¿Recordáis las señales que indican una calle sin salida? En Estados Unidos y otros países de habla inglesa, éstas tienen un nombre muy peculiar: Dead End. Pues bien, a veces iría bien tener alguno de estos indicativos por la montaña. Porque una vez pones los esquís fuera de pistas, nunca sabes cuándo llegará ese repentino fin de tu trayecto.
Y es que, cuando decimos que hacer fuera pista es peligroso, no lo hacemos porque sí. La montaña entraña muchos peligros que son imposibles de predecir.
En el vídeo que os mostramos a continuación veréis cómo, un placentero descenso por un tramo relativamente fácil, acaba en un abrupto e inesperado ‘Dead End’ en la montaña.
Pese a no querer haceros un spoiler, porque preferimos que veáis vosotros mismos el vídeo, sí vamos a adelantaros que el protagonista está vivo para contarlo, ya que él mismo publicó sus imágenes en Instagram.
Si las imágenes os dejan impactados, el audio os helará la sangre.
Este esquiador sobrevive a una caída de 6 metros. Pero las consecuencias fueron una fractura en el muslo derecho, la pelvis rota por tres puntos y un golpe de consideración en el pulmón.
Ojalá no fuese necesario llegar a ver cosas así para ser conscientes de los peligros. Aunque Neuhaser tiene razón en una cosa: esa zona debería estar correctamente señalizada e incluir un vallado.
Aun así, responsabilidades aparte, siempre debemos priorizar nuestro propio sentido de la precaución y el riesgo.
