Poco podía imaginarse la esquiadora norteamericana Lindsey Vonn que sus palabras en la entrevista de la CNN iban a tener tanta repercusión. A lo largo de la entrevista la reina de la velocidad mostró clara su postura anti Donald Trump, enfatizando que ella acudiría a los Juegos Olímpicos de PyeongChang 2018 con el ánimo de lograr los mejores de los resultados y con el ánimo de representar a la bandera de Estados Unidos, con independencia que fuera demócrata o republicana y que no se sentía representada por el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hasta el punto que aseguró que aunque fuera invitada no iría a la Casa Blanca.
Estas palabras tuvieron una enorme trascendencia, hasta el punto que en las redes sociales, y desde Estados Unidos, se promovieron varias campañas para que las marcas que la representan le retiraran el patrocinio.
Lindsey permaneció ajena a la polémica y miró de centrarse en la competición, hasta que ha hablado en las redes sociales.
Éstas son sus palabras:
«Me gustaría compartir con ustedes mis reflexiones de los últimos días. Recibí una gran cantidad de comentarios positivos y negativos sobre mi reciente entrevista con CNN. El punto que estaba tratando de articular es que todos los atletas olímpicos representan a su nación como un todo, y no son representantes de su gobierno ni de ninguna figura o partido político específico. Ninguno de nosotros trabaja incansablemente durante años para competir en los Juegos Olímpicos en nombre de los demócratas o los republicanos. Los Juegos Olímpicos son un evento no político, una oportunidad para que todos puedan dejar de lado sus diferencias y estar en el mismo «equipo». Eso no significa que los atletas olímpicos no tengan opiniones políticas. Como estadounidense, estoy extremadamente orgulloso de que nuestra gran nación se basara en principios e ideales, donde los ciudadanos pueden expresar nuestras opiniones abiertamente. Es un privilegio que otros países del mundo no tienen.
Me enorgullece ser estadounidense y quiero que nuestro país continúe siendo un símbolo de esperanza, compasión, inclusión y unidad mundial. Mis viajes por el mundo han dejado claro recientemente que ésta ya no es la forma en que las personas ven a los Estados Unidos. No puede recoger un periódico o encender el televisor en Europa sin darme cuenta de cómo la gente está cuestionando nuestra dirección. Me parece que debemos liderar con comprensión y luchar por la unidad en nuestras relaciones en todo el mundo.
En cuanto a mí, mis comentarios recientes me abrieron los ojos sobre cuán divididos estamos ahora. Es doloroso leer comentarios en los que la gente espera que me rompa el cuello o que Dios me está castigando por ser «anti-Trump». Necesitamos encontrar una manera de dejar de lado nuestras diferencias y encontrar un terreno común en la comunicación. ¿Es incorrecto esperar un mundo mejor?
Todo esto es mucho más grande que el esquí y los Juegos Olímpicos. Voy a dedicarme los próximos dos meses a centrarme en lo que puedo hacer, a competir por mi país. Al hacer eso, espero que los estadounidenses podamos ser esa «ciudad brillante en una colina».