Ahora parece que estamos teniendo unos días de “descanso” después de una ola de calor como pocas que Europa puede recordar, pero no en todas partes ha remitido ese calor excesivo.
Uno de los países que también está sufriendo de excepcionales altas temperaturas es Suiza, donde la madrugada del día 25 batieron récords con un registro nada positivo: alcanzar el punto de congelación (momento en que se llega a 0ºC) a 5.184 metros.
De hecho, desde que hay registros los 0 grados en Suiza tan solo habían superado los 5.000 metros de altitud en una ocasión, el 20 de julio de 1995, llegando a 5.177 metros.
Según informa Agencia EFE, estas altas temperaturas por encima de los 5.000 metros, que también se registraron en Francia, fueron debidas a una masa de aire cálido que se extendió sobre los Alpes aquella madrugada.
Puede que sea, o parezca, algo puntual. Seguramente ya se encargarán de estudiarlo los expertos. Pero fuese cual fuese la conclusión, no cambiaría el hecho de que las altas temperaturas de este verano, con récords o no, están causando estragos incluso en lugares donde no lo esperaríamos.
Y Suiza en uno de esos paraísos en lo que esperas que la temperatura sea “la que debe ser”, que conserve sus glaciares, su paisaje blanco, porque es como el Olimpo europeo del esquí.
Pero allí los glaciares también se derriten, el esquí de verano está igual de amenazado que en el Italia o Francia, e incluso este verano han tenido que cerrar el acceso a rutas míticas como el itinerario de ascenso al Jungfrau, por peligro de avalancha relacionada con el calor.
Nadie querría que se repita otra tragedia como la de Marmolada, o que esté a punto de ocurrir otra como pudo haber sido el caso de la avalancha de Kirguistán. Pero si seguimos por este camino, será difícil evitarlas...