Se acabó

Se acabó

Ya está. Se acabaron las fiestas. Es tiempo de afrontar sin temor la báscula, desmontar belenes y árboles y volver a la normalidad tras uno de los periodos que muchos aprovechamos para esquiar. Y lo hemos hecho, por supuesto que lo hemos hecho. Y lo hemos pasado bien, como siempre.

Las Navidades a nivel de esquí son como el puente del 6 de diciembre. A priori siempre dan un poco de pereza porque uno ya sabe cuando va a esquiar en determinadas fechas que va a tener que lidiar con todos aquellos aficionados que suben todos los fines de semana y con los que solo van a esquiar en Navidades. Y eso es mucha gente. Es lo que tiene este deporte, que está mal repartido.

Pero bueno, yo me alegro cuando salen las cifras de afluencia y nos cuentan que en Masella hemos esquiado más de 9000 personas durante los días clave. O que en La Molina han aumentado muchísimo la afluencia respecto al año pasado. Y lo mismo ha pasado en Boí Taüll, en Andorra,... Supongo que tal como han caído las fechas y el buen tiempo que hemos tenido, con un anticiclón que nos está acompañando ya demasiados días, ha hecho que hubiera todavía más esquiadores en pistas.

Sea como fuere, siempre es una buena noticia que las estaciones ingresen mucho estos dias porque este negocio es complicado. Ya vendrán ahora esos fines de semana con poca gente, como la que ha habido los días 24 y 31 de diciembre, o el 1 y 5 de enero. Porque incluso en Navidad también hay esos días.. No todo es "la guerra".

Han sido muchos días, quizás demasiados. Pero me cuesta decir no cuando estoy en la base de una estación con unas botas puestas y los esquís en la mano. Y claro, esquías del 21 al 24 y del 27 al 5 y el cuerpo se resiente, ya no sólo del propio esquí, sino de los madrugones y lo que implica el esquí en su conjunto. Pero ya está, dos días de descanso y ya contamos de nuevo los días para volver a calzarnos los esquís el próximo fin de semana.

Y con tantos días de esquí ha habido tiempo para todo. Desde los entrenos de masters del CANM-C, con los que hemos empezado a esquiar en trazado, pasando por esquí familiar y con amigos. Yo lo he pasado muy bien. Y desde luego, me quito el sombrero ante los que cuidan la nieve cada día. Porque la climatología no lo ha puesto nada fácil.

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Para entrenar hemos tenido desde Tosa 4 a Jardí Alpí, quizás mi pista favorita para entrenar. En días en los que las pistas están llenas, es un lujo poder contar con unas pistas así. El día pasa de otra manera.

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Y cómo no, encuentros con los viejos rockeros de la estación, como Jordi de Ski The East, que tras su periplo por "El Valle", volvía a casa. Esquiar con los socios adecuados siempre es garantía de pasarlo bien.

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Y a pesar de ser días con mucha gente, si subes pronto... ¡premio! Y como ejemplo, esta foto del 3 de enero en la no hay Photoshop. Si llegas el primero no hay nadie en pistas durante un rato.

Estos días también hemos podido comprobar cómo el Niu de l'Àliga se ha convertido en una verdadera atracción del dominio. Mucha gente sube y se queda maravillada con las fabulosas vistas que tiene.

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Y ahora ya está, ya hemos pasado los dos platos fuertes. Llevamos 25 días esquiados y toca seguir la temporada y aprovechar estos próximos fines de semana, que seguro que serán buenos. Y a ver si los RRMM nos traen esa nieve que hemos pedido todos. Porque faltan entrenos, esquiadas libres, carreras, powder... ¡falta todo!

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