Ayer martes, tras la última reunión del Consell Executiu del govern de la Generalitat antes de las vacaciones, la portavoz del ejecutivo, Patrícia Plaja, anunciaba en rueda de prensa que ya se ha formalizado el acuerdo para impulsar la candidatura Barcelona-Pirineos para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030.
Aunque Plaja explicaba que “los aspectos técnicos aún no se han concretado”, sí confirmaba que el proyecto irá vinculado a realizar consultas ciudadanas en los territorios implicados.
Seguiendo lo criterios fijado por el Comité Olímpico Internacional (COI), tendrá que ser un evento con un buen retorno económica y social y sostenible más allá de los juegos en sí mismos.
Según el President de la generalitat, Pere Aragonès, “es un plan de desarrollo económico y de equidad territorial sobre todo para las comarcas del Pirineo”.
En la preparación de la cita deportiva estarán implicados varios departamentos que trabajarán coordinados en una comisión (Vicepresidència i Polítiques Digitals i Territori; Empresa i Treball; Acció Exterior i Govern Obert; Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural).
También habrá representantes territoriales de Barcelona, Girona y Lleida, y secretarios vinculados al deporte catalán.
¿Qué pasará con el Pirineo Aragonés? Recordemos que ya cuando Pedro Sánchez mostró su apoyo a la candidatura, desde el ejecutivo de Aragón no ocultaron que no estaban de acuerdo con el proyecto actual, y Mayte Pérez, consejera de Presidencia, aseguraba que solo participarían si fuese en igualdad de condiciones.
