hago para sentir placer. Luego disfruto cuando veo que les gusta.

¿En qué momento de tu trayectoria como esquiador crees que estás?

[one_half]Ni me lo planteo. Lo único que te puedo decir es que tengo todavía un montón de cosas entre manos. Acabo de cumplir 30 años, pero me sigo sintiendo como un niño sobre mis esquís (tras la sombra de la capucha, la cara se le ilumina). Mira a Seb Michaud, tiene 40 años pero sigue compitiendo en el Freeride World Tour y haciendo backflips, así que, siguiendo su ejemplo… voy para largo.

Si tuviera que dividir mi carrera, te diría que, hasta 2007, cuando me rompí la espalda, fue mi época más freestyle. Luego empecé a hacer más backcountry, con las competiciones de freeride -que me fueron de maravilla- y luego me centré en la película… Ahora estoy algo más indeciso, acabo de terminar la gran gira de promoción de Few Words.[/one_half] [one_half_last][box type="shadow" align="aligncenter" ]BIO

Fecha de nacimiento: 22 mayo 1982

Lugar: Annecy (Francia)

Sponsors: Quiksilver, Faction, Moskova

Comida: De todo, no cocina porque no tiene tiempo. Le encanta ir a comer a los restaurantes.

Bebida: Té, no café. Y cerveza de una conocida marca danesa (algún patrocinador o amigo le había dejado dos cajas en la puerta de casa cuando llegamos al chalet).

Primer día sobre los esquís: 2 años

Primeras competiciones: 5 años[/box][/one_half_last]No tengo ningún tipo de obligaciones, nadie me ha pedido que haga esta o aquella competición. No tengo presión de ninguno de mis sponsors.

Como no he podido esquiar este verano, tampoco estoy preparado. No voy a ponerme a rodar o competir sin estar listo física y mentalmente. Ha sido mi ley de vida hasta ahora, y me ha ido relativamente bien.

Espero que a partir de ahora haya más etapas en mi carrera. No sé exactamente qué, pero espero que haya todavía muchas y diferentes. Lo esencial es no hacer las cosas a medias. Cuando se hace algo, se hace a tope. Pero hay que variar los placeres en el esquí. Si uno sólo esquía polvo, en algún momento se llega a un límite, te bloqueas. Es importante alternar, por eso me estoy metiendo de nuevo en el park, para ver nuevos trucos, hacer cosas diferentes.

¿Qué es esquiar para ti?

Placer, disfrutar ante todo. No me gusta ponerle etiquetas, esquiar es un todo. Si hay polvo, vamos a por él. Si no hay, nos vamos al park. Es un mundo tan extenso… es lo bueno de nuestro deporte.

¿Qué cambiarías de tu época de freestyle?

No cambiaría nada. Haría de nuevo lo mismo. Para mí la vida es seguir un destino. Lo único que cambiaría es mi accidente en Big Bertha (era el mayor de los kickers del Candide Invitational de 2007, con más de 45 metros de aire). La vida da muchas vueltas y la mía cambió completamente en 2007. Estaba en la cúspide de mi carrera de freestyle. Acababa de ganar los X-Games en slopestyle y, de repente, ¡pum…! Un salto, una carrerilla demasiado lenta y mi vida dio un tumbo. Cuando los médicos me dijeron que nunca podría esquiar igual… fue un golpe psicológico muy duro. Pero luego decidí no hacerme demasiadas preguntas, sabía en el fondo que volvería a esquiar. Lo importante era permanecer optimista, me ayudó la experiencia de mi rotura de ligamentos de rodilla en 2000. Tardé mucho en recuperarme, sobre todo psicológicamente. Pero lo hice. Cuando me rompí la segunda rodilla fui mucho más optimista y todo fue más rápido. El factor psicológico es el más importante.

Después de romperme la espalda pasó todo un año. Me recuperé superrápido, pero cuando volví tenía muchísimos dolores. En ese momento dudé mucho, pensé que quizás los médicos tenían razón, que el dolor seguiría ahí y que no sería capaz de esquiar como antes, de volver a saltar. El fin del mundo para mí.

¿Cómo lo solucionaste?

Con muchos masajes. Sigo teniendo tornillos en la espalda y los músculos de la columna se tensan y me duelen. Gracias a muchos estiramientos y masajes, el dolor desapareció (durante la entrevista, Candide pedaleó, usó una máquina de relajación muscular e invirtió su cuerpo sobre una báscula de estiramiento. Pese a ello su cabeza parecía separada de su cuerpo, muestra de su serenidad y paz interior…)

Sigue leyendo...

¿Tienes preparador físico?

[one_half]No. Tuve uno de joven, cuando corría en baches, pero ya no. No creo que nuestro deporte, tal y como lo concibo yo, necesite un preparador físico. No necesitamos estar superfuertes. Con hacer bicicleta, salir a correr y hacer buenos estiramientos basta. Lo que sí es importante es hacer otros deportes, como patinar. Yo hago skate, siempre lo he hecho. Me encanta. Cuando el entrenamiento toma una dimensión superior al deporte en sí, ya no me divierte. Me gusta la naturaleza, no me gusta entrenar en sala. Soy un chico natural.

¿En freestyle sigues enganchado al tren de los mejores?

Bueno, en park han entrado en otra esfera con gente como Kevin Rolland, Dumont y compañía. Cuando los dobles cork empezaron a aparecer, yo me rompí la espalda. Ahí perdí el tren. Pero el año pasado, para la película, quise reengancharme; me puse y salieron. [/one_half] [one_half_last][box type="shadow" align="alignright" ]VÍDEOS Y PELÍCULAS

-La Nuit de la Glisse (2001)

-Rastafaride 1 (2001)

-Rastafaride 2 (2002)

-Propaganda (2002)

-Rastafaride 3 French Toast (2003)

-Rastafaride 4 Spécial Delivery (2004)

-Rastafaride 5 Pull Up Friend (2005)

-Rastafaride 6 Wha’ppen?! (2006)

-Mind the Gap (2006)

-Anomaly (2006)

-Rastafaride 7 Seventh Heaven (2007)

-The Candide Invitational Story (2008)

-Candide Kamera 1 (2009)

-Candide Kamera 2 (2010)

-Few Words (2012)[/box][/one_half_last]Pero no me concentro únicamente en eso, pasé de concentrarme sólo en los trucos hace años. Tiene que haber fluidez, esquí bonito, control, velocidad, trucos y amplitud: la ride como lo llamo yo. Lo que me gusta en estos momentos aquí en casa, en La Clusaz, es esquiar a tope. Cruzarme las pistas de baches como un cohete, a toda velocidad, al límite, para ganar control, confianza.

¿Por qué es tan especial La Clusaz?

Empecé a esquiar con dos años y medio y mi padre me llevaba a Balme. Siempre ha sido mi spot, mi terreno de juego. Balme es un lugar único, muy especial. Es un park natural. Tienes baches en todos lados. Cuando necesitas coger carrerilla para un kicker, tienes que cruzar una pista de baches. Cuando aterrizas, tienes un campo minado de baches. Ésa es la mejor manera de aprender. Me ha ayudado muchísimo a controlar la velocidad, a ser preciso. En cuanto sales de aquí y no hay baches, es como una autopista, estás muchísimo más a gusto. Cuando traigo a gente a Balme a esquiar, alucinan. Es el mejor entrenamiento que uno puede tener.

¿Cómo fue tu experiencia en el Freeride World Tour?

Seb Michaud y Xavier de le Rue me ayudaron un montón. Me aconsejaron, me enseñaron mucho ese año. Funcionó muy bien, tan bien que pude pasar a otra etapa. Pero me quedé con ganas. Gané el título mundial, pero no pude hacer realmente trucos en mis bajadas, quizás por falta de experiencia, por timidez. Podría haberlo hecho mejor, pero eran mis primeras competiciones y tenía mucho respeto por aquellas montañas. Con la evolución del backcountry quizás vuelva en un futuro, no lo sé.

¿Freeride o freestyle?

Para mí no hay diferencia. Cuando competía en baches siempre tuve entrenadores que nos llevaban, ante todo, a esquiar. Nos llevaban a todos lados. Ciertas críticas hacia el freestyle de hoy están justificadas. Hay chavales que los ves en los kickers y lo hacen realmente bien. Saben saltar, pero luego no saben esquiar. Y eso es lo más importante. El que me enseñó eso fue Fabien Cattáneo, era mi entrenador cuando era pequeño. Sigue entrenando a niños hoy en el club de La Clusaz y los lleva a los fuera-pista de Balme. Nada de quedarse todo el día en el parque.

¿Ése puede ser tu futuro? ¿Entrenar a niños, organizar camps?

Me encantan los niños y cuando veo a mis amigos como tú, que estáis empezando a esquiar con los vuestros, me digo que en algún momento me gustaría llegar ahí también, tener hijos, enseñarles a esquiar como mi padre, que es monitor de esquí, que sigue dando clases aquí en La Clusaz. ¿Y por qué no montar camps de freestyle?, pero bueno, lo importante para mí ahora es disfrutar. El esquí es ante todo placer y ahora quiero mucho placer. Lo que quiero hacer ahora es la ride. Para enseñar hay que ser muy paciente y yo no lo soy tanto.

¿Familia, entonces?

Tengo claro que me gustaría casarme y tener niños. Mi mejor amigo acaba de tener uno y es una pasada. No los quiero tener demasiado tarde, porque me gustaría poder enseñarles a esquiar, a hacer skateboard y disfrutar de mis pasiones con ellos. Pero sentimentalmente es difícil en estos momentos porque no paro de viajar. Cuando tenga niños, viajarán mucho y espero que me puedan acompañar.

Sigue leyendo...

¿Qué vida haces ahora que la promoción de Few Words ha terminado?

Me quedo en casa. Para mí es muy importante esquiar en Balme, es lo mejor del mundo. Así que ahora apago mi teléfono y me voy a esquiar.

Cuando esquío necesito cierto vacío, dejar el resto de las cosas de lado para concentrarme en mi ride. Desconecto el hemisferio izquierdo de mi cerebro. Normalmente, pienso mucho, demasiado. Cuando esquío sólo pienso en esquiar, en disfrutar. Desconecto por completo.

¿Qué balance haces de Few Words?

Ha sido una experiencia única, algo diferente a todos los proyectos de vídeo que había hecho antes. Hasta ahora yo me encargaba de todo, montaba al final del día, elegía las imágenes, las tomas… Few Words es un documental sobre mi vida, con muchas entrevistas de la gente importante que ha estado ahí durante mi carrera. No he querido meterme demasiado porque me sentía molesto, no me gusta hablar de mí. Es realmente una visión exterior sobre mi carrera. Quiksilver quería hacer este documental para llegar a un público mucho más amplio que el que yo tocaba con mis producciones. Pero creo que el nivel de esquí está incluso por encima de las otras películas que hice en el pasado, como Rastafaride o Candide Kamera. Few Words es un paso adelante. El que hayan premiado la película y que haya tenido tan buena acogida me satisface, me gusta. Creo que es una nueva etapa bien cerrada, en la que hemos hecho las cosas bien.

(N. del R: Pocos días después de la realización de esta entrevista, Candide volaba a Utah para recibir los 4 galardones que le han convertido en el gran triunfador de los Powder Awards, los galardones que la biblia norteamericana del freeski otorga todos los años a los mejores vídeos y atletas).

¿Cuál es tu mejor recuerdo del rodaje?

Una sesión en Canadá, en Eagle Peak, una montaña que nadie había esquiado hasta entonces. Sentí una presión enorme, pero luego una satisfacción gigantesca. El guía nos llevó con el helicóptero a una zona cercana y cuando le dijimos por dónde queríamos esquiar, puso muy mala cara. Sentí mucha presión porque es una ladera extremadamente empinada y técnica, pero al final salió de maravilla.

¿Y el peor momento?

Una secuencia que grabamos en Sonnenkopf, en Austria, cuando me caí en la cascada. Fue un horror, tuve miedo como nunca. Pensé que me iba a morir ahí mismo… es la primera vez en mi vida que creí que había llegado mi hora.Se rompió el hielo bajo mis pies y me caí a medias en una cascada. Si continuaba mi caída, lo hacía en un agujero bajo el hielo de cinco metros, como un túnel de agua helada bajo el hielo y la nieve. Si seguía cayendo, moría. Tuve muchísima suerte. Uno de los cámaras intentó sacarme, pero no pudo. Menos mal que aparecieron dos snowboarders finlandeses y consiguieron sacarme. Estaba atrapado, agarrado como podía a la vida, pero con el agua helada cayéndome encima. Durante semanas no sentí nada en un lado del cuerpo. Les debo la vida, los volví a ver en la presentación de la película en Helsinki y me hizo mucha ilusión.

¿El más picante?

El encuentro con el lobo. Me mordió, pero no sale en la película. No es que me doliera, aunque me dejó una buena marca, pero pensé que me iba a comer vivo. Cuando se erizó y enseñó los dientes, el cuidador estaba lejos, me quedé solo frente al lobo. Eché a correr, pero me hundía hasta la cintura en la nieve. Conseguí alejarme unos pocos metros y cuando me giré, vi que venía a por mí. El cuidador consiguió pararlo con la voz, si no me mata.

Y a partir de ahora, ¿qué?

Ahora me apetece volver a hacer películas yo, con mi visión de montaje, con mis tomas. He aprendido mucho del equipo de Few Words y quiero poner cosas en práctica. Quizás realice otro episodio de Candide Kamera este invierno. Pero por ahora me quedo aquí a esquiar. Aquí se esquía como en ningún lado y la temporada está siendo de cine, así que no me planteo viajes. He estado dos meses recorriendo el planeta para presentar la película, con entrevistas por todos lados, con salas repletas, miles de personas. Hay que saber cortar.

Espero que no te hayamos molestado en ese paréntesis con la entrevista…

No, esto es diferente. Estamos en casa. Estás sentado en mi sofá, un domingo, con algo de resaca. Esto no es realmente una entrevista… estamos charlando, ¿no? Me conoces, no soy de muchas palabras pero ahora estamos entre esquiadores, entre amigos. Es diferente. Todavía me acuerdo de aquella madrugada, en la Flegère, de noche, cuando te quedaste para ayudarme a repasar los cantos de mis esquís para la etapa del Freeride World Tour y me prestaste tu lima para cantos.

De hecho, gracias por darme la oportunidad de salir también en Solo Nieve en España. Ya sabes que tengo una relación especial con tu país...

¿De qué relación nos hablas?

Bueno, ya sabes que no me gusta hablar de mi vida personal, pero compartí ocho años de mi vida con una española, una chica genial… pero no quiero hablar mucho del tema por respeto a su y mi intimidad. Ya no estamos juntos.

Me encanta España, me encanta Galicia, la comida, la gente… sobre todo la gente.

¿Has esquiado en España?

No, nunca. Estuve unas horas una vez en el Pirineo francés, en la Mongie. Tengo muchas ganas de ir. Tú, Pako (Benguerel) y Jaime (Puigendoles) lleváis tiempo poniéndome los dientes largos hablándome de lugares como Baqueira Beret, Andorra, Formigal, Sierra Nevada… pero hasta ahora no he tenido la oportunidad de ir. Quizás para la próxima película tenga que acercarme, porque por lo que me decís, en los Pirineos hay un montón de buenas líneas.

¿Qué otros destinos te hacen soñar todavía?

Me gustaría ir a lugares mucho más exóticos, salvajes, desconocidos. Me gustaría por ejemplo esquiar en Irán, en países así, fuera de nuestra esfera.Uno de los sueños que he conseguido empezar a realizar es crear esquís, mejorar los esquís actuales.

¿Con Faction? ¿Cómo va la cosa?

De miedo. Hace un año que trabajamos juntos y estoy más feliz que nunca. Me han hecho los mejores esquís que he tenido jamás. Estoy supercontento. Los esquís que salen el invierno que viene, los Candide 4.0, son los mejores esquís que he tenido nunca. Y no lo digo porque sea mi patrocinador actual. He trabajado siempre muy duro con todos mis patrocinadores de esquís, pero nunca conseguí que se me escuchara como ahora, sin condiciones. Yo no soy muy técnico, no entiendo mucho de fabricación. De eso entiende Tony, el fundador de Faction. Yo funciono por sensaciones, le transmito a Tony lo que siento y él lo plasma en un esquí.

Como sabes, he cambiado mucho de sponsor de esquís y siempre tenía contratos cortos. Esta vez me he implicado personalmente. He firmado por cinco años, pero va a ser para largo. Me siento bien porque mantienen el espíritu de esquís hechos por esquiadores para esquiadores. Es lo más importante. Como con Quiksilver, estoy con ellos desde que tengo 15 años y no voy a cambiar. Cuando estoy contento con mi equipamiento, estoy feliz.

¿Y con las botas?

No tengo patrocinador, ni lo quiero a priori. Me compro las botas que me gustan, en las que estoy bien. Me gustan los botines cómodos, no soy difícil. Ni me las preparan, ni nada. Son las de la tienda, con el botín normal.

Sigue leyendo...

Volviendo a tus sueños, ¿dónde te ves en unos años? ¿En unos años?

En una isla con agua caliente, tirado en la playa y surfeando. Pero cuando deje de ganarme la vida esquiando, dentro de unos cuantos años.

¿Y a corto plazo?

En 2014 me gustaría volver a organizar el Candide Invitational (una competición que hasta 2007 concentraba en La Clusaz a los mejores freestylers mundiales, con la montaña entera convertida en un park de kickers y módulos descomunales). Mucho más impresionante que los del pasado. Todavía no hay nada seguro, pero subiríamos a un nivel superior. Tenemos ya la experiencia del pasado. Fue un éxito hasta 2007 y la idea es crecer de nuevo.Lo que cuenta es tener proyectos, no sé cuáles acabarán realizándose pero estoy trabajando ya en varios.

¿Y como esquiador?

Progresar, seguir mejorando en park, en backcountry, en pendientes extremas, en seguridad en montaña, en confianza en mi nivel de ride… No me impongo objetivos concretos, no hay que hacerse muchas preguntas. El objetivo es disfrutar cuando esquío. Ayer, por ejemplo, fue un día espectacular, con 60 centímetros de nieve polvo. Estuve haciendo dobles backflips porque las condiciones se prestaban a ello, me lo pasé como un enano. Mi vida está repleta de momentos así. Lo importante es el momento, la sensación, las ganas y disfrutar.

Esta semana me ha venido muy bien meterme en el park con mi amigo Richard Permin. El park es duro… ya no estaba acostumbrado, ni por los esquís, ni por la dureza de los aterrizajes. O en baches, el otro día me pasó lo mismo (nos cuenta mientras enseña una de sus fotos míticas en la que aparece de niño haciendo un clásico daffy junto a Edgar Grospiron, oriundo de La Clusaz como él). Me metí en el muro que llamamos de Edgar y me costó bajarlo. Pero es un buen entrenamiento. Es duro, pero muy bueno para las piernas.

¿Qué esquiadores te hacen soñar actualmente?

[one_half]Henrik Harlaut y Phil Casabon en freestyle son dos pedazos de ejemplos. Y además siguen siendo fieles al espíritu original del freestyle. Sean Petit, Richard Permin, Dan Tudor son mis preferidos en backcountry y probablemente en freeride, porque el backcountry es freeride al fin y al cabo.

Edgar fue campeón olímpico. Ha sido siempre un ejemplo para todos nosotros. También en cómo ha seguido involucrado en el mundo del esquí, en cómo ha evolucionado como persona, como profesional.

Grospiron, Juegos Olímpicos. El freestyle será olímpico. ¿Te veremos en Rusia en 2014?

Sochi me está dando que pensar, porque es la primera vez que nuestro deporte va a estar en unos juegos. Pero llevo sin esquiar en park desde 2007. Bueno, un poco esta semana. Claro que me gustaría, pero también están los otros proyectos, una nueva película…. Los JJ.OO. son una pasada, pero en realidad, te estás entrenando como un loco para un solo día de competición. No quisiera dedicar demasiado tiempo a ello con la cantidad de cosas que quiero hacer, todos los proyectos. Lo estoy sopesando.[/one_half] [one_half_last]PALMARÉS EN COMPETICIÓN

2010- Campeón del Freeride World Tour

2010- 1º Red Bull Line Catcher (Suiza)
2008/2009- Accidente. Lesión de espalda y operación

2007- 1º Slopestyle, Winter X-Games (USA)

2006- 4º Big Air, Winter X-Games (USA)

2006- Best Trick, Powder Magazine Awards

2005- Best Trick, Powder Magazine Awards

2004- 1º absoluto L’Orage Master (USA)

2003- 1º Super Pipe, Winter X-Games (USA)

2003- 1º absoluto Rip Curl Free Event (Suiza)

2002- 1º Nescafé Big Air (Líbano)

2002- 1º Christ Church Big Air (Nueva Zelanda)

2002- 1º Methven Big Air (Nueva Zelanda)

2002- 4º Super Pipe, Winter X-Games (USA)

2002- 2º Super Pipe and 4º Slopestyle, US Open

2001- 1º Big Air and Half Pipe, X-Games (Australia)

2000- 1º Big Air Gravity Games (USA)

2000- 1º Big Air X-Games (USA)

1999- 4º Big Air X-Games (USA)

1999- 3º Big Air y 2º Slopestyle, X-Games (Australia)

1999- 1º Big Air, YOZ Winter Games (Austria)[/one_half_last]

Lo único que sí quiero decir es que, aunque sea una buena cosa que el freestyle sea olímpico, no me gustaría que cambiara la esencia de nuestro deporte. Cuando empezamos fue justamente para salir de los códigos cerrados y anticreativos del esquí artístico, de la FIS. No me gustaría que perdiéramos eso. El mundo del pipe hoy en día empieza a parecerse demasiado al del alpino. No me gusta.

¿Qué evolución predices entonces para este deporte?

La evolución en park ha alcanzado niveles extraordinarios. En pipe, hace falta meter al menos tres dobles por bajada para esperar clasificarte para cualquier competición. Y no hay margen de error, el castigo es el coping o estrellarte en la parte plana. Y en park, lo mismo. Yo creo que la evolución está sobre todo en el backcountry. Ya lo estamos viendo. Lo bueno de nuestro deporte es que podemos adaptarlo a todos los terrenos y cada vez más freestylers llegarán al big mountain. Es inevitable y a la vez interminable, no hay límites.

La entrevista llega a su fin. Candide es un hombre de pocas palabras, como resume el título de su documental, pero llevamos más de tres horas de charla amena y distendida. Con bastante más que con unas pocas frases, hemos hecho un repaso de su carrera, de su película, de sus proyectos, de su visión del esquí.

Gracias, Candide Thovex, por compartir tu mundo con nosotros.

Texto: Nacho Ferrer-Catena

Fotos: Quiksilver

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...