Ya está. Se acabó el puente de la Purísima (o Inmaculada o Constitución), esas fechas que los habituales de las estaciones tememos como al coco. Se han cumplido las previsiones de muchísima gente en pistas pero hemos tenido unos días de auténtico lujo, de esos que da gusto esquiar.
El puente de la Constitución o la Inmaculada es el gran pistoletazo de la temporada de esquí. Hoy en día nos estamos acostumbrando muy mal y algunos ya llevamos unos cuantos días en las piernas cuando llega el 6 de diciembre. Pero hace años era difícil esquiar en condiciones y algunos años cuesta arrancar en estas fechas. Por eso, cuando las estaciones tienen nieve y ofrecen kms de pistas en buen estado, yo me alegro un montón. Sí, ya sabemos que tendremos que sufrir a partir de cierta hora y que quizás dejaremos de esquiar antes de la cuenta, pero es gracias a la caja que se hace en este puente, en Navidad, etc, que el negocio funciona y podemos disfrutar de este deporte que tanto nos gusta.
Pues bien, a todo lo que ya suele pasar, súmale una nevada dos días antes de empezar el puente, que siempre ayuda a animar más la cosa, así que el puente empezó con una caravana de gente hacia los destinos de montaña. En nuestro caso, salimos pronto por la tarde el jueves y la cosa fue bastante bien. En unas 2h nos plantábamos en la Cerdanya. Los que salieron más tarde tuvieron peor suerte…
El viernes tuvimos un día espectacular, de esos que hacen afición. Y como preveíamos mucha afluencia de gente, toca empezar a primerísima hora. Pero… ¡sorpresa! Había gente pero muy repartida entre Masella y La Molina, así que no había colas y se podía esquiar bien. Suele pasar que el primer día del puente sube menos gente, ya que entre comprar forfaits, alquilar y otros que se están recuperando de las colas del día anterior, al final somos menos en pistas.


El sábado es el auténtico día de supervivencia. Una vez más, toca llegar el primero y empezar bien pronto, porque las primeras bajadas siempre son geniales. Poco a poco se va poniendo a tope y cuando ya la cosa no da para más, toca dejar paso a los demás, que también tienen derecho a esquiar, ¿no? Y con el buen tiempo que ha hecho, se podían hacer muuuchas cosas.

Estos días han sido los primeros que hemos cogido la cabina Cadí Moixeró de La Molina, que esta temporada nos lleva hasta el Niu de l’Àliga. Una gran ampliación que da más posibilidades a esta zona y seguro que se va a convertir en una de sus atracciones.


El domingo del puente nunca esquiamos por compromisos familiares pero ya me han comentado que había muy poca gente comparado con el resto de días.
Nos vamos con un gran sabor de boca. Las estaciones están en un estado magnífico, hemos esquiado bien (unas horas), se ha podido entrenar con los masters y un poco en familia. En resumen, al contrario de las expectativas que traíamos, han salido unos buenos días de esquí y lo hemos pasado muy bien en general. Y hasta hemos podido estrenar material.

Y ahora, ya sabes, lo pongo aquí al final y en voz baja. Tras el frenesí del puente de la Purísima, se acercan dos de los mejores fines de semana del año. Yo no me los voy a perder…
No digas nada, pero este finde va a estar de lujo…
Yo creo que sí. Igual demasiado calorcito y todo…
Como dices, ahora viene lo mejor!