Aunque quizá puedan parecernos palabras discordantes, cada vez más nos acostumbramos a escuchar la terminología ‘capital natural’, que hace referencia al stock de plantas, animales, aire, agua, suelos y minerales de un entorno concreto.
Estos recursos naturales, renovables y no renovables, se combinan para producir un flujo de bienes o servicios a las personas de forma que, indirectamente, aporta valor a las empresas y a la sociedad.
Las estaciones de esquí, dada su ubicación siempre privilegiada en las montañas, vayan mejor o peor económicamente, sí pueden decir que son ricas en este sentido, aunque quizá no siempre son conscientes de hasta qué punto.
Para acabar con esta incógnita, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) ha firmado un acuerdo de colaboración con CREAF, Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), para impulsar acciones de evaluación, preservación y promoción del capital natural del entorno de sus estaciones de esquí y montaña.
Por ahora, este primer convenio incluye las estaciones de esquí de La Molina y Vall de Núria, pero progresivamente se irá extendiendo a las demás explotaciones turísticas del grupo.
Durante los próximos 2 años el proyecto permitirá evaluar y hacer un seguimiento del capital natural de ambas estaciones para establecer objetivos a largo plazo, la temporalidad y los elementos sobre los que hace falta incidir, así como los indicadores y acciones a realizar.
En términos prácticos esto debería permitir, por ejemplo, mejorar la calidad del agua del entorno, aumentar la biodiversidad o gestionar óptimamente las masas forestales para aumentar su capacidad de absorber dióxido de carbono.
La firma de este convenio y las acciones que se llevarán a cabo gracias a este, forman parte de la estrategia de activismo y de la agenda de acción climática de Ferrocarrils, que incluye todas las acciones de la compañía para afrontar la emergencia climática y alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2030.