Lo mencionamos muy a menudo, quizá incluso demasiado, pero de la misma forma que cuando esquiamos la seguridad debe ser nuestra prioridad, también debemos proteger nuestra piel.
Motivos tenemos muchos, y de hecho ya os hablamos de ello en un artículo sobre los beneficios de cuidar la piel y cómo incluso puede mejorar nuestro rendimiento deportivo.
Una parte muy importante de ese cuidado es la protección y hoy vamos a hablaros de 5 formas en las que podemos proteger nuestra piel, especialmente cuando estamos en entornos tan delicados como la alta montaña nevada.
Cómo proteger la piel para esquiar
Levantarse por la mañana y ponerse el protector solar antes de salir no es suficiente. Todos aquellos que pasamos mucho tiempo al aire libre, y aún más en alta montaña y rodeados de nieve, debemos llevar el protector solar siempre encima para poder aplicarlo de forma regular.
El motivo es que su protección no es eterna y apenas nos protegerá durante unas horas.
Las crudas condiciones invernales, el viento, el frío, o incluso cuando hace un sol radiante… La alta montaña puede ser muy cruel con nuestra piel y favorecer su sequedad.
Al mantenerla sana e hidratada también la estaremos protegiendo para que cumpla mejor con sus funciones de protegernos a nosotros.
Una forma de hacerlo es usando cremas hidratantes. Pero además, si durante la jornada de esquí la notamos más seca de lo normal, algo que puede ocurrir, los sprays hidratantes de agua termal van muy bien para darle un pequeño refuerzo de hidratación.
Un consejo básico para cualquier actividad física, sea o no al aire libre, pero que es necesario recordar con muchísima asiduidad pues, aunque todos los sepamos, es mucha la gente que no se hidrata como debería y que es capaz de pasar toda la jornada sin apenas beber agua.
El agua es vida, también para nuestra piel pues es sin duda la mejor manera de mantenerla hidratada.
Sobra decir, por supuesto, que todo nuestro organismo necesita que lo hidratemos para funcionar adecuadamente y que si no lo hacemos corremos muchos más riesgo poder lesionarnos, o incluso consecuencias mucho más graves.
Aunque en el caso del esquí, en invierno no hace falta hacer hincapié en que debemos cubrirnos con ropa, todos preferimos esquiar cuanto más calentitos mejor, sí es cierto que cuando se acerca la primavera y las temperaturas son mucho más suaves, son muchos los que se aventuran a esquiar en manga corta, algún que otro se atreve incluso con pantalón corto.
Al margen del riesgo de caída, y las consiguientes quemaduras que nos podría provocar el roce con la nieve, tampoco es una buena opción para cuidar nuestra piel.
Por eso, cuando vayamos a esquiar, es mejor hacerlo siempre con ropa que cubra todo nuestro cuerpo y nos proteja en caso de caída, y también del sol.