Las gafas de sol son un accesorio imprescindible para la práctica de cualquier deporte al aire libre, estemos en la época del año que estemos.
Y por suerte, parece ser algo que en general todos tenemos muy claro, pues lo más habitual es ver que la gente lleva gafas de sol, ya sea en sus salidas de trekking, rutas MTB, o esquiando cuando llega la nieve.
El motivo es simple. Además de ser un importante elemento de protección (cuidar nuestra vista también debe ser una prioridad), el sol suele ser muy molesto y por eso, se haga o no por seguridad, su uso está más que extendido.
Sin embargo, ¿sabemos qué gafas necesitamos? O incluso… ¿sabemos qué gafas llevamos realmente?
A no ser que siempre hayáis tenido la suerte de recibirlas de regalo, seguramente en más de una ocasión habréis ido a comprar vuestras gafas de sol, o máscara, y habréis visto que se clasifican por categorías.
¿Qué es la categoría de las gafas de sol?
Para empezar, aunque de forma general hablemos de “categoría de gafas de sol”, no está de más especificar que esa cualidad hace referencia al filtro de la lente, no a la gafa en sí.
Por su parte, lo que nos dice el número de filtro que vemos detrás de la categoría (CAT1, CAT2…) es su capacidad de absorción lumínica visible, es decir, de luminosidad. En ningún momento está haciendo referencia a la protección que nos ofrezca frente a la radiación UV.
Esto significa que no por ser de una categoría superior estaremos comprando una gafa que nos proteja más de la radiación solar. Ahora bien, hoy en día todas las gafas homologadas deben filtrar al menos un 99% de los rayos UV, independientemente de la categoría del filtro.
Qué categorías hay y uso indicado para cada una
Teniendo claro que estamos hablando del filtro de la lente, encontramos 5 categorías de gafas de sol que se numeran del 0 al 4, siendo la de categoría 0 la más clara y la de categoría 4 la más oscura.
Veamos más detalladamente cuáles son las características de cada una de las categorías:
Categoría 0: Gafas con lentes muy, muy claras que permiten pasar entre el 80 y el 100% de luz (absorben entre el 0 y el 19%). Recomendadas para usar en interiores, o en exterior de noche o en días muy cubiertos. No son aptas para conducir.
Categoría 1: Ligeramente coloreadas, absorben entre un 20 y un 56% de luz. Suelen usarse cuando las condiciones de luz son leves (días nublados y en zonas urbanas). No son aptas para conducción nocturna.
Categoría 2: Capaces de absorber entre el 57 y el 81% de la luz, la lente es medianamente coloreada y se usan con luminosidad media. No son aptas para conducción nocturna.
Categoría 3: De color oscuro, absorben entre un 82 y un 92% de luz y son aptas para condiciones de luminosidad alta (playa, montaña y zonas al aire libre con ambiente soleado en general).
Categoría 4: Muy oscuras, son el tipo de lente indicado para actividades de alta montaña y condiciones de luminosidad especial como pueden darse también en el desierto o practicando actividades acuáticas. Absorben del 92 al 98% de la luz y por eso tampoco son aptas para conducir, ni de día ni de noche.
Son las lentes que se adaptan a las condiciones lumínicas, oscureciéndose o aclarándose según las necesidades.
En el caso de los deportes de invierno ya hace tiempo que muchas marcas apuestan por este tipo de lente y cuentan en su catálogo con uno o varios modelos que incluyen este tipo de lente.
Pero también podemos verlas en el mercado de gafas de sol "tradicionales" que puedes encontrar en tu óptica. Generalmente, la gafa o máscara indica el baremo de categorías que abarca la lente: categoría 1-3, categoría 2-4, etc…
¿Una gafa con filtro de categoría superior protege más?
Basándonos en la categoría del filtro, NO. Como os decíamos al inicio, la categoría solo nos indica la cantidad de luz que es capaz de absorber la lente del modelo. De forma muy resumida, simplemente nos está diciendo si la lente es más o menos oscura.
Por eso, a la hora de comprar unas gafas (o máscara), también es muy importante fijarnos en que cuenten con la marca CE, que nos asegura que el modelo tiene una protección UV de al menos 380 nanómetros, y/o con la designación UV400, lo que garantiza que la lente nos protegerá contra las radiaciones UV-A y UV-B hasta una longitud de onda de 400 nanómetros.
Esto es válido para todas las categorías, de la 0 a la 4, y el principal motivo por el que debemos comprar gafas de calidad y que cumplan con los requisitos legales.
Por eso no debemos dejarnos guiar solo por el color de la lente; hay lentes transparentes que filtran un 100% de la radiación UV y, por el contrario, hay otras muy oscuras que pueden no protegernos adecuadamente.
¿Qué ocurriría en este caso? Las gafas sí nos protegerían de la luz visible, lo que haría que ver fuese más agradable. Sin embargo, esto favorecería una mayor dilatación de la pupila y, al no contar con una correcta protección, incrementaría la radiación que reciben nuestros ojos en lugar de estar protegiéndolos.
Sí es cierto, en cambio, que comprando gafas certificadas que cumplan con los estándares de protección, las que incluyen filtro de categoría 4, al estar indicadas para situaciones especiales y/o extremas, suelen estar confeccionadas en materiales más resistentes y los marcos suelen ofrecen aún más protección lateral, superior y/o inferior.