Salomon es otra de las firmas que ha optado por no girar la cara ante el coronavirus. En su caso, han dejado de lado temporalmente su ropa de deporte para centrarse en fabricar 90.000 mascarillas para evitar la propagación del coronavirus.
Su elaboración se está llevando a cabo en sus instalaciones del Annecy Design Center (ADC) de Salomon, en los Alpes franceses.
Allí hay trabajando unas 10 personas, todas ellas especialistas en producción textil con décadas de experiencia conjunta.
De hecho, son las personas que trabajan en el centro de prototipos textiles de Salomon, que normalmente se dedican a fabricar prototipos para la futura gama de productos de ropa de Salomon como, por ejemplo, calzado, chaquetas, mochilas, forros para las botas de esquí y mucho más.
Pero hoy, estos especialistas de Salomon han cambiado su rutina para fabricar mascarillas médicas reutilizables que sirvan para protegernos de la propagación del COVID-19.
Acostumbrados a trabajar con gran cantidad de proyectos y productos diferentes, en esta ocasión están centrados en un único producto, con el objetivo es entregar 90.000 mascarillas entre los meses de abril y junio.
Como todo el mundo, el equipo del centro de prototipos de Salomon también llevaba unas semanas de confinamiento en casa, para cumplir con las restricciones de seguridad implantadas por el gobierno francés.
Dada la escasez de mascarillas protectoras en el país, el gobierno francés hizo una llamada nacional a la industria textil francesa. Con las herramientas industriales listas para ayudar, una compañía francesa llamada Chamatex propuso una solución: mascarillas textiles multicapa lavables y reutilizables.
Estas mascarillas están certificadas por la DGA (Direction Général de l’Armement) y se destinarán principalmente a administraciones e industrias de todos los sectores empresariales en un futuro próximo.
La llamada de Chamatex a Salomon solicitando sus servicios para la fabricación de mascarillas enseguida activó al equipo que ya está trabajando en ello.
Una muy buena solución que, sin embargo, esperemos que pronto ya no sea necesaria porque hayamos superado esta complicada crisis sanitaria.