Técnica de esquí: Cómo inclinar en los virajes

Técnica de esquí: Cómo inclinar en los virajes

¡Seguimos con clases particulares de esquí de Solo Nieve! Y como nos ha llegado una bola extra este fin de temporada, hemos pensado que tendríais ganar de acabar con energía. Así que, ahí va un artículo de técnica de esquí sobre cómo inclinar en los virajes.

Hoy en día es muy habitual ver a algunos esquiadores inclinar en los virajes hasta tocar el suelo con la mano e incluso con las caderas, en el caso de los más atrevidos.

Desde luego que el reto es divertido y, si se hace bien, las sensaciones son increíbles. Pero para conseguirlo hay que tener cuidado de no forzar posiciones erróneas, que no solo nos pueden llevar a una caída, sino también a una lesión.

Como esquiadores debemos entender la técnica como una garantía de diversión y seguridad. Lo correcto es ir subiendo el nivel de dificultad según mejoramos la técnica, evitando ir más lejos de lo que nuestra habilidad nos permita.

Para alcanzar posiciones extremas sin correr riesgos es mejor entender qué es lo que tenemos que hacer o adónde y cómo queremos llegar.

Al contrario de lo que se puede pensar, en el esquí ¡es importante estirarse! Estirar la pierna exterior para dirigir bien el viraje, estirar el tronco para llevarlo hacia delante y hacia el interior.

En definitiva, conectar el tren superior con el inferior, ya que si nos quedamos sentados/agachados, bloquearemos la cadera, desconectando dichos trenes y perdiendo en muchos casos el gobierno de los esquís.

Vamos a comparar dos posibilidades de un mismo momento, en el centro del viraje. En ambas imágenes vemos cómo el esquiador busca la proximidad con el suelo, pero una está bien y la otra… no tanto.

Fijándonos en ambas fotos vemos cómo el ángulo de canteo de los esquís es diferente, prueba irrefutable de que en un caso vamos realmente inclinados y, en el otro, solo lo parece.

Inclinación de viraje incorrecta

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En la imagen superior se percibe rápidamente que el esquiador está en una posición, digamos, un poco “ortopédica”. Busca ir cerca de la nieve, pero como no entiende la manera de hacerlo, resuelve retrasando la cadera y bajando los brazos lo máximo posible.

Esta posición no nos va a permitir alcanzar nuestro objetivo, ya que tomar la decisión de agacharse para ir más cerca del suelo ha bloqueado el trabajo de piernas y las ha dejado flexionadas por igual y demasiado verticales (precisamente lo contrario de lo que buscamos).

Es verdad que esquiaremos más cerca de la nieve, pero no porque nos hemos inclinado, sino porque nos hemos agachado, como si quisiéramos coger algo del suelo.

Inclinación de viraje correcta

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Si comparamos esta imagen con la anterior, en un primer vistazo podemos ver que el esquiador está estirado, muy inclinado y por lo tanto más cerca del suelo.

¿Y eso cómo se hace? Lo primero es entender que lo que nos acerca al suelo es la inclinación y que, para ello, el cuerpo y las piernas deben trabajar coordinadas, en busca de la extensión de la pierna exterior.

Pero sin olvidar que el tronco, a la hora de buscar dicha inclinación, también deberá estirarse. O lo que es lo mismo: lanzaremos todo el cuerpo hacia el interior del viraje gracias a que la pierna exterior sigue trabajando en extensión, sin descanso, hasta que llegue el próximo cambio.

Consejo

Mi recomendación es probar la técnica de estirarse de manera progresiva y teniendo muy claros los objetivos. Lo más difícil es conectar el movimiento de las piernas con el del tronco, pues generalmente movemos uno y después el otro. Pero poco a poco y con la práctica debería de convertirse en un solo movimiento.

Para ello tenemos que escoger una pista en la que podamos controlar la velocidad y donde haya espacio suficiente.

Vamos a trabajar virajes concentrándonos en el movimiento de inicio, en busca de inclinar lo antes posible desde ese impulso de la pierna exterior, sin pensar en el radio.

Usaremos el radio que nos convenga y necesitemos, sin prisa para llegar al siguiente viraje. Se trata de concentrarse en dicho movimiento, así que haremos tres o cuatro curvas y pararemos, para recuperar el control y valorar lo que estamos haciendo.

La repetición es la clave, así que… ¡a darle!

Texto: Dani Maza. Demostrador

Fotos: Jesús Andrés Fernández

Esquiador: Dani Maza. Demostrador

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