Esquí en Rumanía: una grata sorpresa

Esquí en Rumanía: una grata sorpresa

Aunque ya apareció un especial en la página 72 del primer número de la historia de Solo Nieve sobre el esquí en Rumanía y se trata de un país donde se encuentran los Cárpatos y con casi 100 estaciones de esquí, en lo último que piensa uno cuando oye hablar de Rumanía es en esquí. Y de hecho, la mayoría de estaciones son muy pequeñas. Por ello, cuando me salió la oportunidad de esquiar en Rumanía, era bastante escéptico respecto a lo que iba a encontrar, pero este país esconde algunas regiones donde se puede practicar muy buen esquí. En este caso, la estación visitada ha sido la de Poiana Brasov, en los Cárpatos, situada en Transilvania, en el centro del país, la estación de esquí en Rumanía con más proyección internacional.

Porque estamos hablando de una estación con mucha historia, fundada a principios del SXX y donde tuvo lugar la primera competición de esquí en 1909. Poiana Brasov está situada a sólo 14 km de la ciudad medieval de Brasov, en un entorno espectacular en plenos Cárpatos, rodeado de bosques de coníferas, al pie del macizo de Postavaru. No en vano, Rumanía es el segundo país de Europa con mayor superficie de bosques vírgenes del continente y se nota en los paisajes.

¿Dónde?

Cómo llegar

Lo más habitual es volar hasta Bucarest y después ir en coche hasta Poiana Brasov, que se encuentra a unos 180 km, aunque se puede tardar más de dos horas porque las carreteras no invitan a correr demasiado. De camino puedes encontrar carros, coches que se incorporan o dan media vuelta,... Vamos, que si vas pasado de vueltas puedes tener algún percance porque estamos en un país de contrastes, con muchas zonas y gentes que recuerdan a tiempos pasados.

Hay que decir que muchos hoteles ofrecen servicios de transfer desde el aeropuerto, aunque teniendo en cuenta todo lo que se puede ver por la zona, es muy recomendable hacerse con un coche. Todos llevan neumáticos de contacto porque es obligatorio.

Un dato a tener en cuenta que durante la temporada, los fines de semana y fechas punta se pueden formar aglomeraciones en el camino de Bucarest a Poiana. Por ello, es muy recomendable acudir entre semana.

La estación

La estación es relativamente pequeña, con 24 km de pistas repartidos en 80 Ha. La base de la estación se encuentra a 1020 m, mientras que la más alta llega hasta los 1799 m. con una configuración muy vertical  tiene dos zonas claras de acceso, el teleférico Capra Neagra, a la izquierda, y el teleférico Kanzel y la cabina Postavarul, que quedan a la derecha, mirando a la montaña.

Existe una zona intermedia entre estas dos, a la que se accede desde la calle principal, que es una zona para debutantes, con una pista muy ancha y con poca pendiente. También puedes tirarte en un hinchable y hay zonas para jugar.

Casi todas las zonas contiguas a los remontes son de parking de pago.

Forfaits. Hay opción de forfait por número de subidas, aunque también se puede coger un forfait por un día entero o algunas horas. El precio, bastante más económico que en nuestras montañas, ya que un forfait de día puede salir por unos 30 euros.

Resulta curioso que no existe forfait de temporada. Me comentaron allí que por su cultura, sería impensable no prestarlo, por lo que al final sería un problema.

Lo primero que sorprende al pisar la estación es que tiene remontes de última generación. Sí, uno piensa que encontrará instalaciones antiguas y en mal estado, pero todo lo contrario. Salvo alguna excepción, la estación cuenta con teleféricos, telecabina, telesillas, todo muy nuevo y en ocasiones, mejores que los que podemos encontrar en nuestras estaciones. Desde 2010 se han estado realizando inversiones y ha cambiado completamente el aspecto que ofrece la estación.

Es una estación de configuración muy vertical, por lo que no hay desplazamientos horizontales. Prácticamente con un solo remonte puedes esquiar toda la estación. Una vez arriba, las pistas son muy interesantes. Largas y con pendiente media, ofrecen muchas posibilidades a cualquier tipo de esquiador. Desde arriba se puede bajar por la negra Lupulul, la roja Sulinar o la azul Drumul Royu, que a su vez presentan variantes. No existes las verdes, pero encontrarás desde azules más o menos fáciles hasta negras con buena pendiente, aunque se echa en falta alguna pista realmente difícil. Después de una nevada hay buenas zonas para poder hacer fuera pista, de acceso muy evidente y entre las pistas.

Aquí encontrarás pistas con pendientes cambiantes, muy divertidas. Entre semana hay bastantes grupos de gente que está aprendiendo a esquiar y en general las pistas están vacías.

A pesar de que suele nevar abundantemente, la estación cuenta con una red de cañones de nieve producida que le asegura poder abrir algunas zonas en buenas condiciones si la meteorología falla. Hay cañones tanto de alta como de baja presión.

Aunque hay mucho debutante, también podrás encontrar buenos esquiadores.  Ah, y no esperes equipaciones Jerry ni nada parecido. Hay mucho más nivel del que uno puedo pensar a priori y se puede ver buen material en pistas. En general el ambiente no desentonaría con cualquiera que podamos tener en nuestras montañas.

La nieve

Teniendo en cuenta lo baja que es esta estación, la nieve no falta. La visité a principios de diciembre y se podía esquiar francamente bien, aunque había zonas cerradas, pero siguiendo un poco el estado de la estación, se ve que es una zona donde las temperaturas pueden llegar a ser muy bajas y que nieva frecuentemente, por lo que casi siempre encontrarás nieve en condiciones.

¿Dónde comer en pistas?

Para parar a tomar algo en pistas sin bajar a la base sólo hay una opción, la Cabana Postavaru, que se encuentra bajando a la derecha de la estación, en una cota media alta. Se trata de una antigua cabaña remodelada y ampliada, con un estilo muy rústico, donde se puede comer de todo y a buen precio.

Alquilar material

Hay diversas tiendas donde alquilar material a buen precio en las dos zonas a pie de pistas, o incluso en algunos hoteles tienen este servicio. Hay opción de alquilar buenos esquís, pero si la nieve no está bien no te dejarán alquilar equipos de gama alta.

¿Dónde alojarse?

Teniendo en cuenta que los precios son bajos, lo más recomendable es alojarse en alguno de los hoteles que hay cerca de las dos salidas de los remontes. Hay hoteles de todos los niveles y sorprende la cantidad de alojamientos de nivel alto.

Yo estuve en el hotel Denisa, un 5*. Es un buen hotel, pequeño y muy cerca de la cabina, con unas habitaciones muy correctas pero no creo que merezca esta calificación.

Si buscas hoteles grandes y bien situados, dos buenas opciones son el Ana Sport y el Teleferic Grand Hotel, uno en cada zona de pie de pistas.

Para cenar

Poiana Brasov es un destino turístico de primer nivel en el país y se nota por la cantidad de restaurantes que hay. Hay muchas opciones, desde cocina más de mercado en los hoteles hasta restaurantes típicos que vale la pena visitar.

Moneda y precios

La moneda oficial es el Lei, que al cambio ronda los 0,25 euros. Los precios son bajos comparados con los nuestros, pero se nota que estamos en un destino turístico de nivel porque aquí son bastante más elevados que en otras zonas de Rumanía.

En los hoteles y buenos restaurantes puedes encontrar opciones para todos los bolsillos, incluso para los más abultados.

Compras

Poiana Brasov sólo tiene un fallo evidente en comparación con cualquier otra estación que puedas visitar en Europa, y es que a nivel de tiendas está mal. Sólo hay unos tenderetes al lado del lago, pero cuando llegas a ver lo que tienen es posible que se te pasen las ganas. Y con ello, seguramente saldrás de aquí sin la opción de comprar una camiseta o una taza de recuerdo. Si quieres comprar algo, tendrás que bajar a Brasov.

¿Qué alternativas hay al esquí?

Poiana Brasov es un pueblo muy pequeño en el que no hay muchas opciones, pero en los alrededores sí que encontrarás motivos que justifiquen un viaje, incluso aunque no vayas a esquiar. A nivel de entorno, los Cárpatos y sus espectaculares paisajes ya justifican por sí solos estar aquí. pero hay mucho más.

Brasov es una ciudad que se encuentra a unos 15 km de Poiana Brasov, bajando por la carretera. Es la segunda ciudad más importante de Transilvania y mantiene un precioso centro histórico medieval de visita obligada. Y en periodo navideño, aún más. La plaza del Consejo, la Iglesia Negra y la calle de la República concentran los principales atractivos de esta ciudad medieval. La mejor vista se tiene desde el monte Tâmpa.

La ciudad presenta multitud de monumentos visitables, como la Iglesia Negra, la Plaza Sfatului, las fortificaciones,...

A poca distancia de Brasov, a unos 50 km en dirección a Bucarest, se encuentra Sinaia, otro destino de esquí importante del país, también a los pies de los Cárpatos. Se nota que había sido una población importante antes del periodo comunista por el nivel de la arquitectura que se ve. Y es que precisamente allí se encuentra el Castillo de Peles, que es la antigua residencia de verano de los reyes de Rumanía. Este edificio fue el primero de Europa en tener electricidad y ascensor y actualmente es la segunda atracción más visitada del país. Pero aquí hay muchas más cosas que ver.

Y cómo no podía ser de otra manera, nos queda el destino más famoso de la zona, el Castillo de Bran, el del Conde Drácula, que se encuentra a unos 30 minutos de Brasov. Estamos en Transilvania y la presencia del Conde Drácula es total. En los últimos 20 años se ha convertido en uno de los destinos más famosos, si no el que más, de Rumanía. Aunque el personaje histórico Vlad Dracul, “Vlad el empalador” nunca habitó el castillo (aunque parece que pudo estar como reo encerrado en sus celdas), el éxito de la novela de Bram Stoker ha servido para que se gane un falso mérito y que actualmente esté en todas las rutas turísticas del país, y por supuesto las de Transilvania y el propio Drácula.

Y antes o después de visitar Poiana Brasov, siempre vale la pena dejar de lado Transilvania y los Cárpatos y dedicar algún tiempo a visitar Bucarest, una ciudad con un pasado más lejano esplendoroso que se nota en parte de su arquitectura y otro más cercano, el de la época de Ceaucescu, que también vale la pena visitar.

En definitiva, nos encontramos frente a un destino turístico que nos permite combinar esquí con el disfrute visual de los Cárpatos, visita de ciudades, actividades al aire libre, paisajes espectaculares y otras opciones más turísticas, de manera que nos puede quedar un viaje muy, muy completo.

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