Okasana Masters, una vida de superación deportiva y vital

Okasana Masters, una vida de superación deportiva y vital

No es una gran personalidad del deporte, posiblemente ninguno -o muy pocos- habréis oído hablar de Oksana Masters. Pero una vez conozcáis su historia, marcada ya de nacimiento por la tragedia nuclear de Chernóbil, nunca más olvidaréis su nombre.

Nacida en Khmelnytskyi, Ucrania, situada a unos 400 kilómetros de Chernóbil, cuando su madre biológica dio a luz ya habían pasado 3 años del accidente. Sin embargo, la fuerte exposición a la que estuvo sometida la población incluso estando a cientos de km de la central nuclear, tuvo consecuencias que fueron mucho más allá de lo vivido en el momento, y de lo que seguramente llegaron a imaginar.

Oksana nació sin tibias, con una pierna mucho más corta, con 5 dedos en cada mano pero sin pulgares, 6 dedos en cada pie y con un solo riñón.

Por si eso no fuese suficiente, sus padres la dejaron en un orfanato y a lo largo de su infancia pasó varios de ellos, sufriendo abusos de toda clase: físicos, emocionales y sexuales.

Ella mismo lo narraba en un vídeo que publicó el año pasado, en el que explicaba sus desgarradoras vivencias en los orfanatos: “Las peores cosas ocurrían mayormente a altas horas de la noche. Desde entonces hay una lista de cosas que ya no soporto: cuchillos, cigarrillos encendidos, cadenas metálicas...”. No hacen falta más explicaciones para imaginarse el por qué.

Un pasado de abusos, superado con amor y deporte

Su vida cambió cuando Gay Masters, logopeda de Estados Unidos, la adoptó. Por supuesto el cambio tampoco fue fácil, y no se puede borrar la terrible experiencia vivida por una niña de la noche a la mañana.

Hasta dormir seguía siendo un problema pues “asociaba el sueño con el abuso, no podía dejar de odiar el sueño”, explicaba.

Incluso estando ya en Estados Unidos, también tuvo que lidiar con un fuerte dolor físico, en este caso por sus malformaciones, lo que llevó a la amputación de ambas piernas (con 8 años la primera, con 13 años la segunda).

Por suerte, gracias al amor de su familia, los Masters, pudo superar el pasado, los contratiempos, y comenzar una nueva vida que la llevó directa a ser, no solo una campeona olímpica, sino a ser medallista en Juegos Olímpicos de Invierno y de verano.

Medallista olímpica de invierno y verano

Oksana ganó su primera medalla olímpica en Londres 2012, en remo. Dos años después, en Sochi 2014, logró 1 plata y 1 bronce en esquí de fondo y biatlón.

En 2016 fue a los Juegos Olímpicos de Río como ciclista, y en PyeongChang 2018 volví a triunfar en esquí de fondo y biatlón, en esta ocasión consiguiendo 2 oros, 2 platas y 1 bronce.

Este verano ha vuelto a brillar sumando un nuevo oro a su colección, esta vez en la contrarreloj de 24 kilómetros en ciclismo. Su próxima meta deportiva está en Beijing 2022, donde participará en esquí nórdico.

Sin embargo, no serán esos sus mayores logros. La inspiración, ánimos y motivación que desprende y que transmite a niños que, como ella, tienen una infancia difícil no puede compararse con ninguna medalla, porque puede salvar vidas.

Es cierto que la juventud, con los cambios hormonales de por medio, ya es dura de por sí, y Oksana también entiende “lo complicado que es para un niño tener un mal día por ir con el pelo desarreglado o que te salga un grano en la cara para la foto de la escuela”.

Pero como ella añade, “más duro es tener prótesis o no tener piernas”. Y se esfuerza porque no quiere que “la próxima generación de niñas y niños crezcan sin tener a esa persona a quien admirar y querer, a la que aspirar. Todos los niños tenían una foto de Michael Jordan en la pared. ¿Por qué no puede ser algo normal que sea alguien que ha tenido un accidente o ha nacido sin alguna parte de su cuerpo?", se pregunta.

Ella es ese alguien. Ella ya es ese referente de superación, de amor por la vida y respeto por lo demás.

Fotografía de portada: Facebook de Oksana Masters

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