San Pellegrino y Alpe Lusia: Esencia Dolomita

San Pellegrino y Alpe Lusia: Esencia Dolomita

Las regiones italianas de Trentino y Véneto confluyen en el Passo San Pellegrino, a 1.918 metros de altitud. Este puerto de montaña, escenario privilegiado de grandes gestas del ciclismo, es el ecuador de un dominio esquiable de belleza inconmensurable. A un lado, Moena y, al otro, Falcade; Alpe Lusia y San Pellegrino, con 100 kilómetros de pistas.

A mediados de enero partíamos hacia la estación de esquí de San Pellegrino. El equipo de Solo Nieve estaba formado en esta ocasión por el exciclista –y esquiador desde siempre– Samu Sánchez, nuestro fotoman Jesús Andrés Fernández y un servidor. El viaje se gestó gracias a Samu, a sus proezas en bici y a su personalidad carismática y empática, que le proporciona amigos allá donde va.

Es el caso de su amistad con Renzo Minella, director de marketing de San Pellegrino y presidente de ANEF (Asociación Nacional de medios de Transporte por Cable) en el Véneto. Todo fueron facilidades por parte de Renzo. De hecho, él mismo se volcó en la organización de nuestra visita y la convirtió en uno de los trabajos más gratificantes que nunca antes haya realizado para la revista.

Nada más aterrizar en Venecia, la primera sorpresa: tras recogernos en persona, nos condujo a la bodega Amets que produce vino prosecco, propiedad de Marzio Bruseghin, un excompañero ciclista de Samu.

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No podíamos empezar mejor. Ver el sol salir por el Adriático y acariciar las viñas de Via Veneto con una copa en la mano del mejor prosecco que he probado en mi vida (y no son pocos) es un regalo para los sentidos y para el alma.

Podría entretenerme describiendo la hermosura de los valles que recorrimos en el camino a San Pellegrino, de las anécdotas y peculiaridades de sus poblaciones (como Canale d’Agordo, que vio nacer a Juan Pablo I –cuyo pontificado duró solo 33 días–), pero vamos a lo que nos ocupa: San Pellegrino y Alpe Lusia.

En Passo San Pellegrino nos alojamos en el Hotel Cristallino. A escasos 300 metros del telesilla Chiesetta, este hotel de gestión familiar ofrece todos los servicios: spa, sala de juegos infantil, tienda de material técnico, alquiler, restauración, bar, animaciones… Un lugar ideal para unas vacaciones de ensueño.

San Pellegrino

La estación de esquí se enmarca en el área que engloba la población de Falcade, a 1.100 metros, el Passo Valles (2.031 m) y el Passo San Pellegrino (1.918 m). Todo este terreno pertenece a la región del Véneto y dibuja una frontera natural con el Trentino (Alpe Lusia).

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Falcade está protegido, amurallado por las imponentes caras rocosas del macizo de Focobon, en el valle de Biois. La arquitectura es una mezcla de casas tradicionales, tabià, y construcciones modernas que han permitido el crecimiento económico de este valle, que ha llegado a ofrecer alojamiento para más de 2.500 personas.

Desde allí parte el telecabina Falcade-Le Busse. En su parte inferior, a 1.150 metros, acaba la Pista degli Innamorati, un itinerario fácil con una longitud de 10 kilómetros que parte de la cota más alta, en el Col Margherita (2.513 m), y cruza la carretera del Paso Valles (parada obligatoria en el Refugio Capanna, que cuenta con setenta años de historia).

Un espectáculo para la vista, que regala panorámicas de la Marmolada y los picos del macizo de Focobon en las partes altas y de bosques sembrados de cabañas de madera, que mantienen su imagen tradicional.

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La zona comprendida entre Falcade y Col Margherita está regada de pistas de nivel medio-alto, con cambios de pendiente que le confieren un carácter divertido. En la parte superior del telecabina Le Busse hay un parque infantil, pistas de debutantes y restaurantes con unas terrazas fantásticas.

Aunque si nos referimos a restauración, tenemos que señalar el nuevo restaurante InAlto. Las vistas que ofrecen los ventanales panorámicos del comedor se ven acompañadas de un menú y una carta de vinos espectacular. Realizar una parada a mediodía y degustar sus platos es una experiencia en sí misma, que no puedes desperdiciar si esquías en San Pellegrino.

Desde allí, el descenso hasta el Passo se realiza por La Volata, que desde las 11 a.m. (después de los entrenamientos) está abierta al público; o por la pista roja Le Caviette. Si tu nivel de esquí es iniciado, puedes bajar en funicular. Porque enfrente del Col Margherita se abre un dominio esquiable alucinante (Cima Uomo, Costa Bella y Baita Paradiso), que recibe los rayos del sol hasta su puesta.

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El Chalet Cima Uomo es el centro neurálgico donde tomar una cerveza y comer de bufet o productos delicatesen. La terraza invita a comer al aire libre porque, como no me canso de decir, la vista embelesa. A sus pies hay un parque infantil enorme, con pistas llenas de juegos y figuras para que aprender sea divertido.

En este conjunto de pistas predominan las azules y rojas, la mayoría con una anchura del tamaño de 12 pisanieves. Hay dos trazados permanentes de GS en los que medirte contra el crono, una maravilla.

Merece la pena esquiar hasta última hora y deleitarse viendo cómo el atardecer pinta de rojo el pico Cima Uomo y la Marmolada. En este sector está el snowpark, que si bien no es muy grande, sí tiene una construcción top. Los kickers en sombra y los landings al sol son un detalle excelente de una línea que va de menos a más, acabando con unos saltos enormes.

San Pellegrino es una estación que colma las expectativas de los diferentes tipos de esquiadores. Solo faltaría hablar de freeride. En esta ocasión las condiciones no invitaban a salir de las pistas, por lo que tendremos que volver cuando el powder inunde Falcade.

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Alpe Lusia

Esta área completa el dominio esquiable. La población de referencia es Moena, conocida como la Hada de las Dolomitas. Es una de las pequeñas ciudades encantadoras del valle de Fassa, que linda con su vecina Val di Fiemme. Se encuentra en una cuenca fluvial rodeada por algunos de los grupos de montañas más emblemáticos de Dolomitas, como Catinaccio, Latemar y Monzoni.

Desde el Passo San Pellegrino y a tan solo 9 km de distancia por una carretera cómoda, se llega a Ronchi, lugar desde el que parte el telecabina Lusia-Valbona. El otro acceso se encuentra en Castelir, a 20 km de Moena.

Se está trabajando en un ambicioso proyecto que contempla la creación de un nuevo telecabina que parte desde el centro de Moena y da acceso a Valbona. Se prevé que se inaugure la próxima temporada.

El telecabina –de 8 plazas– finaliza en Valbona, a 1.820 m, y allí parten otra cabina (Valbona-Le Cuene) y el telesilla Piavac, que sobrevuelan la cara norte de Alpe Lusia hasta los 2.200 m, en la que se encuentran las difíciles pistas negras Piavac, Fiamme y el Canalone Tomba.

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En la cara sur y desde la cota superior del Piavac se despliega una ladera de pendiente suave que da lugar a pistas infinitas.

Desde Lasté (cota 2.340 m, la parte más alta de Alpe Lusia) puedes iniciar un descenso ininterrumpido hasta Castellir, gozando de las vistas del macizo montañoso Grupo delle Palle, que corona el Passo Rolle.

Como instalaciones permanentes hay un park con módulos para todos los niveles, un esquicross marcado y preparado como si fuese a albergar una competición FIS y un crono fijo en la pista negra Direttissima: alucinante.

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A mediodía comimos en el Chalet Valbona, en una estancia acogedora y un servicio excelente, una copiosa degustación de platos (quesos, ciervo, tiramisú…) y vino prosecco y tinto de proximidad. Si todos los días fuesen así, la vida sería un sueño.

Una muestra de la tradición alpina de la zona se evidencia en que, en algunos remontes, las vallas que organizan las colas son de madera y, a juzgar por los tonos ocres envejecidos, tienen más años que yo.

Al acabar la jornada vimos cómo se desplegaban un grupo de pisanieves para iniciar el fresado. Nos contaron que tienen contratado un sistema que recaba información por satélite y proporciona datos sobre la densidad y acumulaciones de nieve. De esta forma optimizan las horas de trabajo de las máquinas, consiguiendo economizar y reduciendo considerablemente las emisiones contaminantes.

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Epílogo

Hemos constatado la preciosidad de las montañas, la perfección de las pistas y la excelente gastronomía. Pero si hay algo en estos valles que deja una impronta característica, es la gente. Por eso no podemos dejar de daros las gracias y agradeceros el trato cercano, amistoso y siempre cordial.

Gracias, Renzo Minella, Paolo Prosperi, Renza Zanin, Alice y Sofia del Antonio… habéis conseguido que haya tres enamorados más del Véneto y Trentino. Esquiar en Dolomitas es algo que cualquier aficionado que se precie tiene que experimentar por lo menos una vez en la vida.

El problema es que, si vas y lo pruebas, se vuelve adictivo. Esas paredes de roca, glaciares y torres se tiñen de un rojo mágico al anochecer, hasta que al ponerse el sol el color púrpura lo envuelve todo, desde las cimas hasta el fondo de los valles, dando paso a la oscuridad y sus misterios. Las Dolomitas son un espectáculo que, como bien definió el arquitecto Le Corbusier, representan “la más bella obra arquitectónica del mundo”.

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Alpe Lusia/San Pellegrino ski en datos

Cota máxima/mínima: 2.514 m. (Col Margherita)/1.150 m (Falcade)

Extensión: 100 km

Pistas: 8 negras, 21 rojas, 29 azules, y una pista de trineos

Remontes: 24 (1 funicular, 5 telecabinas, 12 telesillas…)

Snowparks: 2. Morea Snowpark en Alpe Lusia y SanPe Snowpark en Passo San Pellegrino

Precio forfait: Temporada alta 51 € adulto, 36 € infantil y gratis los menores de 8 años

Más información en su página web.

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Datos de interés

Cómo llegar:

Moena y Falcade son las localidades que dan acceso a la estación alpina. Se puede llegar fácilmente en automóvil, tren (desde Trento, Bolzano/Bozen, Ora y Venecia-Mestre) y avión (desde Bolzano/Bozen y Venecia).

Falcade está a menos de dos horas de coche del aeropuerto de Venecia. Desde Madrid o Barcelona volando hasta Venecia puedes estar con los esquís en los pies en menos de 5 horas. En el trayecto transcurrimos por el corazón del Véneto hasta la frontera con el Trentino, que corona el Passo San Pellegrino.

Dónde dormir:

Tuvimos la suerte de hospedarnos en el Hotel Cristallino, en Passo San Pellegrino. Un alojamiento a menos de 350 metros de las pistas, con unas instalaciones estupendas que respiran esencia dolomítica, una cocina italiana excelente y un trato excepcional. La oferta más amplia la encontrarás en Falcade o Moena.

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Para comer en pistas:

El nuevo restaurante InAlto, en la cima del Col Margherita, a caballo entre las regiones de Trentino y Véneto, ofrece una panorámica de los principales picos de Dolomitas, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009.

Al Chalet Cima Uomo, a 2.030 metros en la parte más soleada de San Pellegrino, se puede llegar esquiando, a pie o en coche. Un establecimiento de gestión familiar con una atención minuciosa, self service, restaurante a la carta y el Kioski en el exterior, en una terraza con vistas abrumadoras.

El Chalet Valbona de Alpe Lusia, cota 1.820, es uno de esos lugares que cualquier esquiador adora encontrar en una estación. Su interior es cálido y confortable, con vigas de madera. Puedes optar entre un self service o un acogedor comedor tradicional stube. Pescado, carnes, platos vegetarianos y una carta de vinos estupenda. El American Bar, situado en la terraza, es el lugar perfecto para tomarse un refrigerio y gozar con las vistas de las Dolomitas.

Alternativas al esquí:

Merece la pena dedicar tiempo a conocer los restaurantes ubicados en las pistas, accesibles mediante remontes o incluso en coche. En Alpe Lusia hay una pista de trineos que hará las delicias de toda la familia.

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El esquí de fondo es protagonista, hay más de 38 km marcados; en Falcade hay un circuito que quita el hipo, está envuelto por el propio pueblo, con una estampa bucólica.

Otra muy buena opción es el turismo enológico. A menos de una hora de coche están los viñedos de vino Prosecco de Vittorio Veneto, de belleza abrumadora. Recomendamos visitarlos, en especial el regentado por el exciclista profesional Marzio Bruseghin, que ofrece un prosecco llamado Amets (en vasco significa ‘sueño’) de fabricación ecológica y sabor exquisito.

Après ski:

En San Pellegrino y Alpe Lusia se esquía, se come, se visita, se contempla, pero no se sale de marcha. Ni en Falcade ni en Moena (poblaciones de tamaño considerable) existe un ambiente nocturno.

Sin embargo, en los hoteles y después de cenar sí hay animaciones enfocadas a toda la familia. Aunque esto no es lo que los peninsulares entendemos por marcha. La verdad es que no hace falta en absoluto.

El análisis de Solo Nieve

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Pistas: El punto fuerte de ambos sectores. La preparación es impresionante, una alfombra lisa y perfectamente fresada. En San Pellegrino, la pista La Volata es la escogida por equipos nacionales para sus entrenamientos de velocidad. En Alpe Lusia, Alberto Tomba se hizo diseñar una pista acorde con sus requerimientos para las categorías técnicas de SL y GS: el Canalone Tomba. Todas las pistas son anchas (excepto la de los Enamorados en San Pellegrino) y para todos los gustos, con mucha o poca pendiente.

Remontes: Con pocos medios de transporte se consigue cubrir una extensión enorme en cuanto a kilómetros de pistas. La combinación de funicular y telecabinas con gran capacidad de transporte, que parten siempre desde un acceso por carretera, mejora la fluidez y tráfico de esquiadores y evita aglomeraciones incluso los fines de semana. En las zonas más expuestas, los telesillas disponen de capota.

Cafeterías: Productos frescos y de proximidad, elaborados con un talento digno de los mejores restauradores de las grandes ciudades. Si además le sumas las vistas de las Dolomitas, no hay nada que lo supere. Obviamente en cualquier bar, restaurante o quiosco podremos degustar un café de verdad: ristrettos, macciatos, cappuccinos…

Acceso a pistas: Es directo desde los seis accesos diferentes, desde Falcade o el Passo San Pellegrino, todos con parking gratuito. En Alpe Lusia, el acceso se realiza desde Ronchi (a 5 minutos de Moena) y Castelir. La próxima temporada se inaugurará un nuevo telecabina que partirá desde Moena y conectará con Alpe Lusia, con parada intermedia en Ronchi.

Para aprender: Tres escuelas imparten clases en Alpe Lusia y San Pellegrino. Tras ver el trabajo de sus técnicos, podemos afirmar que cualquiera de las opciones es buena. De hecho, son un modelo de referencia en el que deberían fijarse las escuelas de nuestro territorio.

Precios: San Pellegrino y Alpe Lusia son estaciones de esquí económicas, si tenemos en cuenta la cantidad y la calidad de los servicios que ofrecen. Y, si no tenemos en cuenta ningún aspecto cualitativo, podemos afirmar que no son caras, ya que el forfait y el alojamiento es incluso más económico que en algunas estaciones de nuestro país.

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