Un año más, dejamos atrás las vacaciones y empezamos a recibir esas señales que indican que la cuenta atrás ha iniciado. Los calores veraniegos son historia y al salir de casa entramos en contacto con ese fresco matinal que activa nuestro estado de alerta. Sí, ya queda menos, todavía demasiado, pero menos.
Y junto a las bajas temperaturas matinales, tenemos otros elementos que nos recuerdan que toca empezar a cambiar el chip, que la temporada ya se divisa a lo lejos en el horizonte y que, un año más, vuelve la magia de nuestro deporte. Seguro que cada uno tiene los suyos, pero algunos que nunca fallan son el email de Javier Toledo invitando a suscribirse a Solo Nieve, las revistas del otro lado del charco, que siempre son las primeras en salir y, cómo no, la primera nevada. Y los tres suelen llegar puntuales en septiembre.
Pues bien, el correo ya lo tengo en mi buzón, las revistas están a punto y en estos momentos está cayendo la primera nevada.
Se fundirá sin remedio y sabemos que una nevada en septiembre no sirve para nada a la hora de tener una mejor temporada, pero que nieve ahora es bueno por los siguientes motivos:
- Es un bálsamo para los sufridos esquiadores que no han dejado de pensar en blanco. Ver nieve alegra a cualquiera que lleva cuatro meses sin esquiar.
- Nos recuerda que tenemos que poner en marcha todo lo que implica el esquí: material, forfaits de temporada, reservas, clubs,... Y eso, al sector, le va bien. Bueno, y a nosotros, que no nos pilla el toro.
- Estamos más contentos, ¿verdad? Pues solo por eso ya vale la pena esta primera nevada
Y ahora a esperar la próxima, y si puede ser, que caiga justo después de que salga el catálogo Solo Nieve, que esas nevadas sí que empiezan a ser útiles. Y sino, que nos lo digan a los quela temporada pasada empezamos a esquiar el 1 de noviembre.