Esquiar a los 40

Esquiar a los 40 no tiene por qué ser diferente. Paula Fernández-Ochoa, Edu Carrera y Samuel Sánchez nos cuentan cómo les va a ellos.

Esquiar a los 40

Cumplir 40 puede ser, para algunos, una especie de trauma por el que tienen que pasar penosamente. Sin embargo es una edad para disfrutar mucho de la vida, tanto como antes o más. Y esquiar a los 40 no es una excepción, se disfruta como siempre, puede que más.

Hoy nos cuentan su experiencia personal Paula Fernández-Ochoa, Edu Carrera y Samuel Sánchez, tres personas que tienen mucho que ver con el mundo del esquí, que son grandes deportistas, que disfrutan de la vida, que tienen ya cumplidos los 40 años y que nos pueden dar muchos consejos de cómo seguir disfrutando del esquí, de la vida y del deporte. Esquiar a los 40 es una suerte, y ellos nos van a contar su experiencia.

Paula Fernández-Ochoa

Paula me roba una sonrisa cada mañana a la hora del café. Sus entradas de Instagram, siempre cuidadas, siempre con mensaje, nos muestran a una mujer activa, trabajadora, deportista, moderna, preparada, atractiva, simpática y vital. Transmite fuerza, ganas de vivir y energía positiva. No me la pierdo ningún día, sé que siempre me va a aportar algo bueno. VivircorRiendo.

Es una persona implicada con el esquí, con el deporte, con la salud, con la vida y, cómo no,  con la mujer. Su apellido la situa en la nieve desde pequeña y ahora sigue viviendo con pasión lo que su padre dejó en su ADN. Entre sus muchas actividades y profesiones, Paula es miembro de la RFEDI, concretamente es la responsable del área Mujer y Nieve. Como le he oído decir alguna vez, a ella le gusta aportar a este mundo su copito de nieve, y hoy nos viene a contar cómo vive sus cuarenta y pico.

Que, con rotundidad, está equivocado. El deporte es bueno e imprescindible para todos, recomendable a cualquier edad por sus beneficios físicos, mentales y anímicos. La clave es darle a nuestro cuerpo la dosis correcta de ejercicio físico y en el formato adecuado

Sí, empecé con la bici de carretera hace un par de años, es decir, por encima de los 40, y estoy absolutamente enamorada de ella. Para mí no existe esa "barrera de los 40", pues una barrera, por definición, te impide el paso. Acepto que empezar un deporte con más edad puede tener una dificultad mayor que hacerlo desde niños, sobre todo aquéllos de gran destreza técnica, pero no es por regla general un impedimento.

La tonificación es imprescindible para la práctica de cualquier disciplina aeróbica y para la salud. Pero además, con mayor motivo a partir de los 40, pues a medida que cumplimos años nuestro cuerpo cambia, tiende a acumular más grasa y la masa muscular comienza a disminuir y para evitar o retrasar ese efecto inherente al envejecimiento, la fuerza es esencial.

En esos casos, generalmente opto por el deporte pues abandonarme al sofá -que también es sano hacerlo de vez en cuando- lo equiparo más a dejarme a la deriva y perderme. Así que intento no darle tregua a la pereza que pueda tener en ese momento y ponerme en marcha, porque sé que siempre, tras haberlo conseguido, el resultado físico y mental va a ser muy positivo.

En mi caso, creo que tengo un gen Fernández-Ochoa tan blanco y tan puro que hace que mi pasión por el esquí, en lugar de ir a menos, con los años vaya a más. Disfruto de cada oportunidad y día de esquí como una auténtica niña. ¿Que hace sol? ¡perfecto! ¿Que nieva muchísimo? Mejor, la calidad de la nieve será increíble y habrá menos gente. ¿Que hace mucho frío? me abrigo más. Y así siempre, no hay impedimento para no disfrutar de una jornada blanca.

Ese "que ya tienen 40"...no es acertado pues, en esa edad, ¡estamos en un momento vital increíble para poder DISFRUTAR, en mayúsculas, del regalo de la vida! Y hacerlo en todas sus modalidades, una de ellas el deporte y, en concreto, el esquí.

Sin duda conlleva una práctica con más sentido común y control del riesgo, pues somos conscientes de las lesiones y de las consecuencias que pueden tener. Pero te cojo el guante y aquí van algunos consejos: preparación física, elección y uso del material adecuado, respeto de las indicaciones para las estaciones y pistas y adecuación de la práctica a nuestro nivel de esquí y capacidades para jamás poner en riesgo ya no sólo nuestra integridad sino, por encima de ésta, la de los demás. ¡Y a disfrutar del esquí!

Edu Carrera 

¿Sabes esos reportajes que leías cuando apenas había Internet y todos comprábamos la revista Solonieve? Yo alucinaba con las fotos de los test, con los reportajes en estaciones casi imposibles de conocer, con aquellos formidables esquiadores. Pues Edu es uno de aquellos que nos hacían soñar.

Director del área de freeride de la revista durante muchos años, conocí a Edu en un test de Solonieve. Tuve la suerte de acompañar a aquel magnífico equipo durante dos días del test, una fantástica experiencia.

Edu Carrera ha sido muchas cosas en el mundo de la nieve: fundó una tienda, luego una escuela, una empresa de eventos, probador del test de Solonieve y director de freeride, olímpico en dos olimpiadas, campeón de España actual de másters... En la actualidad trabaja en Grandvalira. Pero, sobre todo, Edu, es un esquiador y un deportista. Seguramente una de las facetas de las que él se sienta más orgulloso es la de ser embajador de Adecco, pero de eso, con su permiso, hablaremos otro día.

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Noto muchas diferencias y disfruto lo mismo. Incluso puede que disfrute más, porque pongo en valor el hecho de poder seguir esquiando y exigiéndome al nivel que me gusta. Pero diferencias la hay, obviamente. En todo, desde la responsabilidad que uno adquiere para con las lesiones, a la fuerza que se tiene… Pero si te mantienes un poco eres capaz de disfrutarlo igual o más.

Ahí es donde más se nota realmente. El esquí de competición te obliga a unas fuerzas máximas importantes, explosión… Se puede trabajar la fuerza máxima, y se trabaja muy bien, pero la explosión se nota. Se puede entrenar, pero no se consigue tener la misma.

Por ejemplo, este verano empecé a entrenar de verdad otra vez. Con test de fuerza máxima, fuerza explosiva y es lo que más me cuesta recuperar. No es posible tener los valores que tenía a los 20, por ejemplo. Fuerza máxima sí se puede conseguir y fondo está claro que también, incluso mucha gente tiene más y mejor con la edad.

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Cuando tengo un objetivo lo entreno metódicamente y planificadamente. Por ejemplo el año pasado, cuando me marqué el objetivo del campeonato de España. Me rodeo de gente que sabe mucho, planificamos, estudiamos. Además yo he entrenado toda la vida y me conozco muy bien.

Sin embargo, si no tengo un objetivo no me marco ninguna pauta. Entreno lo que puedo, cuando puedo. Sí que es verdad que tengo una manera de entrenar que coge muchas cosas del alto rendimiento, pero ajustándome siempre a la realidad del trabajo o del momento en el que esté.

Sin objetivo deportivo a corto o medio plazo entreno por puro placer. Sí que es verdad que cuando se acerca la temporada procuro entrenar esa fuerza máxima. Pero entreno lo que me gusta, lo que me hace sentir bien, lo que me apetece en cada momento y lo que puedo compaginar con mi vida personal.

Pues depende, porque el descanso es tan bueno como el entrenamiento. Si tengo un día libre no me voy a quedar todo el día en el sofá, me ayuda mucho el hacer deporte, me libera de estrés, me hace sentir mejor. Pero también hay que saber descansar y darse ese placer. Es necesario.

Cuando entrenas a alto nivel estás obligado, eso está claro. Como ya no hago alto nivel pues no tanto. No me gusta comer cosas precocinadas o muy procesadas, prefiero cocinar yo una buena materia prima. O sea, como bien pero porque me gusta comer bien. Pero, por ejemplo, no perdono una buena copa de vino en las comidas o me tomo una cerveza después de una buena salida en bici. Me cuido porque es mi modo de vida, pero sin excesivos sacrificios. 

Cuando uno ha tenido un nivel de esquí y no lo puede mantener por el físico, pues es una pena. Si no puedes mantener el nivel físico para disfrutar del nivel técnico poco a poco vas a ir dejando de esquiar. Por eso es importante que se entienda que el estar bien físicamente es lo único que nos permite el paso de los años y seguir teniendo esas sensaciones de disfrute máximo.  Cada uno en su nivel. Cada esquiador disfruta de una manera absoluta de un modo diferente cuando se siente bien.

Al final, competición aparte, el esquí de pista, con un buen nivel, con un material adecuado se puede disfrutar durante muchos años. No tiene por qué ser diferente esquiar a los 40. Se puede mantener ese esquí potente, disfrutar de unas curvas bien hechas, hasta muy mayor. Mientras, eso sí, se tenga una buena condición física.

Una cosa importante es intentar esquiar siempre que se esquía. No dejarse caer, no ir detrás del esquí dejándose llevar. Hay que intentar disfrutar de cada curva. Eso es algo que yo sigo haciendo y que recomiendo a todo el mundo.

Samuel Sánchez

Aquella tarde de agosto estábamos en un pequeño apartamento en la playa. Escuché a mi mujer gritar y al locutor de la tele "vamos Samu, vamos Samu" y fue un subidón tan grande que todavía hoy me emociono al recordarlo. Oro. Oro olímpico. (Aquí puedes verlo)

Me sorprendío al cabo de bastante tiempo saber que Samuel Sánchez esquiaba, y que esquiaba a un nivel importante. La curiosidad, algunos amigos comunes, Instagram y el resto de redes sociales me han enseñado que es todo un quinto puesto en el campeonato de España de Másters. ¡En breve lo vemos ganando! De hecho en estos días fue segundo en la carrera de la Fundación Jesús Serra.

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En el año 2017 me volví a subir a unos esquís después de casi 20 años.

Mi relación con el esquí empieza desde muy niño. Con 5 años mi padre me subía casi todos los fines de semana a la estación de Valgrande-Pajares y así estuve hasta los 18 años. Hacía alpino por la mañana y esquí de fondo por la tarde.

Recuerdo que mis últimos esquís fueron unos ATOMIC ARC con fijación SALOMON  747 de 1,95 y una botas LANGE amarillas más duras que el hierro. Jajajaja. Esto fue a los 18 años.

Imagínate cuando vuelvo a subirme a unos esquís con 39 años y me dicen que todo había cambiado y tuve que tirar abajo los movimientos interiorizados que tenia desde niño. Esto para mí supuso, y supone, un reto el querer interiorizar los nuevos gestos técnicos del esquí.

Actualmente ya me he sacado el TD1 y ahora ya solo me queda el bloque de competición del TD2 en ETEVA.

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Este año batiré mi propio récord, creo que llegaré a unos 60.

La edad te hace tener más consciencia y asumir menos riesgos. Y, por consiguiente, mejorar técnicamente para tener más recursos en caso de asumirlos.

Lo que ahora no se me ocurre es ponerme a hacer un 360º o pegar un vuelo como cuando tenia 17 años… Las rodillas ya no aguantan tanto como antes.

Ja, ja, ja. Papá o Mamá.

Ahora mismo te diría que un buen día de esquí. Y, para rematarlo, un paseo en bici por la tarde con los amigos de la esquiada de por la mañana para comentar la jugada ;-)

Cuando un deportista profesional se acerca a su final, lo importante es buscarse una ocupación que te llene y cubra parte del vacío que te deja la alta competición. Siempre y cuando que tu economía te lo permita y no tengas que incorporarte al mundo laboral.

Plantearte retos deportivos en otras modalidades deportivas, ponerte un dorsal de vez en cuando….son constantes que vemos en deportistas que se retiran y por ejemplo quieren hacer una maratón, una Titan Desert, o aprender a esquiar, je, je.

Yo solo puedo opinar de esquiar a los 40. Me hubiera gustado esquiar a los 20 y a los 30, pero creo que en cada franja de edad se disfruta. El caso es buscar la manera y la disciplina.

Mantenerse siempre activo es la clave. Llevar una vida ordenada y nunca descuidar la actividad física.

Más enfocado al esquí, trabajar la fuerza antes de la temporada es vital para evitar lesiones y también para disfrutar mas de los días de esquí.

Mi experiencia personal

Bueno, mi vida como deportista no tiene nada que ver con la de Paula, Edu o Samuel, pero sí que soy un poco más mayor que ellos, así que os puedo contar mi experiencia, desde todos los 40 ya cumplidos.

Desde luego a mí los 40 me sentaron sensacional, no voy a tratar de engañaros. Físicamente me sentía muy bien, los niños ya iban creciendo y mi vida como esquiador con ellos.

Esquiar a los 40 para mí fue todo un lujo. Sin duda es la década de mi vida en la que más he esquiado, en la que más he aprendido y en la que más he enfocado el resto de mi vida deportiva hacia el esquí. De los 30 a los 40 no estuvo nada mal, pero los 40 superaron a los 30, sin duda.

Seguro que a los 40 encontramos alguna desventaja física con respecto a los 30, por ejemplo, pero en mi caso no tuve ninguna queja. Incluso me rompí la rodilla esquiando, yo, que nunca había tenido lesiones destacables. Desde luego hubiera preferido no rompérmela, pero me sirvió para conocerme mejor físicamente, y, aunque suene a tópico, salí de la lesión más fuerte.

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En mi caso cuidarme no es un problema, es una suerte que creo que tenemos y me parece un poco irresponsable el no cuidarse. Tenemos mucha más información de la que había antes y sabemos que con cuidarnos un poco ganamos mucho. Que luego, cuando vienen los días de fiesta tampoco me corto mucho. Pero si te cuidas en la vida ordinaria, en los días señalados te puedes dar una alegría. Y en eso también los 40 son muy buenos.

Por necesidades del guión, en la década de los 40 dejé un poco más de lado la bici, sobre todo en lo que es verano puro y duro (julio y agosto) y aprendí otros deportes. Y se lo recomiendo a todo el mundo.

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Además, creo que es la época en la que mejor entrené en el gimnasio y se nota mucho. Es una edad en la que hay que tonificar mucho más que en las anteriores y en la que más se nota si no lo haces. Pero entrenar, en mi caso, no os penséis que es un suplicio. Nunca he seguido una rutina ni una dieta. Entreno por sensaciones y procuro comer sano. Nunca he ido más allá. Sí que tengo la virtud de la constancia y la suerte de que si no hago deporte no me encuentro agusto. Por supuesto puedo pasar una estupenda tarde en el sofá, pero no dos. Creo que la vida vale mucho más que sentarse delante de la tele y dejarla pasar.

Quizás una de las mejores cosas de cumplir años es saber que el tiempo vale mucho, que dura poco, que la juventud que un día te regaló la vida puede estar contigo mucho tiempo... o muy poco si no la cuidas. Yo me quiero morir de viejo siendo el joven que fui, el joven que soy y el joven que dicen los mayores que siempre llevas contigo aunque seas viejo. Y seguir esquiando, y disfrutando del esquí y de la vida como he hecho hasta ahora y como me gustaría que sigáis haciendo vosotros.

Muchísimas gracias por vuestra lectura y muchísimas gracias a nuestros colaboradores de lujo: Paula, Edu y Samu, que sigáis disfrutando igual que habéis hecho hasta ahora.

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