Apenas ha pasado un mes desde que fuimos testigos del horror vivido en un telesilla de Gudauri (Georgia), y una desgracia similar podría haber vuelto a ocurrir después de que dos informáticos austriacos lograran hackear un telesilla de las pistas de esquí de Patscherkofel, en el Tirol.
Afortunadamente, el hecho no ha quedado más que en un aviso, ya que los informáticos no querían provocar el caos ni hacer daño, sino sacar a la luz la vulnerabilidad y falta de seguridad del sistema.
Pese a que no tocaron nada, después de entrar de manera remota en el panel de control del telesilla hackeado, podrían haber modificado su velocidad de funcionamiento o el sentido de la marcha, entre otros varios parámetros, provocando el mismo sufrimiento vivido en Georgia.
Los informáticos declararon que "el control del telesilla de Patscherkofel era accesible a través de una interfaz web sin cifrar y sin necesidad de autentificación on-line. Sin embargo, no sabemos si realmente hubiéramos podido alterar algo, porque no lo hicimos ya que ese acceso sería ilegal según la ley actual y, en nuestra opinión, peligroso".
Sin embargo, aunque ambos incidentes acabaran de forma muy diferente, sí que tienen algo en común. Los dos telesillas son de la marca Doppelmayr.
La empresa no ha tardado en salir a decir que el caos de Georgia se debió a un error humano, y no a un hackeo, aunque han pedido disculpas por este último error y asegurar que ya lo han solucionado: "fue un error por nuestra parte y lo arreglamos inmediatamente cuando el operador de la estación nos informó. Es importante que la seguridad de los pasajeros en ningún momento se vea comprometida".
Aun así, el Equipo Nacional de Respuesta a Emergencias Informáticas de Austria ha ordenado el cierre del telesilla hasta que demuestren oficialmente que se ha mejorado la seguridad.