Leyendas del esquí: Patrick Ortlieb, retirado por la Hahnenkamm

Leyendas del esquí: Patrick Ortlieb, retirado por la Hahnenkamm

Patrick Ortlieb, un gigante de 188 cm de altura, un descendeur de la vieja escuela de corpulencia impresionante, logró un nivel de selectividad inigualable en sus victorias. Todas ellas de prestigio. Esquiador tardío, comenzó a esquiar con 13 años y, tras una progresión fulgurante, debutó en la Copa del Mundo con 21 años.

El padre de Ortlieb nació en Estrasburgo (Francia) y se mudó a Austria, al pueblo turístico de Oberlech, para administrar un hotel. Allí se casó con una chica local y tuvieron un hijo, al que dieron un nombre francés, Patrick, junto a la doble nacionalidad austríaca y francesa.

Ortlieb entró en el equipo de esquí austríaco en 1988, pero antes del campeonato mundial de 1989, los franceses se le acercaron para seducirlo y lograr que compitiera con la bandera francesa.

A la propuesta gala, Patrick contestó: “Soy 100 % austríaco. Nací, crecí y fui a la escuela en Austria. Nunca cambiaría de equipo”.

Durante diez temporadas en la élite logró un oro olímpico en Albertville ‘92, un Campeonato del Mundo en Descenso en Sierra Nevada ‘96, cuatro victorias en la Copa del Mundo (incluyendo el descenso de Kitzbühel), veinte podios en el circuito y más de sesenta top ten, siempre en disciplinas de velocidad.

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En los Juegos Olímpicos de Lillehammer, en 1994, rozó la medalla y acabó cuarto en el DH. Un mes antes logró inscribir su nombre en la ilustre lista de vencedores en el mítico descenso de Kitzbühel. Fue también campeón de Austria en seis ocasiones.

Ortlieb, que logró hacerse un lugar permanente en el podio en las disciplinas de descenso y supergigante, protagonizó duelos fratricidas con otros mitos coetáneos como Marc Girardelli, Kristian Ghedina o Luc Alphand.

Su única asignatura pendiente fue el globo de oro de la disciplina en la Copa del Mundo, que siempre se le resistió. La victoria de Ortlieb en el descenso olímpico de Val d’Isère fue una sorpresa. Había mejorado rápidamente, pero nunca había ganado una carrera de la Copa del Mundo. Su estilo se adaptaba mejor a los recorridos poco técnicos y el de Val d’Isere era un trazado rápido, para buenos deslizadores.

Con poca presión sobre él para ganar, Ortlieb entró en la carrera relajado. Fue el primer corredor en bajar, una posición que prefería porque en ese día cálido le daba una ventaja sobre los corredores posteriores.

El austríaco fue el mejor en La Face de Bellevarde, que lo catapultó a la fama y lo convirtió en héroe nacional. Fue la legendaria Hahnenkamm quien lo retiró, en enero  de 1999, a la edad de 31 años, tras un durísimo accidente durante los entrenamientos del terrorífico descenso de Kitzbühel.

Un aparatoso accidente que le provocó fracturas en fémur y cadera después de perder el control y chocar de forma violenta contra las redes, en el mítico punto negro Hausbergkante del recorrido. Nunca pudo recuperarse y colgó los esquís.

El mismo año de su retirada fue elegido miembro del Consejo Nacional de Austria por el Partido de la Libertad de extrema derecha/populista, donde permaneció durante tres años. Actualmente dirige un establecimiento de cuatro estrellas, el Hotel Montana, en Lech am Arlberg, en su Vorarlberg natal.

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