Crónica de un novato en Whistler

Esta es la aventura de Ignacio Rodríguez, Barfliss para los amigos, en su viaje a Whistler, un pequeño pueblo situado al oeste de Canadá, justo a las faldas de las montañas Whistler y Blackcomb.

Crónica de un novato en Whistler

Mi nombre es Ignacio Rodríguez del Castillo (Barfliss para los amigos), y soy lo que se conoce como un adicto a la nieve. Nací hace 25 años en Málaga y ya desde pequeño, mi admiración por el esquí superaba con creces al resto de los deportes. A ello contribuyó no sólo la influencia de mis padres y familiares, a quien se lo sigo agradeciendo, sino también a la energía que radiaba en mí desde chico. Hace un par de temporadas participé como probador en el test de freestyle de Solo Nieve y ahora agradezco de nuevo la oportunidad que me brinda la revista de explicar en cuatro líneas cómo es la vida de un recién aterrizado en la que seguramente sea la estación más famosa y deseada de esquí del planeta.

Toda esta aventura comenzó al terminar mis estudios universitarios, cuando tuve que decidir sobre lo que haría al año siguiente. Tenía un dinerito ahorrado y un objetivo claro al que llevaba dando vueltas durante toda la carrera. Mi sueño era estudiar inglés en una ciudad rodeada de montañas nevadas, con una alta acumulación de nieve anual y buenos snowparks donde poder realizar saltos y trucos, mejorando así mi técnica.

Con esta idea en la mente comencé a buscar lugares que cumpliesen mis expectativas. Tres ciudades llamaban mi atención: Salt Lake City, Denver y Whistler. El trámite para vivir más de tres meses seguidos en Estados Unidos era un verdadero engorro, lo que me motivó para acudir a la embajada de Canadá a solicitar información. Ir a Canadá resultó ser más sencillo de lo que pensaba, ya que con el visado de turista te dejan vivir allí por un período de 6 meses. Te exigen tres condiciones para ello: tener un billete de ida y vuelta cerrado por ese período, inferior a seis meses, acreditar que tienes dinero suficiente para vivir durante tu estancia y tener un seguro médico con cobertura internacional.

Whistler es un pequeño pueblo situado al oeste de Canadá a dos horas al norte de Vancouver. Se encuentra a las faldas de dos majestuosas montañas (Whistler y Blackcomb), donde nace la estación y donde sólo pueden transitar peatones. Para haceros una idea y salvando las distancias, el pueblo de Whistler es parecido al de Sierra Nevada, con la diferencia de que le gana ampliamente en tamaño y en cantidad de precipitaciones. La nieve, que normalmente recibe esta estación, es de una calidad intermedia/húmeda, ¡Y los espesores son una pasada! Nevando desde noviembre hasta principios de abril. Los mejores meses de la temporada pasada fueron diciembre, enero y marzo. Por ejemplo, en Marzo cayeron 4,5 metros.

Me instalé en Nordic, que está a 5 minutos en autobús de Creekside, donde hay una góndola que te lleva a la montaña de Whistler, y a 10 minutos de Whistler Village. Por una habitación individual pagas 700$ca al mes y por el forfait de temporada 1.450$ca+tasas, es decir, 1.675$ca. El precio del forfait diario es muy elevado, cuesta en torno a los 100$ca. El autobús es el medio de transporte más utilizado, aunque por unos 2.000$ca puedes comprar una pickup si te lo puedes permitir y la vendes cuando te vuelves a casa. Aunque lo más espectacular es tener una moto de nieve. El snowmobiling (motos de nieve) es una fiebre aquí y se practica con mucha frecuencia. A escasos kilómetros de Whistler comienzan los accesos, unos gratuitos y otros de pago, donde tienes infinidad de rutas que te adentran en el interior de British Columbia.

En general, como veis, el coste de vida es bastante elevado. En Whistler, los precios de los productos y servicios no incluyen los impuestos, que los calculan cuando pasas por caja. O sea que cada compra viene con sorpresa final.

El apreski de Whistler es un elemento que lo diferencia del resto de las estaciones de British Columbia. Combina una gran oferta de bares, pubs y restaurantes que tienen las mejores hamburguesas que he probado, aunque no os voy a contar las consecuencias de comerte cinco seguidas… ¡Ni se os ocurra hacerlo!

Si vais a Whistler, no podéis dejar de ir al Dusty’s en Creekside. Lo mejor de todo esto es que llegas esquiando hasta la puerta de muchos de los restaurantes. Por la noche abren las discotecas en el Village hasta las 2.30 h para los que tengan ganas de marcha. Las fiestas mas conocidas son los miércoles en el Buffalo Bills y los jueves en Garfinkels.

Whistler&Blackcomb ha superado con creces mis expectativas. No es como lo explican y ves en las pelis, es más que eso. Eso sí, para disfrutarlo tienes que ir acompañado de un local, ya que la mayoría de la gente que viene por períodos semanales, sólo acaba conociendo las pistas. Recuerdo haber leído eso mismo en Solo Nieve hace un par de temporadas, en un reportaje en el que Curro Bultó explicaba la importancia de un buen guía para sacar el mejor partido a la estación. Cuánta razón.

La mayor peculiaridad del dominio es su tamaño, es enorme. Y también que nieva muchísimo y que la mayoría de las pistas están rodeadas de bosque.

Es en el interior de éstos donde está lo verdaderamente interesante.

Hay algunos del tal tamaño que parece que no tengan fin. Si te gusta el freeride y eres un esquiador con un nivel avanzado o experto, es un verdadero paraíso. Imagínate bajadas de más de 1.200 metros de desnivel entre árboles, con la nieve por la cintura salpicándote la cara en cada giro, por un terreno repleto de cambios de rasante, pillows y cliffs. ¡Tú eliges por dónde vas!

Si eres un esquiador de nivel intermedio, hay infinidad de pistas de todos los niveles. Después de una nevada, la mayoría de las pistas no las pisan y, se puede disfrutar de un gran día de powder por ellas sin necesidad de complicarte la vida en los bosques.

Una de las características que por excelencia definen esta estación es la seguridad. Si ha estado muchos días sin parar de nevar con intensidad y las condiciones meteorológicas son adversas, no abrirán las pistas hasta que los patrulleros lo tengan todo bajo control.

Después de una nevada es muy común escuchar detonaciones de explosivos durante varios días. Nunca abren una pista hasta que han hecho caer todas las posibles avalanchas. En Whistler, la seguridad en pistas está por encima de todo.

Espero que este humilde relato os anime a cumplir vuestros sueños. Si queréis mas información, podéis entrar en mi blog y preguntar lo que queráis. www.barfliss.com.

Agradecimientos

Quería dar las gracias a todas las personas y empresas que me han ayudado a alcanzar mi sueño. Por supuesto a mis padres y a los sponsors que me han ayudado a lo largo de mi carrera como esquiador: SwiftAir, D.A.R, Grupo Boyaca, Alcampo, Patrick Sport, Grupo Cronos y Armada.

P.D. ¡Os espero allí esta temporada!

Texto: Ignacio Rodríguez del Castillo

Fotos: Hugues Steiner/Alejandro M. C.

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