Situada a 5.421 metros sobre el nivel del mar, Chacaltaya estaba cubierta de honores; era la estación de esquí con la pista más alta del mundo, la única de Bolivia y la más cercana al Ecuador. Desafortunadamente, de lo que ya no está cubierta es de nieve.
Para hacernos una idea, el resort se ubicaba a mayor altitud que el campo base norte del Everest. A pesar de no ser una zona que recibiese muchas nevadas, las bajas temperaturas se encargaban de que el glaciar, se cree que con más de 18.000 años de antigüedad, se mantuviese blanco y con hielo.
Fundada en 1943, Chacaltaya también gozó de unos años gloriosos en los que sobre todo la gente de clase media-alta de La Paz (a unos 30 km de la estación) disfrutaba del esquí durante 7 u 8 meses al año.
El proceso de deshielo comenzó a acelerarse en los años 90, cuando comenzaron a estudiar el glaciar y detectaron que solo tenía el 7% del tamaño de 1940.
En 2005 los pronósticos ya eran poco alentadores y se “aventuraron” a decir que el glaciar no sobreviviría más allá de 2015. Era triste, pero peor fue la realidad pues en 2009 se declaró oficialmente la desaparición del glaciar.
A día de hoy, el paisaje de Chacaltaya es árido, una montaña de tierra y rocas en la que el blanco del hielo o la nieve ya no tiene cabida. Este año, a principios de marzo, se celebró la carrera de skyrunning, SkySnow Chacaltaya 2022. Pisaron algo de restos de nieve y hielo, pero su presencia, como podéis ver en el siguiente vídeo, es más bien anecdótica.
La culpa, apunta directamente al cambio climático. No únicamente por la subida global de temperaturas, sino también por los efectos de los incendios forestales.
Hace ya más de 5 años, en un reportaje publicado en la BBC, Adolfo y Samuel Mendoza (extrabajadores del centro de esquí) explican cómo ya en los años 80 podía apreciarse la alarmante desaparición de la nieve y cómo, “cuando ocasionalmente nieve aquí arriba, la nieve está llena de una sustancia negra grasosa, como arena mugrienta”.
Peores son las consecuencias inmediatas para los habitantes de localidades cercanas, incluida La Paz, con más de 3 millones de habitantes y donde ya han visto afectado su suministro de agua por la ausencia de deshielo.