Desde hace algunos años he empezado a competir en alguna carrera de masters. Los masters somos los que tenemos más de 30 años. Entreno poco pero busco esos momentos de adrenalina que da presentarse a un portillón con un dorsal puesto.
Si no has competido nunca, lo primero que hay que hacer es olvidarse de que esto de competir es para grandes esquiadores. Hay de todo, como en todas partes. Hay gente muy buena y mucha gente que pasamos el rato y tenemos un nivel "terrenal". Y cada uno tiene sus competiciones.
Si lo pruebas es posible que te enganche. Si te gusta la velocidad es muy divertido, mucho más de lo que mucha gente cree. Basta una pìsta marcada para que lo pases en grande durante horas.
Dejando de lado la mejora técnica y a lo que te obliga físicamente entrenar para pasar palos, que luego repercute en el esquí recreacional, hay un factor esencial que hace que entrenar y competir Masters sea diferente a hacerlo cuando los que te llevan son tus padres. Nadie te obliga, nadie te ha apuntado a un club, nadie te hace madrugar, nadie te hace pasar palos un día de powder, nadie te grita, nadie (aparte de ti) se va a frustrar porque te salgas en la primera puerta de la primera manga,... No te vas a quemar haciendo algo que te gusta y que has elegido.
Cuando el que dirige tu esquí eres tú, el disfrute es aún mayor. Y luego están esos piques que dan mucha vidilla a este tipo de pruebas... Y si tienes un hijo compitiendo, aprovecha. Lo tienes perfecto para que los dos vayáis a las carreras de Interclubs a pasarlo bien, compartir esos nervios previos,...
Si eres de los que te apuntas con ilusión a cualquier carrera, la del forfait de temporada, la social del club,... Tienes alma de corredor. No esperes, apúntate y empieza a matar el gusanillo.