La pista Barcelona vuelve a La Molina dispuesta a acoger Descensos Copa del Mundo

La pista Barcelona vuelve a La Molina dispuesta a acoger Descensos Copa del Mundo

En 1954, cuando La Molina inició su expansión hacia la montaña de Tosa con la llegada del Telecabina Puig d’Alp, nacía la mítica y exigente pista Barcelona.

Durante 50 años, la pista ha servido como camino de vuelta del Refugio del Niu de l’Àliga (2.537 m) al centro de la estación en cota 1.660 m, a través de la pista Volta Muntanya Sagrada y en sus inicios también se usó como pista de competición.

Tras el acondicionamiento realizado este verano, La Molina recupera la pista Barcelona para el esquí de ocio, pero también con un ambicioso proyecto en el ámbito de la competición pues el trazado está en proceso de homologación por parte de la Federación Internacional de Esquí y Snowboard (FIS).

Aunque la estación siempre ha estado fuertemente vinculada al mundo de la competición, acogió una Copa del Mundo de Slalom en 2008 e incluso unos Mundiales de Snowboard en 2011, además de los Mundiales de Parasnowboard previstos para 2023, le faltaba un estadio para las disciplinas de velocidad de esquí alpino.

Un hueco que quiere cubrir con la renovada pista Barcelona, que tiene un trazado de 4,75 km de longitud, con un desnivel de 859 metros y una pendiente máxima del 66%.

Esta homologación permitirá a La Molina organizar pruebas de velocidad del nivel Copa del Mundo e incluso olímpicas.

Además, otra de las ventajas de la pista Barcelona es que, al ser una pista ya existente, no supone un impacto ambiental de envergadura.

Ficha técnica de la pista Barcelona de La Molina

Longitud: 3.080m

Desnivel: 750m

Anchura: 70m

Pendiente variable: Entre 61% i 7%

Cota de salida: 2.490m

Cota de llegada: 1.740m

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