Grandvalira une cultura y naturaleza en su segunda experiencia clandestina

Grandvalira une cultura y naturaleza en su segunda experiencia clandestina

Grandvalira sigue apostando por acercar la cultura hasta su dominio esquiable, el más grande del sur de Europa, a través del programa de experiencias clandestinas presentado esta temporada como una de sus grandes novedades.

Ninguno de los 30 invitados conocía el contenido del evento hasta minutos antes del inicio. Después de desplazarse en motos de nieve por el quilómetro que separa el pie de pistas hasta el antiguo circo glaciar de Montmalús (Grau Roig), se encontraron con un acogedor espacio inmerso en los bosques nevados de Grandvalira preparado con cómodas vestidas con pieles para protegerse de las bajas temperaturas.

Joan Dausà fue recibido entre aplausos y caras de grata sorpresa. El músico catalán apareció en el pequeño escenario acompañado de su piano. Los tres grados negativos no impidieron a Dausà ganarse a los invitados que no dejaron de acompañarlo en la presentación de los temas de su nuevo disco. El barcelonés afirmó que: “Es la primera vez que doy un concierto en estas condiciones y ha sido algo muy especial. Saber que estás a bajas temperaturas y notar el calor de las 30 personas que tienes delante forma parte de la esencia de este tipo de experiencias”.

La velada no pudo acabar de mejor manera. Los invitados disfrutaron de la gastronomía del chef Ismael Prados mientras observaban el inicio de una nevada al calor de una chimenea des del refugio de montaña del Vodka Bar diseñado por el reconocido Lázaro Rosa-Violán.

Después de la gran aceptación que han tenido las dos primeras ediciones de Grandvalira Clandestina, la estación no duda en seguir apostando por este innovador producto. Hasta ahora la música ha sido la protagonista, pero desde la estación también se prevé apostar por la moda, el teatro y otras disciplinas artísticas para seguir deleitando a sus clientes más fieles.

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