La larga espera

La larga espera

Sigo esperando arriba. Son unos cuatrocientos metros de pala con nieve virgen toda para nosotros. Somos seis y el guía. Nos ha traído a un spot de powder que ni nosotros nos lo creemos. Mis pensamientos están a mil… como voy cerrando el grupo, seré el último en bajar: es solo un pequeño inconveniente pues seré el único que no tendré esquiadores estáticos detrás de mí en las fotos. Por el contrario, los de delante mio tendrán más powder por desvirgar.

El guía dibuja su traza, rompiendo la impoluta nieve. El primero de nosotros podrá escoger… el segundo por la derecha, el tercero por la izquierda… Se oye una voz rota por el walkie, “ya puede bajar el primero”.

El guía tiene la cámara grande con teleobjetivo y no debería tener problema para sacar una súper serie de cada uno de nosotros…

Baja el primero y todos lo miramos con cierta envidia… Deja tras de sí una perfecta traza de giros que van apareciendo entre nubes de nieve polvo… Se oyen algunos comentarios y cuando llega al final, la radio vuelve a crepitar.

Sale el segundo, marcándose una línea más abierta, con giros más amplios. Va más rápido y el siguiente espera algo menos; uno más disfrutando de estas increíbles condiciones y en camino de obtener estas fotos tan ansiadas.

El día luce soleado y el contraste de la blanca nieve con el azul del cielo destaca más el colorido de los anoraks y los pantalones… Las botas se ven poco: cuarenta centímetros de nieve virgen tienen la culpa.

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Sigo mi larga espera, imaginando mi línea. Aún no tengo claro qué voy a hacer… Virajes cortos para empezar e ir alargando los giros al final... Supongo que será esto. Solo queda uno delante mio, pero tenemos que esperar algo más. El anterior se ha dado un buen tortazo y si ha podido ser captado por la cámara, esta noche nos va a proporcionar unas buenas risas. Esperamos pacientemente a que encuentre uno de los esquís y que siga hacia donde se encuentra el grupo.

Ahí va el penúltimo… Se va bastante a la derecha para pillar nieve si pisar. Me chafa un poco la línea que yo había imaginado pero me da igual pues, con tanta nieve virgen, poco importa cruzar algunas trazas… Veo que va llegando al grupo. Espero a que me den la señal… Me parecen minutos lo que son solo unos segundos… Ahí voy: ¿puedes imaginártelo?

Dedicado a Blanca Fernandez Ochoa y Manuel Galofré Ferrater, quienes esquiarán en interminables paraísos de nieve virgen allí en el cielo.

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