Bueno, llegamos a la recta final de la temporada, en pleno mes de marzo y, por fin, los esquiadores catalanes podremos subir a esquiar a cualquier estación a partir de este lunes. Se acabó la larga espera. El fin del confinamiento comarcal es una realidad a partir del lunes 15. Han sido cuatro meses de absoluta incertidumbre, de hoy sí pero mañana no, de no saber qué hacer y no poder planificar nada.
Llevamos esperando esta medida, que no tiene nada que ver con el esquí, desde hace tiempo. Llega ahora, tarde, muy tarde, cuando ya no hay tiempo para arreglar ni que sea un poco, el descosido que ha significado la ausencia total de esquiadores en un sector como el nuestro, con una estacionalidad galopante.
A veces, las casualidades son crueles. El año pasado, la temporada duró justo hasta este momento. Parece como si alguien, en un acto de magnanimidad, permitiera ahora, que termináramos lo que no pudimos la temporada pasada. El resultado, de las dos temporadas, una entera en blanco. Demasiado para la mayoría de gente que vive de esto.
En fin, por suerte, la mayoría de las estaciones han seguido dando guerra y a partir de la semana que viene podrán ver cómo la normalidad vuelve de alguna manera. ¿Habrá masificación total? ¿Los esquiadores les darán la espalda? Yo, desde luego, no. Allí estaré, celebrando que podemos seguir esquiando.
Si todavía no te has podido calzar los esquís, ha llegado el momento. Disfrútalo porque queda poco para volver al dique seco. ¡A esquiar!
Solo hay un pero. El desplazamiento fuera de la comarca tiene que ser únicamente entre miembros convivientes. Así que lo de subir con amigos tendrá que esperar.