Masella 1/11/18. Ni en el mejor de los sueños

Ya está, ya la tenemos aquí. Una nueva temporada que empieza. Pero hay maneras y maneras de empezar y la de este año es la mejor que podíamos tener.

Todos sabemos que Masella siempre abre pronto. El año pasado nos pusimos los esquís el 10 de noviembre y hasta la fecha, lo más pronto había sido un 8 de noviembre. Y claro, uno es prudente y apunta a esas fechas, pero no más.

Tal como estaban yendo las cosas, éramos muchos los que intuíamos que aquello de «abriremos el primer día de noviembre que se pueda» era una cosa inminente. A nosotros desde luego, nos cogió preparados pero al límite. Habíamos hecho los deberes, pero la tarde antes todavía estábamos poniendo neumáticos de invierno y recogiendo los esquís que teníamos encargados con la licencia de corredor desde el mes de abril y que acababan de llegar esa misma tarde (no sé cuántas llamadas a Daffi cayeron). Con algo de épica, pero estábamos preparados.

Y llega el gran día. De camino a pistas, el paisaje es espectacular, el típico después de una gran nevada. De repente, uno se transporta a la temporada pasada, en la que esta fue la imagen durante meses.

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Toca ir a oficinas a coger los forfaits y, de paso, una visita rápida a la tienda X-Tot, donde sabía que tenían mi casco favorito (sí, no es fácil encontrarlo, sólo en tiendas muy especiales). Otro día os hablaré de él, pero la cuestión es que me lo he llevado puesto 🙂

Y llega ese momento mágico, el de ponerse las botas de nuevo por primera vez. Qué queréis que os diga, esto de dejar de esquiar unos meses hace que volver a hacerlo sea tan especial. Meter el pie, cerrar los ganchos,…. Por fin vuelven a estar encerrados. Seguro que sabes de qué hablo.

 

Y con las botas puestas, toca pasarlo bien. La primera buena noticias es que esperábamos una pista para matar el gusanillo pero al final han abierto 10 pistas (y mañana ya podremos esquiar en el sector de la Tosa). ¡Estaba abierto hasta la base!

 

Y ¿cómo estaba la nieve? Pues increíble. Es el primer día, que hay que poner las cosas en su sitio y empezar a tener sensaciones, pero con una nieve así todo es más fácil. Y no sólo es la nieve, es que todo el conjunto acompaña. Hace cuatro días estábamos como quién dice en la playa y encontrarse este paisaje… Sorpresón de los buenos porque las webcams que no dejé de mirar durante el día mostraban lluvia en la base.

El aspecto de la parte inferior de la Tosa es insuperable. Los esquiadores de travesía lo han dejado bastante trillado, aunque todavía quedan muchos rincones para poderse meter, pero en los primeros días de la temporada hay que ir con cuidado con los cocodrilos. Una rama, una roca inesperada y podemos hacernos mucho daño. Aunque esto no es una tartera y el terreno en general es bastante noble. Pero bueno, es el primer día, tampoco hace falta volverse locos, ¿no?

Hoy ha sido un día de poca gente. Imaginamos que son muchos los que se han encontrado con el pie cambiado y habrán necesitado algo más de tiempo para poder presentarse en pistas, pero tal como está la cosa, vale la pena hacer lo que sea para venir a catar este inicio de temporada tan especial.

En Coma Oriola hemos hecho infinidad de bajadas. Bajaras por donde bajaras, se disfrutaba mucho. Poco a poco vamos engranando marchas y cogemos confianza en cada giro. No nos hemos olvidado de esquiar, pero las sensaciones tienen que mejorar bastante.

Y ya está, ya hemos inaugurado la temporada y ahora sólo queda aprovecharla al máximo. Empiezo a hacer números y me sale que en Navidad llevaremos más días de los necesarios para amortizar los forfaits.  No sé, sólo me queda agradecer que Masella siga haciendo esta política porque los esquiadores lo agradecemos enormemente.

Ah, ¡mañana más! Con todo el desnivel esquiable…

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