Mantenimiento de esquís: En el taller del especialista

Mantenimiento de esquís: En el taller del especialista

Para poder disfrutar del esquí, es clave que tengamos las suelas y los cantos en óptimo estado, para garantizar el mejor deslizamiento y agarre. Por eso, un buen mantenimiento de esquís es clave, y hoy nos escapamos a ver cómo es el taller de un especialista para hablar con él.

Dicen que la experiencia es un grado, y el caso de Miguel Ángel Campo (Jaca, 1962) es un buen ejemplo de ello. Miguel Ángel lleva el esquí en la sangre y hace años que trabaja de sol a sol para dejar perfecto el material de esquí sus clientes, procurando garantizar el mejor y más seguro comportamiento.

Él conoce como nadie lo importante que es llevar bajo los pies unos esquís perfectamente a punto, para asegurar el disfrute del esquiador.

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Hace unos años trasladaba estos conocimientos en las clases que impartía como profesor diplomado en la Escuela Española de Esquí, en Candanchú, y desde hace unos inviernos trabaja desde su tienda, Sport Pirineos, para dotar a los esquiadores del mejor de los materiales. Unos esquís que no solo les garanticen una mayor fiabilidad en las pistas, sino también un mayor disfrute.

Miguel Ángel –que tiene su tienda en los bajos del conocido Hotel Edelweiss– recuerda cómo la llegada del carving lo cambió todo: “Antes, en las estaciones se hacían cursillos de una semana, pero desde que llegó el carving el aprendizaje es mucho más rápido. Muchos aficionados empezaron con las clases particulares y las estancias se limitaban de dos a tres días, de forma que los cursillos cayeron en picado”.

Forjado a base de nevadas, Miguel Ángel se ha ido amoldando a los cambios de hábitos de sus clientes: “Nos hemos adaptado a la tendencia del mercado hacia el alquiler, que para nosotros ha representado un crecimiento de un 20 o un 30 %. La gente sabe lo que viene a buscar y nos preguntaban mucho por la reparación. Nuestros clientes buscaban tener los esquís en buen estado, sobre todo los cantos, porque en Candanchú se necesitan unos buenos cantos para ir seguros por las pistas, dada su pendiente”, explica Campo, que además del local en la estación de esquí tiene otra tienda con el mismo nombre en Jaca, al frente de la cual se encuentra su mujer.

Miguel Ángel lo tiene claro: “Lo primero es la seguridad, y esto lo he visto al estar todos los días en las pistas, dando clases. Llega un momento en el que te das cuenta de que llevar los esquís bien preparados es fundamental. Para mí es lo más importante”.

Ha encontrado en las máquinas Wintersteiger a su mejor aliado. “Desde los años ochenta he tenido este tipo de máquinas. Recuerdo que al principio eran más elementales; después ya compré un robot, que llevaba piedra y era todo automático. Todo cambia. Siempre he apostado por Wintersteiger, por la calidad que ofrecen y por el servicio. Si tienes alguna duda o algún problema, tienes la ayuda de un técnico, incluso a través del teléfono y desde Barcelona o Austria pueden acceder remotamente en la máquina y ver qué falla. Es perfecto”.

Wintersteiger Scout SDP, la máquina del millón

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Viendo el desgaste que tenía su anterior Wintersteiger, decidió hacerse con una Wintersteiger Scout SDP (Stone, Disc, Polishing) de última generación, que ofrece el mejor de los acabados, dignos de la alta competición.

Tiene tres módulos: una piedra que hace el rectificado de la suela y estructurado, los discos cerámicos que se encargan de los cantos –plano y lateral– y una tercera etapa de pulido final del canto plano (el de la base del esquí).

Es esa tercera fase, el Polishing, la que le da ese acabado más fino, que consigue la máxima uniformidad del canto con la suela.

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Unas prestaciones que acabaron de convencer a Miguel Ángel, así como el servicio técnico al que ya ha hecho referencia. “Un técnico llegado desde Barcelona me asesoró en todos los detalles. Me informó de los programas, me los ajustó y me explicó el funcionamiento” de una nueva máquina que “ha avanzado significativamente en los ajustes y consigue que el acabado del canto sea más perfecto. Y después tiene la etapa del pulido final, la terminación del esquí, del canto, que con la otra máquina lo tenía que hacer a mano. Con esta, el esquí ya puede ir a las pistas en cuanto sale de la máquina. Te da un acabado de competición, con muchas variantes según la calidad de la nieve”, asegura.

Un proceso que no todos los esquiadores valoran, por falta de desconocimiento. Miguel Ángel asegura que cuando los clientes entran en su tienda le piden que “le deje los esquís maravillosos, que vayan solos”, y que los que se asoman al taller “se quedan maravillados cuando ven la máquina trabajar”. La máquina del millón, como él la llama, si bien no tiene nada que ver con el precio de la misma.

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Adquirir una máquina como la Scout SCP no es barato, supone una importante inversión. Dar un paso de estas características siempre comporta un riesgo; más aún en una temporada tan incierta.

Miguel Ángel decidió comprar la nueva Wintersteiger en enero de 2020 y ni por asomo imaginaba que la pandemia del coronavirus iba a vaciar las estaciones de esquí antes de tiempo y a dificultar la apertura este año: “Cuando formalizas la compra, depositas una fianza. Hubo un día que estuve a punto de retirarla, pero decidí seguir adelante porque todo tiene que cambiar, debemos ser positivos y cuento con el respaldo de un buen proveedor. Todo cambiará y aguantaremos”. Y sus satisfechos clientes tendrán los esquís con un acabado de Copa del Mundo.

Texto: Carlos Martínez

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