Cuando la montaña forma parte de nuestras vidas prácticamente desde que nacemos, hay muchas cosas que aprendemos a edades muy tempranas y que podemos llegar a dar por un conocimiento básico y universal, cuando realmente no lo es.
Elegir la indumentaria adecuada para la montaña es uno de esos casos. Hay ciertos aspectos que damos por sentados, pero luego siempre acabas encontrándote a alguien con sandalias abiertas en una ruta complicada o que no lleva ninguna prenda de abrigo, entre otros errores, lo que demuestra que no, no todo el mundo sabe cómo equiparse.
En un artículo anterior ya abordamos el tema con unos consejos generales sobre la equipación necesaria para practicar senderismoy hemos visto unos consejos para elegir los pantalones de trekkingo una chaqueta de montaña de verano. Hoy nos centramos en una prenda muy delicada e importante de nuestra indumentaria, las botas para la montaña.
7 consejos para elegir tus botas de montaña
1. Ten claras tus necesidades
¿Con qué asiduidad vas a ir a la montaña? ¿Vas a realizar una travesía/s larga, practicar trekking o son simplemente para pasar un rato en la montaña y como mucho dar un paseo?
En todos los casos es importante llevar el pie protegido, piedras y otros obstáculos los podemos encontrar en cualquier parte, y contar con una suela que ofrezca buen agarre. Pero a partir de ahí, todo dependerá del uso que les vayas a dar.
Si lo que buscas es hacer ejercicio con una actividad física intensa en la montaña, posiblemente también priorizarás la ligereza.
En el caso de una travesía, el factor meteorológico es muy importante pues tendrás más números para coger lluvia y mal tiempo por lo que unas botas con Gore-tex, u otra membrana impermeable, debe ser prioritario. pero de esto hablamos más detenidamente abajo.
En cambio, si son para ir a la montaña de vez en cuando y en caminos sin grandes complicaciones, además de la protección y adherencia de la suela, te interesarán unas botas cómodas con las que tener una jornada agradable, y así querrás repetir.
A partir de ahí, todo son combinaciones de preferencias que, por supuesto, también vendrán determinadas por el presupuesto.
2. La talla adecuada
Parece una obviedad, pero es increíble la cantidad de gente que se compra el calzado grande o pequeño. Además, cuando hablamos de talla no nos referimos solo al largo del pie, sino también el ancho -por eso también es muy importante probárselas-.
En cuanto al largo, una buena forma de comprobar si es tu talla es que, colocando los dos pies sobre el suelo y con la bota desabrochada, quepa un dedo entre tu talón y la parte posterior de la bota. Debes poder introducir el dedo índice con facilidad, pero que tampoco le sobre espacio.
Por otro lado, es recomendable ir a probarse el calzado por la tarde. Cuando vamos a caminar nuestros pies se hinchan por lo que, si vas a probarte el calzado pronto por la mañana, estos no se habrán hinchado y, sin embargo, por la tarde habrá más probabilidades de que así sea, simulando una situación más parecida a la que estarán tus pies cuando salgas de ruta.
3. Buen agarre
Como decíamos al inicio, que las botas de montaña tengan un buen agarre es fundamental porque es muy fácil que el suelo sea deslizante y muy irregular.
De hecho, posiblemente este sea el factor más importante a tener en cuenta, sea cual sea el uso que le vayas a dar a las botas.
En el mercado encontrarás varias tecnologías de construcción de suelas antideslizantes y que ofrezcan una buena tracción. Pero una apuesta segura, y que encontrarás en muchos modelos de gran cantidad de marcas, es Vibram.
4. ¿Caña alta o baja?
Depende del camino que vayas a tomar, literalmente. Si son para usar por senderos bien cuidados y libres de maleza, una bota o incluso zapatilla baja será suficiente.
Sin embargo, si es para adentrarte en terrenos difíciles, con piedras, zonas cortadas, mucha maleza… Siempre es mejor una bota de caña alta; ofrece mayor protección, tanto ante posibles golpes, como ante una posible caída y torcedura de tobillo pues ayudan a tener el pie más estable.
5. Impermeabilidad y transpirabilidad
Pues sí, en el caso de las botas de montaña también es muy importante tener en cuenta la impermeabilidad y transpirabilidad.
Muchas marcas cuentan con membrana Gore-Tex, que ofrece una muy buena impermeabilidad, para mantener los pies secos incluso en condiciones meteorológicas complejas, y a la vez proporciona la transpirabilidad necesaria para evitar el sobrecalentamiento de los pies.
Es cierto que nosotros recomendamos siempre elegir una bota con membrana. Pero también es cierto que es un factor que hace subir el precio, especialmente si hablamos de Gore-Tex. Por eso, si el presupuesto es ajustado y las botas son para salidas muy esporádicas en terrenos fáciles, se puede vivir sin ello.
Ahora bien, si vas a sacar partido al calzado, que no sea este el factor elegido para bajar el precio. Vale la pena invertir en una bota con una buena membrana y, sobre todo, tener claro que sea impermeable y no repelente al agua, pues no es lo mismo. Sí que te protegerán, pero es probable que a las horas de llevarlas acabes con los pies mojados.
6. El tiempo importa
¿Qué relación tienen el tiempo con la elección de una bota de montaña? Muy sencillo, con la elección en sí misma no, pero sí con el momento de la compra.
Si te estás comprando el calzado para una fecha concreta, para tus vacaciones, porque tienes un fin de semana programado, o por cualquier otro motivo, es importante que las compres con tiempo para poder ir usándolas y que bota y pie se adapten el uno al otro.
En la tienda apenas caminarás unos pocos pasos y las llevarás muy poco rato, lo que no te da mucha información. No será hasta que salgas a la calle con ellas y hagas unos cuantos kilómetros que empezarás a notar realmente cómo te sientes con ellas.
Además, estrenar unas botas -cualquier calzado de hecho- con una buena caminata por delante nunca es buena idea y es fácil que, incluso yéndote bien, te hagan algún roce o incluso provoquen la aparición de alguna ampolla.
7. Comprar en tienda física
Llevar el calzado adecuado es lo que puede suponer la mayor diferencia entre pasar un maravilloso día en la montaña o acabar pidiendo a gritos volver a casa.
Al final, los pies son nuestro sustento, nos llevan de un lado a otro y, por lo tanto, debemos sentirnos bien con el calzado que llevemos o nuestros pies se quejarán y podríamos llegar a no poder dar ni un paso más.
Precisamente por eso es muy importante probarse el calzado antes de comprarlo, asegurarse de que el largo es el que toca, que no aprieta en exceso o queda demasiado ancho…
Debes prestar atención a las sensaciones que te transmite la bota, cómo te sientes con ella. Si no hay buen feeling, no te sientes del todo cómodo, aunque teóricamente sean las mejores descaártalas porque esa sensación desagradable será aún mayor conforme vayas caminando.
Además, no olvides que somos asimétricos y, por lo tanto, también es tienes que probarte los dos pies.
Por último, pero no por ello menos importante, acude a una tienda especializada en la que puedan ayudarte en la elección. Ellos conocen los diferentes modelos al dedillo y, explicándoles tus necesidades y/o peculiaridades (pies planos, juanetes…), te ayudarán a reducir el número de posibilidades y a elegir el modelo más adecuado.