Davorin Karnicar nació el 28 de octubre de 1962 en Jezersko, Eslovenia. Fue desde niño un apasionado del esquí, un deporte en el que tenía un gran talento, hasta el punto de que entre los años 1975 y 1982 fue un miembro activo del equipo nacional yugoslavo de esquí.
En 1980 comenzó a interesarse por el montañismo, en 1989 culminó su primer ochomil –Nanga Parbat (8.125 m)– y en 1993 alcanzó la cima del K2, la segunda cumbre del planeta con 8.611 m.
El 7 de octubre de 2000, Karnicar hizo historia al completar un descenso íntegro desde la cima del planeta, el Everest (8.848 m), en unas cuatro horas y media. Tenía 38 años.
En los seis años siguientes descendió las otras seis cimas más altas de cada continente: después del Everest, en noviembre de 2001 ascendió y bajó esquiando desde los 5.894 metros del Kilimanjaro, el más alto de África, y en mayo de 2002 hizo lo propio con el techo del continente europeo, el Elbrus (5.642 m).
En enero de 2003 logró repetir la gesta desde la cima del Aconcagua, que con sus 6.969 metros es la más alta de Sudamérica; regresó al hemisferio norte, en Norteamérica, donde buscó los 6.193 metros del McKinley, en Alaska, y volvió a saltar el charco para esquiar lo más alto que hay en Australia, el Kosciusko (2.230 m).
Ya en 1995 se había convertido en el primero en descender el Annapurna (8.091 m), en el Himalaya, y en 1996 realizó un descenso con esquís desde Shisha Pangma (8.013 m).
No menos significativos fueron otros picos que descendió esquiando, como la cara norte del Eiger (Suiza), la cara este del Matterhorn o el Mont Blanc.
En febrero de 2001 guio la primera escuela de esquí para los niños del Nepal, en el glaciar de Khumbu. Le faltaban el dedo anular y el meñique, que quedaron en el Himalaya; lo interpretaba como el precio relativamente bajo por todos los placeres, las alegrías y satisfacciones que había sentido allí arriba.
En todos estos años había adquirido mucha experiencia y conocimientos, que difundía desinteresadamente. Quien lo visitaba en Jezersko era recibido con una sonrisa y los brazos abiertos. Desde hacía ya unos años, Davo había creado un centro de montaña, donde explicaba todo lo aprendido en sus innumerables ascensiones y descensos esquiando.
En el mes de septiembre de 2019, con 56 años de edad, el esloveno perdió la vida en un inexplicable accidente doméstico mientras talaba un árbol cerca de su casa, en la frontera entre Austria y Eslovenia, donde residía.
A pesar de su edad, todavía se proponía nuevos retos, apoyado desde sus inicios por la también eslovena marca de esquís Elan. En 2017 trató de bajar el K2 esquiando, pero una lesión en la espalda le hizo abortar el intento. Un año después lo lograba el polaco Andrej Bargiel.Descanse en paz, Davo Karnicar, leyenda del esquí de alpinismo.