Nieve dura. ¿Solo expertos? Algunos trucos

Nieve dura. ¿Solo expertos? Algunos trucos

La nieve dura. Para algunos una bendición, para otros un quebradero de cabeza. ¿Qué tipo de esquiador eres tú?

Para algunos la felicidad dura lo que dura dura (la nieve). Para otros la nieve dura es un problema que le lleva a empezar la jornada de esquí una hora y media o dos horas más tarde. La nieve dura se puede convertir en un gran inconveniente si no estás preparado. Si lo estás, esa hora y media o dos horas que dura la nieve dura de primera hora de la mañana, puede ser lo mejor del día. ¿Quieres disfrutar ese rato en vez de sufrirlo?

Es muy posible que si eres lector de Solonieve y también de este humilde blog, seas un esquiador empedernido. Y también que lleves muchos años esquiando y la nieve dura no sea un problema para ti. Como decimos, puede ser incluso una bendición. Aún así no está de más repasar algunos trucos que habrás ido aprendiendo a lo largo del tiempo. Incluso te pediría que aportes el tuyo, si lo tienes, al final de este artículo, en los comentarios. Es bueno compartir y que unos aprendamos de otros.

Nivel de esquí

Sin ninguna duda el primer truco pasa por tu nivel de esquí. Cuanto más alto sea este, con más facilidad y recursos disfrutarás de la nieve dura. Así que el primer consejo es intentar mejorar en ese aspecto, y para conseguirlo nada como dejarse ayudar por un buen profesor de esquí.

Material

La segunda parte más importante viene dada por el material. Es fundamental que tu material esté en perfecto estado (aquí un artículo de cómo hacer un mantenimiento básico a tus esquís). O sea, tus cantos y suela deben de estar perfectos. Tienes que ser un grandísimo esquiador para ir bien por la nieve dura "sin cantos". Aunque es fácil que si eres un grandísimo esquiador sepas que los cantos tienen que estar bien afilados para poder hacerlo, y los lleves siempre como hay que llevarlos.

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Pero además, es importante que sea el material adecuado. La nieve dura no se lleva del todo bien con los esquís anchos, y a menudo blandos, que utilizamos para el freeride (aunque no se lleva tan mal como hace unos años. Eso daría para otro artículo). Un buen esquí de pista, polivalente de gama alta, eslalon, de gigante, ... Material preparado para soportar la presión que hacemos sobre la nieve dura para poder cortarla en lugar de romperla. Ese sería el material ideal.

¿Y la bota? Pues una bota adecuada al esquí. Está claro que una bota de pista más bien dura es más adecuada. Sin embargo, solemos destinar el grueso de nuestro gasto en material al esquí... Habría mucho que hablar sobre eso. Y ya hablaremos sobre ello.

Hay que estar atentos a las fijaciones. Es importante que la fijación esté preparada para lo que vas a hacer. A mí me gusta subirla un puntito más cuando la cosa se pone dura. Poco, pero algo sí. En un buen taller te las sabrán poner bien.

Cabeza

Psicológicamente tienes que estar preparado. Para un esquiador avanzado, la nieve dura forma parte del pan de cada día y este paso lo tiene más que andado, pero en algún momento de su vida como esquiador también pasó por ahí. Si tú crees que tienes el nivel adecuado y que tu cabeza te está frenando tienes que pensar dos cosas: una, que es muy posible que puedas hacerlo; o sea, que puedas disfrutar de la nieve dura tanto como de la nieve que más te guste. La segunda cosa que tienes que pensar es si quieres hacerlo, si te vale la pena dar el paso. Si te quieres esforzar para conseguirlo.

Por un lado, si lo das, si decides que quieres disfrutar de la nieve dura, estarás abriendo un mundo enorme de sensaciones y de gratificaciones tan buenas o mejores que las que ya conoces. Por otro, y esto no sería una buena noticia, puedes pensar que el esfuerzo no te valga la pena, y que mientras la nieve está dura, tú puedes estar escondido tomándote un café, dejando que tu material se aburra y deprima solo a la intemperie... Y desperdiciar el dineral que cuesta tener un equipo de esquí da alta gama. Pero, y mucho peor, dejar que tu tiempo como esquiador se malgaste escondiéndote tras un café de tus propios miedos.

Forma física

Por último, y no hay que olvidarse, una forma física adecuada te va ayudar, de eso no cabe ninguna duda. Y aquí no hablamos de si es mejor esquiador un atleta de 23 años que tiene una forma física excelente pero ha esquiado poco, o un cuarentón que se ha dejado tripa pero que esquiaba, y esquía, como un ángel. No, no hablamos de eso, hablamos de ti. ¿Esquías mejor cuando estás en forma o cuando no lo estás?

Confianza

Además de todo eso, es importante esquiar con decisión, pero sin brusquedades. Con confianza. Confianza en ti mismo y en tu material (que, hemos quedado, tiene que estar en buen estado).

El esquí tiene que poder hacer su trabajo. Tú mandas, y si al esquí le dejas o hacer, o, por el contrario, lo agobias con tus prisas, no podrá hacerlo. O sea, si dejas que él haga tu trabajo estás perdido. De la misma manera, si se te acumula el trabajo bajo los pies o eres demasiado impaciente, tampoco el esquí podrá reaccionar como la nieve requiere.

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Como sabéis, yo no soy profesor de esquí, y no me atrevo a intentar dar aquí consejos que ellos os pueden dar de primera mano y sin miedo a equivocarse. Pero sí que tengo unos años de experiencia y sé que si me enfrento con miedo a un muro de nieve muy dura o incluso que esté helado, sin cantos, sin actitud de ataque y sí a la defensiva, estoy perdido. Puede que, como mucho, libre una caída, pero no lo habré disfrutado. Y el esquí, y más en estos días, es tan escaso que no me puedo permitir perder la posibilidad de disfrutarlo.

En resumen, para esquiar sin miedo la nieve dura, tienes que ser capaz de poder hacerlo, tanto a nivel técnico como psicológico, disponer de un material adecuado y ser cuidadoso. Además, si tienes buena forma física mejor que mejor.

Mi experiencia con la nieve dura

Durante bastante tiempo, como todo esquiador supongo, sufrí el sabor amargo que la nieve dura puede dejar en tu ego. Sin embargo, no pensaba que esquiara tan mal como la nieve dura me hacía sentir.

Un día, bastante temprano, una niña de club se cayó delante de mí. Una niña de 10-11 años, no más. Sus esquís se fueron bastantes metros para abajo, la nieve estaba dura dura, no era hielo pero era un murito de los que yo derrapaba de lado.

Al querer ayudarla me hizo un gesto para indicarme que la dejara tranquila. Sobre sus botas bajó hasta los esquís casi esquiando... sin esquís. Yo lo había visto otras veces, claro, pero no había reparado hasta ese momento en el poco (o nulo) miedo que esa niña tenía con ese tipo de nieve. Se calzó sus esquís y siguió para abajo en busca, supongo, de sus compañeros de club.

Me quedé observándola esquiar mientras desaparecía de mi vista ¡yo quiero esquiar así! me dije... Y le di vueltas y más vueltas... Que iba sobre el canto era lo más evidente, que llevaba material de competi también, que sabía esquiar estaba claro, pero que su actitud era la de querer esquiar, pensé, era la clave. La diferencia entre aquella niña y yo es que ella esquiaba como si la nieve dura no fuere un obstáculo, sino un medio sobre el que moverse, mientras que para mí la nieve dura era una barrera que parecía infranqueable...

Ahora sé que puedo hacerlo, y no solo eso, sé que la disfruto tanto como casi todas las nieves que se pueden esquiar. Es más, cuando la estoy disfrutado y empieza a transformarse digo que se está "rompiendo", se está "estropeando". Notas que se va rompiendo bajo tus esquís y que ya no te agarra como a primera hora. La alegría duró lo que duró dura. Ahora sí es hora del café, ya no está dura.

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Eso sí, disfrutarla me ha costado un esfuerzo, siempre he tomado clases y, por supuesto, las sigo tomando (Top class). Pero además, procuro tener mi material en orden, mantengo mi forma física decente dentro de lo que las pandemias me dejan y voy con la misma actitud, o casi, el día de nieve dura que cuando la nieve es polvo. Te diré más: la nieve dura es una magnífica profesora de esquí. Si no vas en tu posición adecuada, si no haces las cosas a su debido tiempo, si no le das la presión justa, yo creo que es capaz de incluso de saber tu actitud y tu confianza... ¡Te enseña muchísimo!

Por suerte, mi cabeza se sobrepuso a aquella barrera que duró tanto tiempo. ¡Disfruta de la nieve dura! Está en tus manos... O en tus pies, o un tu cabeza... ¿con qué se esquía? Algunos decimos que con el corazón. No dejes que la nieve dura arruine tu tiempo de esquí. ¡Disfrútala!

El blog de Urzaiz

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