5 consejos para superar el miedo a las alturas

5 consejos para superar el miedo a las alturas

Si hay algo difícil de evitar en la montaña son las alturas. Aunque hay multitud de caminos o senderos que no nos exponen claramente, es muy fácil encontrarse, en un momento u otro, en una situación que sí lo haga.

Y no solo si salimos de ruta, muchas atracciones o actividades de ocio que podemos hacer en este entorno maravilloso nos muestran claramente la altura a la que nos encontramos, como puede ser el mirador solar de Ordino, el puente tibetano de canillo o las pasarelas de Panticosa.

Son excursiones magníficas, pero si tenemos miedo a las alturas -nosotros o alguien que nos acompañe-, seguramente no podremos disfrutarlas por mucha pena que nos dé, sobre todo si más que miedo tenemos acrofobia (fobia a las alturas).

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Pese a ello, no siempre es malo. Tener un poco de miedo nos ayudará a ser más prudentes y medir más nuestros actos y movimientos, lo que puede ser muy positivo. En el segundo caso, el de sufrir un miedo extremo, una fobia, podría limitarnos mucho y hacer que una experiencia maravillosa se convierta en una pesadilla.

Para tratar la fobia, y lograr superarla, posiblemente sea necesaria la ayuda de un experto. Pero si no llegamos a tal extremo, aunque sí puede llegar limitarnos en algunas de las actividades que nos gustan, sí hay algunos consejos que pueden ayudarnos.

Pero antes de proseguir, debemos tener en cuenta que los vértigos, mareos u otras indisposiciones no siempre tienen que ser causa de un miedo -o fobia- a las alturas, sino que pueden ser por motivos fisiológicos. Por eso, y dado que es fácil confundir los síntomas, lo mejor es siempre acudir a un médico que nos ayude.

Consejos para ir superando el miedo a las alturas

Tener miedo no debe avergonzarnos. Sin embargo, hay gente a la que le cuesta reconocerlo, lo que acaba generando aún más preocupación a quien lo padece.

Hablar sobre nuestro miedo a las personas que nos acompañan nos liberará de esa presión añadida y, además, nos será muy útil porque al saberlo, lo demás nos podrán ayudar.

El poder de la mente es magnífico y, al igual que puede provocarnos ese miedo irracional, también puede ser parte de la solución.

Podemos imaginarnos a otras personas acercándose a un precipicio, con calma, manteniendo las distancias de seguridad adecuadas y volviendo sin más problemas.

Luego, debemos imaginarnos a nosotros mismos haciendo lo mismo acercándonos poco a poco a ese precipicio. Ver que no pasa nada ayudará a nuestra mente a entender que esa situación es segura.

Al estar imaginando situaciones realistas, nuestro cebero podrá identificarlas en una situación real.

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Otro paso importante para superar el miedo a las alturas es ser conscientes de que en esos casos nos están dominando las emociones, dejando la lógica de lado, y en muchas ocasiones nuestra mente nos lleva a situaciones traumáticas anteriores.

Leer sobre el tema puede ayudarnos a racionalizar la situación, al igual que intentar borrar de nuestros recuerdos esa situación traumática -si la hay-. Pero no podemos negar que es todo un desafío para nuestra mente.

Cuando nuestro problema no es una fobia que nos limita por completo, fijar en nuestra mente la idea de alcanzar el objetivo que nos hayamos propuesto, por encima de todo lo demás, puede ayudarnos a sacar la fuerza necesaria para superar el miedo.

Una vez lo alcanzamos, debemos guardar en nuestra mente la sensación de júbilo y alegría que nos proporciona alcanzar nuestra meta, y así podremos recurrir a esas emociones positivas en un futuro si lo necesitamos.

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Este sería el paso definitivo para superar el miedo a las alturas. Pero tendremos que hacerlo poco a poco, exponiéndonos de forma progresiva (acercándonos cada vez más al borde y quedándonos unos minutos en cada nueva aproximación), en entornos seguros y controlados, y acompañados de una persona que conozca nuestro miedo y esté allí para ayudarnos.

Una alternativa segura que va muy bien son los juegos de Realidad Virtual porque, aunque sea un juego, nos exponen a situaciones tremendamente realistas y nos servirá de entreno. The Climb 2 o Everest VR son dos buenas opciones.

De hecho, un estudio realizado en 2006 destacaba que en muchos casos solo son necesarias 3 sesiones para superar la acrofobia.

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