Técnica de esquí: El viraje por salto

Técnica de esquí: El viraje por salto

Esta semana vamos a atacar una técnica de esquí destinada a esquiadores con cierto bagaje a sus espaldas y con un nivel medio-alto: el viraje por salto. Como ya sabéis después de tanto artículos de técnica, ésta se ha ido adaptando al nuevo material, y este caso no es la excepción.

El viraje por salto es una forma de girar que, seguramente, a cualquier esquiador que se haya encontrado en situaciones de fuera-pista con nieves difíciles le resulta familiar. Es un recurso muy antiguo, utilizado desde los orígenes de nuestro deporte y cuya ejecución -como cualquier aspecto técnico del esquí- ha ido evolucionando con el tiempo, adecuándose al material y a las necesidades de los esquiadores. Es una maniobra muy útil para desenvolverse en nieves no tratadas.

Hace algunas décadas, el fuera-pista se esquiaba de forma diferente, con una actitud más atlética y menos fluida que actualmente. Hoy, el material nos permite una mayor velocidad y trazar con radios de giro abiertos, buscando la máxima flotación. En consecuencia, el viraje por salto también ha evolucionado y ya no es un simple cambio de trayectoria.

En pista

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Como podéis ver en la secuencia de la imagen superior, el viraje por salto, a pesar de tratarse de una maniobra bastante “física”, no deja de ser rápido y fluido.

El hecho de que el cambio de cantos sea efectuado durante un salto no tiene porque repercutir en la geometría redonda que debe tener la curva: si queremos mantener la velocidad de bajada debemos tener en cuenta este aspecto.

Se trata de traspasar la línea de máxima pendiente provocando el cambio de cantos en el aire. Para ello necesitamos que nuestra posición de inicio (al final de viraje anterior) sea firme en los apoyos, de manera que podamos afianzarnos e impulsarnos para que los esquís pierdan el contacto con la nieve.

Una vez hemos aterrizado, el esquiador de nuevo debe buscar enseguida la posición de final de viraje, para asegurar los apoyos y así poder iniciar rápidamente el siguiente.

En fuera-pista

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En condiciones de fuera-pista con nieves complicadas, como la nieve costra, es donde el viraje por salto se convierte en una herramienta verdaderamente útil, pues nos permite evolucionar a pesar de la falta de fluidez y flotación.

La actitud a la hora de afrontar la pendiente es decisiva (recordad el artículo “Actitud, ¿estática o dinámica?").Tal y como nos demuestra Javi en la fotografía superior, hay que maniobrar con decisión, ya que si no lo hacemos no podremos ejecutar el cambio en el aire como es debido.

Por lo demás, la intención del esquiador ha de ser la misma que cuando lo practicábamos en la pista. La técnica no cambia sustancialmente, más allá de la necesidad de mantener la necesaria fluidez y centralidad que exige una nieve notablemente más difícil que la pista; esto significa que, una vez que hemos puesto los esquís en la nieve, de nuevo tenemos que buscar los apoyos para encadenar el siguiente viraje.

Consejo

Para entender bien el viraje por salto mi consejo es que empecemos practicándolo en la pista, puesto que las dificultades se reducen considerablemente y podremos centrarnos únicamente en entender su mecanismo de funcionamiento.

Hay que coordinar bien los movimientos, los apoyos y el impulso vertical. Es importante comentar que no debemos utilizar el bastón como punto de apoyo, el impulso debe provenir siempre de nuestras piernas. Por eso es importante tener una buena base y estar en forma. Los ejercicios en seco os serán muy útiles para mantener vuestro estado de forma físico.

Es mejor empezar en una pista con poca pendiente y a velocidad moderada, de manera que tengamos la situación controlada en todo momento. Una vez le hayamos pillado el truco podremos poner en práctica el viraje por salto en cualquier tipo de nieve y pendiente.

Texto: Dani Maza, demostrador de Esquí

Esquiador: Javi Abajo, demostrador de Esquí

Fotos: Jesús Andrés Fernández

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