Técnica de esquí: Reconectando

Técnica de esquí: Reconectando

En relación con la técnica del esquí alpino, la progresión consiste básicamente en automatizar una serie de movimientos que hemos entrenado previamente. Cuando estamos en la fase de aprendizaje, dicha automatización a menudo no es correcta, pues como nuestras acciones y gestos salen casi sin pensar, interiorizamos movimientos con fallos.

En consecuencia nos resulta más difícil evolucionar, ya que hemos de contradecir y corregir esa memoria que saca gestos sin preguntarnos.

Cuando llevamos sin esquiar más meses de lo habitual, se desconectan o adormecen esas memorias que nos impiden avanzar; y ello a su vez hace que sea el momento perfecto para poder cambiar con menor esfuerzo.

Simplemente aplicando los pasos que nos ayudarán a reconectar de nuevo, pero esta vez intentando ser más conscientes de lo que hacemos y de lo que queremos conseguir.

Posición Base

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Todo buen comienzo empieza por practicar las bases e ir escalando progresivamente. Si hace mucho que no te pones los esquís, intenta sentir tu cuerpo y tu posición antes de iniciar cualquier acción.

“Piernas separadas (a la anchura de las caderas), brazos en una posición natural, donde podamos ver las manos (pero sin exagerar), flexión de los tobillos y dejar caer el centro de masa encima de los pies, como vemos en el gráfico, sin sacar la cadera hacia atrás”.

Antes de empezar a esquiar, párate dos minutos, siente la posición e intenta reconectar el cuerpo entero: tren superior, tren inferior, brazos, pies.

Movimiento de piernas

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Esta parte de la reconexión es clave, ya que es en esta fase cuando muchos automatismos suelen activarse de la manera equivocada durante el aprendizaje. Un buen ejercicio para practicar el correcto movimiento de piernas son los giros en cuña.

No os pido que os fastidiéis el día haciendo cuñas, pero sí que utilicéis las pendientes fáciles que os vais encontrando para sacar 4-5 giros e ir reconectando con el movimiento.

Además, como no somos debutantes, es conveniente que vayamos un poco más ligeros de velocidad y que la vayamos variando. “La pierna que dirige extiende y la otra se queda flexionada, intercambiando dicha función en cada giro mientras el cuerpo acompaña de una manera suave, sin gestos bruscos”. Y ojo con los brazos…

Los brazos

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Son un elemento muy importante, que además pueden incomodar mucho los primeros días. Nunca sabemos dónde ponerlos para que no molesten (y a menudo molestan, porque solemos situarlos en los lugares equivocados –muy bajos o muy altos y rígidos–).

Hemos de aprovechar las primeras bajadas para cambiar eso que nos cuesta tanto, debemos buscarles su sitio usándolos de forma natural, siempre acompañando gradualmente lo que estemos haciendo; de hecho, no sirve de nada estirar los brazos como en la imagen si estás parado o a baja velocidad, pero sí es necesario cuando aumentamos el ritmo.

Consejo

Es importante empezar de forma gradual, para evitar desgracias y para que podamos reconectarnos. Pero esta vez lo haremos cambiando esos detalles que no nos gustan.

Utiliza las pendientes para ir practicando, ves subiendo progresivamente la velocidad, aunque sin llegar a que sea alta. Siente los movimientos e intenta aplicar un poco de conciencia a lo que haces, ya que –te recuerdo– ¡lo estás grabando en tu memoria!

Ilustraciones: Urdev

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