Llegó la primavera. Es época de días largos, temperaturas suaves, crema protectora en el bolsillo y jornadas de esquí que se adaptan a las circunstancias del clima que nos toca vivir. Pero también son días en los que los esquiadores, tras explicar que hemos esquiado, tenemos que soportar el clásico "pero... ¿hay nieve?" por parte de aquellos incrédulos que no llegan a explicarse cómo es posible que se pueda esquiar cuando en la ciudad a mediodía vamos en manga corta.
Lo peor es que algunos de los que preguntan son esquiadores. Uno se da cuenta del país en el que vivimos y la cultura blanca que nos rodea cuando ve que, ante una de las mejores épocas del año para esquiar, son muchos los que abandonan el barco y deciden cambiar el chip. La lectura positiva es que en pistas quedamos muy pocos, los auténticos talibanes de la nieve, los que seguiremos esquiando mientras se pueda. Y a juzgar por lo que hemos visto este fin de semana en Masella, queda cuerda para rato.
Hacía dos semanas que no esquiábamos en Masella. Debo reconocer que tenía un poco de miedo de cómo me encontraría las pistas, me esperaba un bajón debido a las excesivamente altas temperaturas que estábamos teniendo. Porque la primavera esto sí que lo tiene. Las condiciones, a no ser que venga una nevada, suelen ir empeorando poco a poco.
Habíamos tenido la mala noticia del cierre de Port del Compte y eso no nos hacía ser demasiado optimistas. Pero por otro lado, los dos días que había estado haciendo frío, Masella había estado haciendo nieve como si no hubiera un mañana. Ver esto a finales de marzo me refuerza en la idea de que esta estación se toma muy en serio las cosas y el ofrecer las mejores condiciones posibles a sus clientes.
Imagen del miércoles en Masella. Cañones a gas a finales de marzo
Y ese frenesí con los cañones no ha sido en balde. Ha sido llegar a la estación y volver a sonreír. Esto ya no es dominar el tiempo, esto directamente es magia. Está todo que se puede esquiar prácticamente como hace dos semanas. Todo el dominio abierto pero con la mitad de gente que hace dos semanas. El resultado, dos días de esquí deliciosos. De esos que te hacen enamorarte del esquí de primavera.
Foto de Coma Oriola a las 12:14h. ¿Dónde está la gente?
Hemos disfrutado mucho, pero también hay síntomas de que se acerca el final de esta temporada. Este domingo se han acabado las clases de masters con el CANM-C. Han sido dos jornadas muy provechosas. Echaré de menos esas clases, esos compis y, por supuesto, a Manel, nuestro super entrenador. Habéis conseguido que una temporada de nieve de las malas haya sido una de las más divertidas y provechosas. ¡El año que viene volveremos con más ganas!
Tras volver de correr el Criterium FIS en Megève, volvíamos a tener a las chicas en el equipo
Una de las cosas que me alegrado es volver a ver el letrero del abono de primavera. Aquí todo sigue igual y cuando los demás cierran es bueno tener una alternativa para el esquí de primavera que nunca falla.
Mientras escribo estas líneas, el cielo se va cubriendo. Esta semana se espera una pequeña bajada de temperaturas para poner las cosas más acordes a la época en que estamos. Y el próximo fin de semana tenemos cambio de hora, de manera que el domingo ya no llegaremos a pistas con esa sensación de que son las 10 de la mañana aunque no sean ni las 9h.
El fin de semana que viene más esquí de primavera. ¿Nos vemos en pistas?