Éxtasis en La Molina tras la nevada y... rescatado por un taxi

Éxtasis en La Molina tras la nevada y... rescatado por un taxi

Desde hace tiempo, cuando aparece en el horizonte una nevada de las buenas en la Cerdanya y La Molina y Masella se ponen a tiro, se activan una serie de protocolos para poder aprovechar esos powder days. En general cuesta tener disponibilidad entre semana, pero cuando lo que tenemos delante es la madre de todas las nevadas, el teléfono saca humo y hay que aplicar la máxima de No Work on Powder Day sí o sí. Porque ya lo sabemos, la nieve no espera, se va con el primero que la va a buscar.

En esta ocasión se han podido alinear los astros y nos hemos presentado en La Molina un buen grupo de esquiadores con ganas de guerra. Sol, calma y más de un metro de nieve recién caída era el menú, así que el festín estaba asegurado. La idea era esquiar un rato y volver a las obligaciones, pero la historia se ha torcido y ha acabado más tarde de la cuenta.

A primera hora algunos del grupo ya habían ido abriendo trazas mientras llegábamos los rezagados.

Ha costado un poco, pero finalmente me he podido unir a la fiesta.

Hoy iba a ser un día accidentado, porque al poco de empezar, las llaves del coche se caen desde el telesilla Comella. Adiós. ¿Y ahora cómo vuelvo? Tras una búsqueda infructuosa, una llamada al RACC y un taxi me subirá otras llaves. Vamos, que tenemos bastante tiempo y aún más nieve. Nada puede perturbar un día como el de hoy.

Al bueno de Oriol, de repente se le ocurre que se puede bajar la antigua pista Sitjar, que llegaba hasta la estación de tren. Por aquí sí que no ha pasado nadie. La idea es llegar a coger el autobús que sube desde la estación y volver a pistas. Oportunidades que hay que coger al vuelo.

El principio es una gran bajada, pero a medida que vas bajando se empieza a cerrar y cuesta más. Acabamos en el Hotel Roc Blanc, justo en el momento que pasa el autobús, que nos recoge y nos devuelve al paraíso.

Luego han seguido Vilalta y la zona de Roc Blanc. El taxi no llegaba y había que hacer tiempo...

Las zonas más altas de la estación estaban cerradas, pero la Daisy Bell ya se ha dejado ver, por lo que imaginamos que no tardarán en abrir el resto de la estación.

Y las últimas bajadas por Sitjar y Coms, cerca de los coches para cuando llegara el taxi.

En resumen, una jornada en La Molina para recordar. Buena nieve, buen tiempo y unos socios inmejorables para confirmar que esta estación con buenas condiciones es muy potente. Lástima del incidente de las llaves, aunque hay que decir que el RACC se ha portado de manera ejemplar y lo que podía haber sido un problemón ha quedado en una anécdota.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...