El esquí de competición, ese gran desconocido para tantos españoles, sean esquiadores o no. Desde fuera parece un mundo lejano, reservado a unos pocos escogidos y que nada tiene que ver con el esquí recreativo que practicamos la mayoría de asiduos a las estaciones de esquí en fin de semana. Pero tras esa apariencia se esconde una realidad que es mucho más próxima de lo que uno cree y que, además, te aseguro que el día que te acercas a ella y aún más si llegas a practicarla un poco, engancha como pocas cosas relacionadas con la nieve.
Te invito a eliminar prejuicios, que los hay y muchos. Liberar mentes y acercarse a la máxima expresión de la técnica de nuestro deporte con buena predisposición hace que se descubra una nueva manera de esquiar, de practicar este maravilloso deporte que es el esquí. La competición es apasionante, sólo hay que conocerla un poco y dejarse seducir por ella. Lo primero que puedes hacer es meterte en un trazado si tienes la ocasión, para después pasar a seguir una prueba de la Copa del Mundo por Eurosport. Y si lo haces de la mano de un apasionado y entendido en la materia, el proceso será mucho más fácil y rápido hasta que en tus conversaciones habituales aparezcan nombres como Mikaela Shiffrin, Ilka Stuhec, Lindsey Vonn, Marcel Hirscher, Alexis Pinturault, Aksel Lund Svindal,… y, ¿por qué no?, Júlia Bargalló, Anna Esteve, Núria Pau, Juan del Campo, Aingeru Garay, los hermanos Ortega o Quim Salarich. ¿Todavía no te has convencido? Déjate llevar, es cuestión de tiempo. Desde mi humilde condición de aficionado al esquí de competición y corredor de alguna prueba de master intentaré lanzar algunos torpedos y espero que alguno penetre en la línea de flotación de alguien para así llevarlo al «lado oscuro» del esquí, del que no querrá salir jamás.
De momento, ya tenemos en plena marcha un nuevo curso de la Copa del Mundo y los JJOO a la vuelta de la esquina. Tres, dos, uno… TOP ¿Te lo vas a perder?
Me está tentando cada vez más…
Si lo pruebas estás perdido!
Eso me temo.