Grandvalira terminó el pasado lunes 5 de abril la temporada más difícil de esquí de los últimos años. Sin saber todavía el balance económico, sí que puedo decir que la temporada ha sido positiva en los sentimientos que la estación deja en sus clientes. Y, al final, el esquí, siendo muchísimas cosas y muy difíciles de valorar en su conjunto, es, sobre todo, sentimiento.
Y hoy, el sentimiento que yo siento por Grandvalira es más intenso si cabe que el de pasadas temporadas. En los momentos difíciles es en los que hay que demostrar la valía de las personas e instituciones, y la estación ha estado del lado de los esquiadores. Se ha cumplido con creces las expectativas del esquiador para esta temporada. Así lo constatan, al menos, los asiduos a Grandvalira con los que yo he hablado del tema. Todos, sin excepción, están muy satisfechos del trato recibido esta temporada. Lógicamente, y por motivos evidentes, los esquiadores no han podido acudir en masa a esquiar, pero los que han podido hacerlo se han visto muy bien tratados.
Hace ahora dos meses publiqué un artículo en el que decía que Grandvalira estaba preparada para acoger a los turistas españoles en cuanto tuvieran permiso para viajar. Y ha estado preparada toda la temporada, desde el primer día hasta el último. Haciendo gala, como siempre, del mejor pisado de pistas y los mejores servicios... aunque fueran para cuatro.
Los últimos días pude estar esquiando y, efectivamente, éramos cuatro. La "libertad" de poder subir a Andorra cogió muy a contrapié a una mayoría de esquiadores que, para entonces, ya teníamos los planes hechos... Pero los planes se pueden cambiar si es para ir a esquiar. Lo primero es lo primero.
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Pues el último día, como digo, la estación estaba muy mermada de nieve pero con un estado de pistas impresionante. ¿Eso es posible? Pues sí, es muy posible. Como digo, el mimo con el que se pisa las pistas en Grandvalira no lo he visto en ningún sitio y, pese al calor, las pistas que estaban abiertas, lo estaban en un estado muy muy bueno.
El compromiso con los esquiadores
Nada nos hace más felices a los esquiadores que un buen día de esquí. El irte a casa con sensación de felicidad es lo que te hace volver a esquiar en cuanto sea posible. Mis últimas bajadas (al menos de momento) de esta temporada han sido espectaculares y las hice en una estación con muy pocos esquiadores. Sin embargo, y como digo, las pistas que estaban abiertas, estaban en muy buenas condiciones. Eso dice mucho a favor de la estación, que sabiendo que las íbamos a usar cuatro, las mimó todo lo que pudo. Y ese es el compromiso que yo creo que Grandvalira ha tenido esta temporada tan extraña y mala en términos absolutos: que los esquiadores que puedan disfrutar lo hagan en las mejores condiciones posibles.
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Agradecimiento
Y por eso quiero agradecer desde este humilde blog a Grandvalira por la temporada que ahora termina. La más dura de todas, pero en la que ha estado a la misma altura que lo estuvo en las mejores, buscando siempre dar lo mejor de sí. Y, en algunas cosas, se ha superado. El trato al cliente ha sido magnífico, el personal se ha empleado a fondo y, siendo siempre bueno, el trato con el cliente ha sido este año mejor que nunca.
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No sé quién tomó en su día la difícil decisión de abrir y en qué condiciones se hacía. Sin duda no fue una única persona, y por eso agradezco a todo el equipo su valentía. Pero, además, también quiero agradecer a todos los trabajadores que han podido trabajar su implicación, tanto a los que trabajan sobre el terreno, como a los que se dedican a servicios. Todos ellos podían haber cubierto el expediente o ir a buscar nota. Y, en este caso, han sacado una nota excelente. En mi opinión más alta de lo esperado.
Por lo tanto, y pese a todo lo que tiene que ver con la economía y la pandemia, quiero felicitar a Grandvalira en su conjunto y desde aquí trasladar que estamos muy contentos de haber confiando durante tanto tiempo en ella. Ya llevamos más de 15 años confiando en la estación y desde ahora lo haremos con más convencimiento que nunca.