Los años van pasando, milenios si hablamos de la Tierra, y la ciencia sigue evolucionando sin descanso. Sin embargo, especialmente entre los habitantes que no somos especialistas ni formamos parte del mundo científico -que somos la gran mayoría-, todavía hay muchas dudas respecto a la situación climática actual.
La revista Live Science nos ayuda a abrir un poco los ojos analizando la realidad del cambio climático por la implicación humana, rompiendo algunos mitos, o más bien ideas, que están bastante generalizadas.

Rompiendo mitos sobre el cambio climático y la influencia humana
1. Ya ha habido cambios climáticos antes
Y, por lo tanto, como ya ha ocurrido con anterioridad, hay gente que defiende que el calentamiento global no es culpa de los humanos sino que son ciclos de la Tierra.
A nivel científico, según explica Live Science los cambios del pasado “sugieren que nuestro clima reacciona a la entrada y salida de energía. Si el planeta acumula más calor del que emite, las temperaturas globales aumentan”.
Hoy en día, es la emisión de CO2 la que crea ese desequilibrio por culpa del efecto invernadero.
2. El calentamiento global se ha detenido porque hace frio

Muchos creen que el calentamiento global “es mentira” porque en invierno sigue haciendo frío, incluso en determinadas zonas en los últimos años han vivido algunos de los inviernos más fríos que recuerdan.
Y lo cierto es que eso no tiene nada que ver con el calentamiento global, un proceso que se debe estudiar analizando las tendencias climáticas durante periodos de tiempo mayores y a largo plazo.
Sí han observado que en las últimas décadas las nuevas temperaturas máximas de récord son casi el doble de frecuentes que los nuevos mínimos históricos.
3. Es culpa del sol
También hay grupos que aseguran que ha sido el aumento de la actividad solar y de las manchas solares (zonas de la superficie solar que son más frías que el resto) lo que ha provocado el calentamiento de la Tierra.
Sin embargo, diferentes científicos respaldan que en las últimas décadas el sol ha tendido a enfriarse y que el calentamiento seguía adelante incluso durante largas pausas de actividad solar (estudio publicado en la revista Atmospheric Chemistry and Physics).

4. Es una conspiración de los científicos climáticos
Conocido aquí como Climagate, el Watergate climático, el hackeo informático de la Climatic Research Unit (CRU, Unidad de Investigación Climática) de la Universidad de East Anglia (Norwich, Inglaterra) expuso públicamente unos mails que los más escépticos catalogaron como complot de por parte de ciertos científicos para silenciar a los contrarios a la teoría del cambio climático. También aseguraban que escondían o incluso manipulaban datos a interés, si éstos eran contrarios a la teoría del calentamiento global.
Sin embargo, tras realizar varias investigaciones determinaron que no había habido manipulación de datos, ni intención de encubrir información o mala conducta.
5. Tampoco es para tanto
Algunos señalan a la historia de la humanidad como prueba de que los periodos cálidos son buenos.
Pero los aspectos positivos que puedan aportar se ven superados por los negativos, como el impacto en la agricultura, la salud humana, la escasez de agua, la expansión de los desiertos o el incremento de incendios forestales, entre otros.
6. El deshielo de la Antártida es mentira

Otra creencia o mito generalizado es que el hielo de la Antártida se está extendiendo y no derritiendo por el calentamiento global.
Y hasta podría parecer cierto. Pero estas afirmaciones suelen hacer referencia al hielo terrestre, cuando también hay que tener en cuenta el hielo marino.
En cuanto al terrestre, Michael Mann, científico climático de la Universidad Estatal de Pensilvania, explica al medio de divulgación científica WordsSideKick que “cuando se habla de la capa de hielo de la Antártida se espera mayor acumulación en la zona interior por el aire más cálido y húmedo. Pero el calentamiento de los océanos del sur provoca una mayor pérdida y desprendimiento de hielo en la periferia”.
Para calcular el cambio neto se tiene en cuenta la diferencia entre la acumulación del interior y la pérdida de la periferia y esta diferencia no ha llegado a ser negativa. Sin embargo, explica Mann que se analiza la masa de hielo según mediciones gravimétricas detalladas, que tienen en cuenta los cambios en la gravedad de la Tierra, los resultados sí sugieren que la capa de hielo está disminuyendo y, por lo tanto, contribuyendo al aumento del nivel del mar.
En el caso del hielo marino, Michael Mann asegura que es más difícil determinar la tendencia pues está expuesto e influenciado por más factores y cambios como en las corrientes y la dirección del viento.
7. Los modelos climáticos no son fiables
Alegan que se basan en factores falsos o suposiciones basadas en la climatología actual y que, por lo tanto, no hay forma de saber si esa suposición sería válida en un mundo con más dióxido de carbono.
Michael Mann explica que los modelos son una “formalización de nuestra mejor comprensión -de los científicos- de los procesos que gobiernan la atmósfera, océanos, capas de hielo…”.
Aunque reconoce que algunos procesos aún son inciertos, explica que algunas predicciones, como las del efecto invernadero, se basan en física y química elemental y son sólidas.
Fotografía de portada: TheDigitalArtist