Arties Pipe Line: Hydroelectric Couloir

Arties Pipe Line: Hydroelectric Couloir

El invierno de 2015, durante uno de los temporales de nieve que afectaron al Valle de Arán, el freerider Suso Folgar y nuestro fotógrafo Txema Trull se hicieron una línea muy especial. Esta es la historia del Hydroelectric Couloir de Arties.

Domingo, 22 de febrero de 2015. Un día muy ventoso y tapado, en pleno temporal de norte. El acceso a las zonas altas se ponía peligroso y se reducían las opciones para acceder a una buena línea, así que buscamos alternativas para aprovechar la jornada y llegar a casa con una sonrisa en la cara… un día más.

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Situado en pleno corazón del Pirineo, en el pueblo de Arties encontramos nuestro objetivo: una impresionante canaleta industrial, estrecha y llena de polvo, que nos hace volar la mente.

La destrucción de bosque pirenaico causada por la construcción, a mediados del siglo pasado, de una central hidroeléctrica, nos proporcionaría un terreno perfecto y muy diferente para el freeride.

Una canal artificial de unos cuatro metros de ancho, recorrida por un intimidante y enorme tubo oxidado de tres metros de diámetro, se convierte en nuestro pequeño paraíso matutino.

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El compañero para la aventura no podía ser otro que Suso Folgar, uno de los nombres de peso de la actual generación de freeriders del Valle de Arán. Una auténtica cabra de montaña, tanto en invierno con sus esquís como en verano escalando todos los rincones de la zona.

Con Suso he compartido a lo largo de los últimos inviernos memorables esquiadas y sesiones de fotos. Es nativo del mismo pueblo de Arties, buen conocedor del terreno y pocas semanas antes había esquiado en solitario la misma línea, así que cuando me propuso que le acompañase con mi equipo fotográfico, no lo dudé un instante.

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La central de Arties es bien visible desde la carretera, al otro lado del valle. Dos enormes tuberías descienden en paralelo desde la montaña y el agua que transportan aporta la energía potencial que los generadores convierten en electricidad.

Dirigimos nuestros pasos a la estructura de la izquierda. Una subida de poco más de hora y media, abriendo traza paso a paso, remontando por la canal paralela a la que pretendemos descender.

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Una sobrecogedora ascensión en la que el hierro y el hormigón de la hidroeléctrica sustituyen el habitual paisaje de los árboles y las rocas del bosque aranés. Una vez llegamos arriba, nos refugiamos en un viejo túnel desolado. La magia de la nieve nos transforma estas añejas estructuras en un fantástico y magnético panorama.

Cuando miramos hacia el fondo del valle sentimos un cosquilleo en el estómago. Junto a la enorme tubería de la central, los buenos treinta centímetros de polvo que cubren el Hydroelectric Couloir de Arties, impolutos, presagian que tenemos ante nosotros un gran descenso.

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Antes de la gran bajada hacemos algunas pruebas en los laterales del túnel donde nos refugiamos, en un entorno decadente y seductor. Llega el gran momento. Abre traza Suso, por supuesto, mientras yo me coloco estratégicamente para inmortalizar su línea.

¡Puntas abajo y gas! Suso inicia el descenso con su estilo inconfundible. Los veinte o treinta segundos que durará la bajada, apenas treinta giros, se transforman en pura adrenalina. Medio minuto, poco más que un instante de nuestras vidas; pero que se guardará para siempre en forma de alegría en nuestros corazones.

Texto y fotorgafías de: Txema Trull

Esquiador: Suso Folgar

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