Características a tener en cuenta para que nuestra indumentaria sea -más- sostenible

Características a tener en cuenta para que nuestra indumentaria sea -más- sostenible

En líneas generales, cada vez estamos más concienciados con la importancia de cuidar de nuestro planeta en todos los ámbitos de nuestra vida, ya sea utilizando medios de transporte 0 emisiones, o siendo cuidadosos con las decisiones de compra, entre muchas otras acciones.

Como amantes de la montaña, nuestra indumentaria es muy importante tanto por nuestra comodidad, como para mejorar nuestro rendimiento y protegernos de los elementos externos.

Sin embargo, eso no es excusa para un “todo vale” o un “tenemos que comprar de todo”.

La industria textil es una de las más contaminantes del mundo. De hecho, según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, es la 2ª más contaminante.

Por eso, nuestro compromiso debe comenzar por limitar nuestro afán de compra de nuevos productos y aprovechar todo lo que ya tengamos o puedan dejarnos.

Aun así, sabemos que es una opción difícil de cumplir especialmente cuando hablamos de ropa -en otros accesorios ya lo tenemos más asimilado-.

Por eso, si vamos a comprar, al menos debemos tener en mente que sean productos lo más respetuosos posible con el medio ambiente.

¿Qué características debe cumplir la ropa para que sea sostenible?

Comencemos aclarando, o al menos intentando aclarar, qué es la ropa sostenible. Aunque no existe una definición consensuada, podríamos decir que ropa sostenible es aquella que se preocupa y hace todo lo posible por ser respetuosa con el medioambiente y los derechos de los trabajadores.

Aunque seguramente podrían salir más detalles, nosotros destacamos 5 puntos importantes a tener en cuenta a la hora de comprar una prenda. Pero si se nos ha escapado algo, os agradeceríamos que compartáis con nosotros todo aquello que consideréis relevante y no hayamos mencionado.

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Más allá de los materiales empleados o procesos de fabricación, apostar por la durabilidad de una prenda es el máximo exponente de sostenibilidad.

Cuanto más tiempo nos dure esa prenda, menos a menudo será necesario cambiarla y, por lo tanto, será necesario comprar menos productos nuevos, reduciendo así el impacto negativo sobre el medioambiente.

Y en este sentido también es muy importante que la prenda esté diseñada para ser reparada en caso de necesidad y, además, dedicarle el debido mantenimiento.

En este sentido Patagonia, toda una referencia en cuanto a responsabilidad medioambiental, lleva muchos años no solo fabricando productos de calidad, pensados para durar muchos años, sino también lanzando campañas como el Worn Wear Tour, en el que te enseñan a hacer arreglos de tus prendas.

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Lo primero que debemos tener claro a la hora de comprar una prenda es el uso que vamos a darle.

Nuestras necesidades no serán las mismas si nos vamos a hacer alpinismo a los Andes, que si vamos a hacer la travesía Vallter-Vall de Núria en pleno verano.

Como tampoco necesitaremos lo mismo si somos unos exigentes practicantes de Trail running o si vamos a ir “de paseo” a la montaña.

Debemos ser conscientes del uso real que le vamos a dar a la ropa. Comprar siempre el producto más técnico no es necesario y además es una irresponsabilidad, con nuestro bolsillo y con el medioambiente.

Por otro lado, debemos pensar también en los diferentes usos que podremos darle a una prenda. Una capa intermedia bien escogida, por ejemplo, puede sernos útil en verano como chaqueta exterior y también la podremos aprovecharemos en invierno como midlayer.

Escogiendo bien, con una sola prendas podremos cubrir muy variadas necesidades y evitar tener que comprar más productos.

Sobre todo en indumentaria outdoor, donde la mayoría de prendas cuentan con tratamientos repelentes al agua, el no uso PFCs ya se ha generalizado muchísimo.

¿Qué son los PFCs? Son las sustancias químicas que se usaban (y aún se usan) para impermeabilizar la ropa.

Por suerte, en los últimos años se ha avanzado muchísimo en este campo y ya son muchas las marcas que trabajan con métodos de impermeabilización libres de PFC.

Aunque suelen informar de ello en las etiquetas, si al mirarlas no lo veis especificado preguntad al dependiente o consultad en la web de la marca. Si el producto es libre de PFCs lo dirán seguro. Si no especifican nada, casi seguro que sí lo usan.

El uso de fibras sintéticas en la fabricación de prendas técnicas y deportivas, también en el mundo outdoor, está muy generalizado.

El poliéster, por ejemplo, es uno de los tejidos que más triunfa, y su fabricación también ha evolucionado mucho en los últimos años.

Derivado del petróleo, cada vez es más habitual encontrar prendar confeccionadas en poliéster reciclado, generalmente obtenido de viejas botellas de plástico.

Sin embargo, el mayor problema que nos encontramos hoy en día con esta fibra es la expulsión de microplásticos cada vez que lavamos las prendas. Partículas sumamente pequeñas que no pueden ser retenidas por los filtros de las lavadoras y que llegan a los mares y océanos.

Por eso, la mayor conciencia medio ambiental está llevando a un aumento del uso de fibras mixtas, que mezclan fibras sintéticas con naturales -como nylon y algodón -, y naturales.

Cada vez más marcas apuestan por ofrecer productos de fibras naturales, y podemos encontrar productos muy técnicos confeccionados 100% en algodón, lana o tencel, entre otros.

Ahora bien, no podemos esconder que estas prendas suelen tener un precio muy elevado comparado con otras y no son asequibles para todo el mundo.

¿Qué hacemos entonces? Pensar detenidamente qué prenda necesitamos, cuántas vamos a necesitar realmente y pensar a largo plazo.

Si podemos invertir en una prenda de tejidos naturales, como la lana merino, adelante. No solo lo agradecerá el medio ambiente, también nuestro cuerpo pues tiene una capacidad termorreguladora excelente, evita los malos olores y son muy agradables.

Si se escapa completamente de nuestro presupuesto, podemos optar por prendas mixtas o de material sintético pero reciclado.

Aunque este aspecto también es muy importante, nuestra mayor aportación la haremos no comprando más de lo necesario y asegurando un uso prolongado de la prenda que finalmente adquiramos.

Desafortunadamente, al igual que ocurre con los productos “Eco” o “Bio”, el sistema de certificados o sellos que garanticen la sostenibilidad o compromiso medioambiental y social de una prenda es muy ambiguo.

Básicamente porque no se ha trabajado en crear un estándar global y existen gran cantidad de certificados diferentes, algunos creados por las propias marcas.

Sí hay, sin embargo, algunos certificados que han destacado y ganado cierto reconocimiento:

Bluesign: Se realiza una auditoria independiente sobre el impacto ambiental de una prenda a lo largo de toda la cadena de producción.

Global Organic Textil Standar (GOTS): Estándar que aprueba los textiles producidos con fibras orgánicas. Para obtener el certificado la prenda ha tenido que ser fabricada con un mínimo del 70% de fibras orgánicas.

Organic Content Standard (OCS 100): Estándar válido para cualquier producto no alimentario que contenga un 95-100% de materia orgánica, haciendo un seguimiento de las materias primas desde el original hasta el producto final.

Cradle to cradle: Certificado de economía circular que evalúa el cumplimiento ambiental y social en 5 categorías (reutilización de materiales, uso de energía renovable y gestión de carbono, administración del agua, equidad social y efectos del material sobre el entorno y la salud de las personas).

Fair Wear Foundation: ONG independiente que trabaja para mejorar las condiciones de los trabajadores de la industria textil/moda. Su certificado es garantía de que la empresa respeta los derechos de los trabajadores.

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