Técnica de esquí: Mirando lejos

Técnica de esquí: Mirando lejos

¿Quién no se ha mirado los esquís alguna vez para comprobar que lo está haciendo bien? El hecho de mirar lejos mientras esquiamos puede parecer una obviedad.

Sin embargo, la realidad es que muchos esquiadores –incluso en niveles altos– tienen problemas para entender o aplicar el concepto de anticipar con la mirada.

Se trata de levantar la vista buscando la trayectoria a la que nos dirigimos, para poder adelantarse a los acontecimientos y actuar correctamente.

El esquí es un deporte de acción en el que los momentos pasan rápido y hay que moverse a tiempo. Enfocar la mirada en el lugar correcto es básico para poder anticiparse a lo que viene y decidir en todo momento cómo debemos hacer las cosas.

No solo se trata de hacer una lectura del terreno, sino que los movimientos también han de adaptarse a cada momento. Y eso solo lo conseguiremos con una actitud proactiva de anticipación que, por supuesto, lograremos más fácilmente si levantamos la mirada del suelo.

Mirarse los esquís mientras bajamos es algo muy común en muchos es­quiadores. Y es una paradoja, un contrasentido, porque, si vamos bien y nos miramos, entonces dejamos de atender a lo que nos viene y pasamos a una mala ejecución.

Anticiparse no es solo una manera de ver por dónde bajamos, sino una ac­titud para poder ejecutar los movimientos adecuados en el momento que corresponde.

Incorrecto

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En esta foto vemos como Pedro, escondido dentro del cuello de la chaqueta, adopta una posición defensiva donde la mirada va directa al suelo, anulando así la posibilidad de anticiparse a cual­quier irregularidad del terreno.

Pero, además, el simple hecho de bloquear la cabeza y hombros también ha bloqueado el proceso correcto con el que técnica­mente debemos terminar el viraje, ya que la mirada nos ha sacado del momento, haciendo que vayamos siempre con retraso.

Correcto

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En esta segunda fotografía se ve bien la diferencia, técnica sobre todo, respecto de la imagen incorrecta. Pero también se puede apreciar con claridad cómo el esquiador busca con la mirada la trayectoria, lo que viene.

De este modo procesará con tiempo suficiente lo que ha de hacer y se anticipará a la situación, para no llegar tarde y actuar correc­tamente.

Por supuesto, llevar la cabeza alta y con los hombros desbloquea­dos es mucho más natural y efectivo, ya que podemos movernos con mayor rapidez y efectividad.

Consejo

A muchos esquiadores les cuesta levantar la mirada. Suele ser un gesto que hacemos de manera casi inconsciente y que va ligado a la confianza en nosotros mismos, en cómo lo hacemos.

Para cambiar esto debemos mejorar esa confianza y buscar las autocorrecciones basándonos en lo que sentimos, sin necesidad de tener que mirarnos.

Si esto os resulta difícil, podemos elegir una pista en la que nos sintamos cómodos y buscar una referencia en la parte baja de la pista (la caseta del remonte, por ejemplo), donde fijaremos nuestra mirada durante toda la bajada, intentando no apartarla en ningún momento.

Y como digo siempre: la repetición, si es correcta, ¡es la clave!

Fotos: Jesús Andrés Fernández

Esquiador: Pedro Urieta. Demostrador

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