Juntos, ambos productos funcionan a las mil maravillas y encajan perfectamente, tanto estructuralmente como a nivel estético.
Pero son dos productos tan completamente diferentes que, para explicaros bien las conclusiones a las que llegué sobre ellos, iré por partes.
Meninx RS MIPS, todo un descubrimiento
Comenzaré por el casco. Ya a primera vista, te queda claro que es un producto de calidad, algo que no es ninguna sorpresa en este caso pues la marca sueca ya nos tiene acostumbrados a eso.
Después de mirarlo detenidamente -es curioso el poder de atracción de los cascos Poc; no ofrecen grandes complicaciones de diseño y, sin embargo, enganchan-, lo primero que hice fue ajustar la máscara al enganche que tiene el casco la parte de atrás.
Y no tardé en darme cuenta de que está diseñado para que lo puedas hacer sin quitarte los guantes. ¡Punto positivo en comodidad!
Una vez me lo puse, gradué la rueda giratoria que tiene en la parte trasera para que se quede ajustado como un guante.
Aquella era la primera vez que usaba una hebilla Fidlock, así que tuve que mirar bien cómo funcionaba el mecanismo. Pero la verdad es que, una vez le coges el truquillo, es mucho más sencillo y práctico que los cierres clásicos.
Pero aquel no fue el único gran descubrimiento. Yo estoy acostumbrado a los cascos cerrados FIS, y probar un modelo de orejeras blandas y con ventilación me cambió completamente la visión que tenía sobre la comodidad de llevar un casco.
Si eres el típico esquiador o esquiadora que no usas casco porque te parece más cómodo un gorro o una gorra, ya no tienes excusa para no ponértelo porque, en el caso del Poc Meninx RS MIPS, te olvidas de que lo llevas.
Vistas todas sus ventajas en comodidad, ¡insisto en que fue una grata sorpresa!, toca hablar de seguridad.
Por supuesto, Poc tampoco falla en este aspecto y nos presenta un casco de carcasa ABS, interior de doble material (EPP multiimpacto y EPS en la parte superior de la cabeza) para ofrecer la máxima seguridad y ligereza y, como es fácil de adivinar por su nombre, no falta el sistema de protección MIPS frente a los impactos multidireccionales.
En definitiva, resumiendo mucho, es un casco extraordinariamente cómodo que no renuncia a ofrecer máxima seguridad.
La claridad de Zonula
Ha llegado el momento de hablar de la máscara Poc Zonula Clarity Comp que, como no podía ser de otra forma y ya os había avanzado, encajan con el casco como si fuesen uno.
Pero no solo eso, también se ajustan perfectamente a la cara, en gran parte gracias a su espuma facial de 3 capas.
Una cosa que me gustó mucho es que tienen un campo de visión muy amplio y es que, cuando vas esquiando, poder ver si hay otro esquiador por el rabillo del ojo puede ser muy importante.
El color de la lente es muy agradable en los días soleados, ofrece protección UV 400 y es de acabado espejo, y no te cansa la vista después de haber estado todo el día expuesto a la luz del sol.
Pero lo mejor es que también incluyen de recambio unas lentes Claryty Comp para días nublados y de poca visibilidad.
Sobre decir, que las lentes tienen tratamientos antivaho, antiarañazos, antisuciedad e hidrifugo RiPel. Si las cuidas un poco podrás mantenerlas como el primer día durante mucho tiempo.
¡Ah! Y un último detalle que no podréis apreciar cuando las tengáis delante, pero también es muy importante para mucha gente… El marco y la correa están fabricados con un 47 % de materiales de base biológica reduciendo así su impacto medioambiental.
Texto: Juanki Sánchez
Imágenes y vídeo: Israel Gardyn