¿Qué le pasa a Masella?

¿Qué le pasa a Masella?

Estamos en pleno marzo. Se acerca la fatídica fecha en la que muchos oráculos anunciaban que Masella, tras 90 días abierta, iba a cerrar. Porque esta cantinela la he oído por todas partes y es más o menos esta: "Si necesitan estar abiertos 90 días para no tener que devolver dinero de los forfaits de temporada, llegará el 15 de marzo, que es cuando se cumplen esos 90 días y cerrarán a cal y canto". Ese ha sido el discurso que se ha podido escuchar a lo largo de la temporada.

Y sí, para cualquier estación -y Masella no se ha librado- esta temporada está siendo ruinosa. Casi no han podido acudir clientes a causa del cierre, primero de la Cerdanya-Ripollés, y más tarde comarcal y municipal. Una desgracia para cualquier negocio que se mantiene abierto pero que ve como no va casi nadie. Tan solo unos pocos, que disponían de salvoconducto en forma de licencia federativa y entrenamientos para competiciones estatales, se han podido escapar de ello. Y claro, nadie vive de cuatro que esquían con spandex. No se puede.

Pues bien, lo normal en cualquier negocio en una situación así sería tirar la toalla y dejar que acabe la temporada más pronto que tarde, sea cumpliento los 90 días de rigor en el caso de Masella o lo que estipule cada cláusula de garantía COVID. O sencillamente, hacer lo que se pueda. La cuestión es poder salir adelante. Porque ahora parece que se habla de acabar con el confinamiento comarcal, que sería un respiro para las estaciones, sin duda. Pero llega tarde, demasiado tarde para arreglar unos números que llevan en rojo desde el mes de diciembre.

Pero ha llegado algo de frío. Y cual ha sido la sorpresa de algunos cuando visitando las webcams de Masella, hemos visto que tienen los cañones a todo gas. Sí, como si fuera una temporada normal, como si estuviéramos a punto de empezar la temporada. Vamos, como si no hubiera un mañana.

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Qué queréis que os diga. A mí me han alegrado el día, bueno, los dos días que llevan haciéndolo. Y nos confirma que esta estación tiene algo especial. Una misión que la lleva a intentar que todos sus clientes puedan esquiar en las mejores condiciones y el máximo número de días posibles. Por eso, creo que esos visionarios que anunciaban el cierre inminente, se estarán dando golpes en la cabeza, maldiciendo a un director de estación que más allá de lo que ha pasado hasta ahora, está preparando la estación por si se abre una puerta y "mañana" el Gobierno nos deja esquiar un poco más. Sí, en plena incertidumbre, la misma que nos ha mantenido pensando que la situación iba a cambiar y no ha cambiado en meses.

Hoy es un día alegre. Porque se confirma que los "locos" de Masella y en particular el Sr. que pilota la nave, siguen a lo suyo. A eso que tanto nos gusta a los que esquiamos allí. Brindemos por ello, que tal como están las cosas, hay que celebrar todo lo que se pueda.

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