Que bien sienta, en los primeros días de noviembre cuando ya el “hipe” por esquiar es inaguantable, que te propongan un viaje a los Alpes Suizos -¡a Saas-Fee!- para hacer un test de material de esquí.
Y qué mala es la espera hasta que llega el ansiado día de salir hacia un lugar en el que sabes que, por sus características de glaciar, están garantizadas unas condiciones de nieve como de pleno invierno.
Por suerte la espera nunca es eterna, y por fin llegó el deseado primer día en el que también me sobrevino la duda y los nervios de si me acordaría de esquiar.
Como había para elegir, me decidí por un esquí al que ya estoy acostumbrado y con el que estaba seguro que me sentiría más cómodo, el Atomic Redster G9 Revoshock S de esta prueba, pues yo suelo esquiar con unos esquís de GS de medidas FIS.
Después de hacer una primera bajada, alguna derrapada y sí, también algunos movimientos en cuña, me siento con ganas y fuerzas para, ahora sí, sacar el máximo potencial a estos esquís de 182 cm con un generoso radio de giro de 19 metros.
Y pude hacerlo en una alfombra de nieve firme y fácil de esquiar, pues la pista en la que probamos el material estaba cargadita de la nieve caída en los últimos días y excelentemente pisada por los especialistas de la estación.
A por todas con los Redster G9 Revoshock S
Así, después de un minuto de “meditación” tras la primera bajada, me dispongo a colocar los esquís en la línea de máxima pendiente, espero a coger cierta velocidad, aprieto la espinilla contra la bota y empiezo a tumbar hacia el interior de la curva.
Me noto seguro y sigo encadenando giros. Vuelvo a recuperar viejas sensaciones; me gusta esquiar, y volver a notar esa sensación de movimiento en mi cuerpo, después de meses sin ponerme unos esquís, me erizó todos los vellos del cuerpo.
Y dado que los Redster G9 Revoshock S me estaban transmitiendo mucha seguridad y estabilidad, decidí que había llegado el momento de ir aún más rápido y ver de qué eran capaces.
Los nuevos avances se notan. La nueva tecnología Revoshock, era capaz de absorber las imperfecciones de la pista y, también gracias al Ultrawall, no tenía miedo a inclinar al límite en cada curva para salir como un cohete hacia el siguiente giro.
Algo que no se puede hacer con cualquier esquí. Pero sí con un modelo de alta gama como este, con su núcleo de madera de fresno y chopo y sus 2 capas de titanal rodeando el núcleo.
Además, ofrece un equilibrio muy interesante, con una dureza de flexión torsional suficiente para que te agarren sin problemas en nieve dura, pero sin ser un tronco como puede ser un esquí de GS de taller.
Esto permite disfrutar sin problemas del esquí en el día a día, sin que te dé reacciones inesperadas o tener que hacer un giro perfecto técnicamente para que no se te encarrilen.
¡Todo esto no lo digo solo yo! Mi compañera de equipo nacional Marta Visa, que también probó los esquís, estaba de acuerdo conmigo, son perfectos para quien le gusta esquiar rápido en pistas largas y anchas.
Ya sabes, si estás cansado o cansada de hacer muchos giros con unos esquís de radio corto, estilo SL, pásate a los Atomic Redster G9 Revoshock S ¡y adelanta a todo el mundo!
Texto: Juanki Sánchez
Fotos y vídeo: Israel Gardyn