Cuidar la piel ayuda a evitar lesiones y mejorar nuestro rendimiento deportivo

Cuidar la piel ayuda a evitar lesiones y mejorar nuestro rendimiento deportivo

Cuando hablamos de deporte, de evitar lesiones más concretamente, nadie duda sobre la importancia de la hidratación, de realizar los descansos pertinentes, no forzar en exceso y estirar como es debido.

Pero… ¿Cuánta gente habla de la piel y su relevancia a la hora de evitar lesiones? A veces nos olvidamos de ella, relegándola a un ámbito estético, pero es el órgano más grande de nuestro cuerpo así que, tendrá mucho que aportar, ¿no?

Es nuestra primera barrera de protección con el mundo exterior, ya sea ante la meteorología (sol, viento, agua…) o ante otros elementos como pueden ser piedras, ramas de árboles y cualquier cosa que se nos ocurra.

Y también es mucho más. La piel es un órgano vivo, que respira y está trabajando las 24 horas del día, y que cubre 4 funciones esenciales para nuestro cuerpo que, por ende, también pueden afectar a nuestro entreno y rendimiento.

Pero para saber en qué nos ayuda y cómo debemos cuidarla para evitar lesiones e incluso mejorar nuestro rendimiento, antes debemos conocer sus funciones principales.

Principales funciones de la piel

undefined

Proteger: Como decíamos, la piel es nuestra primera barrera protectora ante agresiones externas, ya sean visibles y/o palpables como el sol, los golpes o las temperaturas extremas, sino que también nos protege de agresiones imperceptibles como enfermedades, ya que el sistema inmune también tiene células en la piel, que sirve de filtro para lo dañino.

Regular el metabolismo y temperatura: Por un lado, evita que expulsemos algunas sustancias imprescindibles para nuestro organismo, ayudando a mantenernos hidratados y sanos. Pero también nos ayuda a regular la temperatura corporal gracias a su capacidad de evaporar agua, a la vez que elimina sustancias nocivas.

Sintetizar la Vitamina D: Al estar en contacto con el sol, la piel absorbe los elementos necesarios para generar Vitamina D -poco abundante en alimentos-, importante para los huesos y tejidos óseos.

Sensibilidad: Gracias a sus terminaciones nerviosas, con más de 5.000 receptores por cada centímetro cuadrado, la piel nos proporciona el sentido del tacto, notar frío, calor y también dolor.

La importancia de cuidar la piel para el deporte

undefined

Para empezar, debemos abrir nuestra mente y no limitar nuestra idea de lesión a las relacionadas básicamente con cuestiones óseas o musculares.

Una enfermedad también es una lesión, y puede serlo una urticaria, una dermatitis o, llegando al extremo más desagradable, un melanoma.

Y como un menisco roto o una tendinitis aguda, también pueden mantenernos alejados del ejercicio físico durante mucho tiempo; incluso para siempre. Reducir los riesgos depende de nosotros y una forma de lograrlo es cuidando la piel.

Además, también puede ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento. Según explican en saludmasdeporte, la doctora Cristina Serrano, dermatóloga de la Clínica Inmaculada Concepción de Granada, afirma que la piel representa un 20% del total del rendimiento de un deportista. ¡Y eso no es poco!

Por eso, vamos a ver qué medidas preventivas y cuidados podemos y debemos ir asimilando e incorporando a nuestra rutina. Para reducir lesiones, evitar enfermedades más graves y mejorar nuestro rendimiento deportivo.

Beber agua regularmente

undefined

Cualquier deportista debería tener bien asumida la importancia de hidratarse constantemente y no permitir que lleguemos a la deshidratación. Y no podemos perder de vista que, de media, se pierde 1 litro de agua por cada hora de ejercicio.

Perder alrededor de un 2% de la cantidad de agua de nuestro cuerpo ya tiene efectos directos sobre nosotros, llegando a rebajar nuestro rendimiento en un 10-20 %, y nuestra piel empezaría a perder su capacidad termorreguladora.

Una pérdida del 3% ya puede provocar calambres, mareos y una menor resistencia al ejercicio físico. Entre un 7 y un 8% de pérdida de agua ya puede producir problemas graves como un golpe de calor y fallos orgánicos.

Protección solar

undefined

Dejando de lado la opción de no exponerse al sol, algo prácticamente imposible si no es estando encerrados de día, la mejor forma de protegerse de la radiación solar es con prendas de ropa.

Usar gorras o gorros, tubulares, mascarilla, camisetas de manga larga, pantalones… Cualquier prenda que tape nuestra piel nos ofrecerá una protección extra.

Pero la más generalizada y habitual son las cremas (aceites, leches…) fotoprotectoras. Por supuesto, cuanta mayor protección usemos mejor, si es de 50 mejor que si es de 30, pero en este caso debemos estar pendientes de ir aplicando la loción regularmente pues su efecto también se pierde con el tiempo, y nuestro sudor colabora a que esa pérdida sea aún más rápida.

A poder ser es mejor evitar las horas de mayor radiación (alrededor de mediodía), protegerse incluso los días nublados (la radiación ultravioleta no entiende de días nublados y afecta igual) y tener en cuenta que el hielo, la nieve, la arena o el agua aumentan la incidencia de la luz.

Sobra decir los problemas graves que puede acarrear una exposición solar constante y sin protección.

Piel hidratada y cuidada

undefined

Con cremas, aceites, jabones de PH neutro, lo que cada cual elija. Pero mantener nuestra piel sana e hidratada es mucho más que una cuestión estética, es fundamental para el correcto desarrollo de sus funciones.

Una piel seca es más fácil que se agriete, llegando a generar heridas y, por lo tanto, rompiendo nuestra protección ante factores externos.

También es más propensa ha sufrir eccemas, urticarias u otras enfermedades cutáneas que pueden llegar a generar más complicaciones.

De hecho, hay ciertas dolencias de la piel cuya incidencia ya se ha comprobado que es muy superior entre deportistas que entre la población general. Por ejemplo, según la dermatóloga Serrano, la Urticaria colinérgica afecta a un 14% de deportistas mientras que su afectación entre la población general es de solo el 2%.

Decisiones estéticas y sus consecuencias

undefined

Llevar piercings o tatuajes es una decisión personal que se toma por cuestiones estéticas. En caso de querer hacerse uno, también es importante tener conocimiento de qué podría significar para el cuerpo.

En ambos casos estamos hablando de herir nuestro cuerpo y, por lo tanto, el primer peligro derivado de ellos es la posibilidad de sufrir una infección.

Directamente vinculado con el deporte, debemos informar que algunos estudios alertan de que los tatuajes pueden alterar la sudoración. En el caso de grandes tatuajes podría afectar al rendimiento deportivo pues podría disminuir la sudoración haciendo que la pérdida de sodio sea mayor y, por lo tanto, perdiendo capacidad de termorregulación.

Por último, además de los problemas que puedan surgir por reacciones alérgicas, hay que realizarlos en lugares que cumplan con todas las medidas sanitarias legales, para evitar contagios de enfermedades graves.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...